Piscis & Virgo

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Trágico: aquello que estuvo cerca de ser y sin embargo, no sucedió

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Trágico: aquello que estuvo cerca de ser y sin embargo, no sucedió.

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Narrador omnisciente

Virgo se encontraba en su clase de Arte, terminando de pintar un cuadro.

Su profesora la había visto muy concentrada en su trabajo, así que prefirió no molestarla e interrumpir su paz. Pero, Piscis no pensaba de la misma forma que la profesora.

Piscis entró al salón corriendo porque llegaba tarde a la clase y mientras corría en el aula, fue chocando a algunos de sus compañeros y arruinando sus obras, entre ellas, la de Virgo.

—¡Muchas gracias, Piscis! Mi trabajo quedo mejor con tu ayuda —exclamó la joven con sarcasmo y el mencionado se sonrojó a más no poder.

—En verdad, no era mi intención. Lo siento mucho —luego de eso, Virgo suspiró y se fue al fondo del aula para intentar mejorar esa fea línea azul que estaba en medio de su pintura gracias a la torpeza del muchacho.

Piscis se limitó a observar desde lejos, si bien ellos no eran mejores amigos ni nada por estilo, no quería que alguien estuviera enfadado con él.

Mientras tanto, la profesora de ambos, vio el incidente ocurrido e ideó un plan para que ambos pudieran pasar tiempo juntos, ya que había visto cierta «chispa» entre sus alumnos.

—Atención, clase. Para el trabajo de fin de curso, deberán hacer parejas y presentar el proyecto para aprobar la materia —anunció la profesora y algunos alumnos se quejaron, a lo que ella solo los ignoro—. Ah, y yo elegiré los dúos.

Sus alumnos volvieron a quejarse y la profesora terminó con los nombres de nuestros protagonistas.

—Debe ser una broma —decía Virgo en voz baja mientras que Piscis estaba distraído pensando en cómo hacer para que su compañera no se sientiera tan miserable.

(...)

Desde que la profesora de Arte les dio de tarea el proyecto habían pasado seis meses y en ese tiempo, Piscis y Virgo se volvieron un poco más unidos.

Se reunían en el parque para intentar hacer su trabajo pero había algo que siempre lo arruinaba y terminaban discutiendo.

Ambos estaban en el laboratorio de Ciencias para realizar un experimento y pueden llamarlo casualidad como Piscis o desgracia como Virgo, pero los dos terminaron juntos.

—De tantos experimentos que existen, no puedo creer que hayas elegido hacer nieve artificial —la chica se lamentaba el haber concedido que su compañero elija.

—Es que nunca vi nieve y me gustaría saber cómo se siente —explicó Piscis y su opuesto recordó sus vacaciones en Suiza, y sintió pena porque comprendía el sentimiento del chico, así que se limitó a suspirar.

—Esta bien, Piscis. Haremos nieve artificial —anunció Virgo y Piscis la abrazó aunque se separó rápidamente porque sabía que al signo de tierra no le gustaban los abrazos. Virgo no dijo nada respecto al abrazo, pero se sintió extraña porque no quería que su "amigo" se alejara de ella.

Todo iba sorprendentemente bien, sin peleas ni gritos. Pero dicen que cuando todo va bien siempre pasa algo que lo estropea.

—¿Se supone que esto debería estar sucediendo? —preguntó Piscis, mirando a su compañera con ingenuidad.

—¡Por supuesto que no! —le contestó Virgo sin siquiera mirarlo. Ella no entendía dónde estaba la falla, ¡sus cálculos eran precisos, no había margen de error!

—¡No te preocupes! Llamemos al profesor y él lo solucionará —opinó el pisciano y Virgo negó rápidamente con la cabeza.

—¡¿Te volviste loco?! —Piscis retrocedió dos pasos de su lugar ante el grito de la chica—. Si el profesor lo descubre, nos castigará a ambos.

—Que pena que ya me haya enterado, Virgo —dijo su profesor de Ciencias y ambos lo miraron—. Ya sé que fue un accidente, pero si sus compañeros no me avisaban lo que sucedía, el laboratorio podría haber explotado, así que, deberán pasar toda la tarde en detención.

Ambos bufaron sincronizadamente y Piscis sonrió a medias, mientras que Virgo lo examinaba con la mirada sin comprender porque se llevaban tan bien si vivían peleando.

(...)

Seis meses más tarde, Piscis había admitido que estaba perdidamente enamorado de aquella chica seria y calculadora que lograba que sus pensamientos giraran entorno a ella durante todo el día y ocupaba sus sueños por las noches.

Mientras que Virgo, sólo trataba de alejarse de aquel chico dulce y tierno que la confundía y no la dejaba pensar tranquila. En realidad, ella sabía que sentía cierto cariño y atracción hacia el chico pero no quería admitirlo.

El par de amigos había acordado verse en el parque como tantas veces lo habían hecho, pero lo que Piscis no sabía era que Virgo debía viajar a Suiza con su familia y ella no sabía cómo decirle que se iba para no volver.

—Lo nuestro no puede ser, tenemos personalidades diferentes —dijo ella en voz alta, tratando de convencerse a sí misma.

—Sí, ¿y qué? Un rompecabezas no se arma con piezas iguales —insistió el chico y su acompañante lo miró sin expresión alguna, aunque esa frase la dejo pensando.

Piscis iba a entrelazar sus manos pero Virgo fue más rápida y retrocedió unos cuantos pasos hacia atrás para evitarlo. El pisciano la miró dolido, no comprendía la acción de su amiga, pero ella no quería ser comprendida.

Virgo observó al chico una vez más antes de echar a correr hacia su casa, Piscis corrió tras ella pero la perdió de vista cuando subió al metro y allí en la estación rompió en llanto, en verdad no comprendía porque había actuado de esa manera, creyó que ella había cambiado gracias a él.

Mientras tanto en el metro, Virgo no se arrepentía de haber dejado a su amigo en ese estado de confusión pero cada tanto, alguna lágrima se escapaba sin su permiso y se la limpiaba con sumo cuidado.

(...)

Ya hace más de un año que Piscis y Virgo perdieron contacto.

Ni siquiera un mensaje se enviaron para saber cómo estaba el otro.

Nada.

Tal como lo estaba su relación. En la nada misma.

Ellos se querían pero no funcionó.

Ella por cobarde, y él por sentir de más.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz