Escorpio & Aries

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Aries estaba tranquilamente afirmada en su casillero, riendo a carcajadas con Virgo, su mejor amiga, en el corredor de la preparatoria

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Aries estaba tranquilamente afirmada en su casillero, riendo a carcajadas con Virgo, su mejor amiga, en el corredor de la preparatoria. Reían porque el chico que le gustaba a Virgo se había caído a causa de que un chico lo chocó sin querer.

—Diablos, lo siento, no te ví —habló Escorpio mientras le tendía su mano al contrario y él la tomó para que lo ayudara a levantarse.

—¿Esa es tu mejor frase para ligar conmigo? —Preguntó en tono burlón y el escorpiano sintió vergüenza—. Era una broma, soy Leo.

—Escorpio —dijo un tanto confundido y escuchó risas detrás de ambos, por lo que giró y se encontró con dos chicas riendo.

—¿No son lindas? —La voz de Leo lo devolvió hacia él y dejó ver su entrecejo fruncido porque a él le gustaba una de esas chicas—. Esa pelirroja de ahí, Virgo, todo el jodido día me persigue, he estado pensando en que parece una acosadora de primera.

—¿Virgo? —El escorpiano tenía una sonrisa divertida en su rostro; no podía creer que la menor fuera una acosadora, es decir, Escorpio la vigilaba solamente para saber cuándo dejaba sola a Aries, quien era su verdadero objetivo—. No lo creo.

—¡Ya ves! —rió el leonino y pasó un brazo sobre los hombros del castaño antes de señalar a las chicas con su mano libre—. Ellas se van a su clase, deberíamos imitarlas.

Escorpio asintió y tomaron caminos separados, ya que ninguno iba a la misma clase.

Aries estaba sentada en su lugar de siempre mientras escuchaba a su amiga que no paraba de hablar del leonino. Ella apuntó hacia la puerta, donde estaba Leo y la virginiana se calló de repente antes de quedar hinoptizada ante "tanta belleza".

—Vir, vuelve conmigo —dijo dramática la ariana y tiró del brazo de la pelirroja para que le prestara atención. En lugar de eso, Virgo no podía apartar la mirada de su amor platónico, mientras él caminaba hacia ellas con paso ligero.

—¿Cómo me veo? —Le susurró Virgo a la castaña y ella la vio incrédula, ¿le estaba tomando el pelo?

—Señoritas —saludó Leo, al sentarse detrás de ambas y Aries asintió a modo de saludo, en cambio Virgo sonrió como psicópata, cosa que asustó un poco al recién llegado—. Quería invitarlas a una fiesta que haré el sábado.

—O sea, mañana —afirmó Aries y el leonino asintió con una sonrisa.

—¡Estaremos ahí! —intervinó Virgo y Leo también le sonrió. En su cabeza estaba formando varios planes para que su nuevo amigo pudiera hablarle a Aries, ya que era evidente que le gustaba.

—Las veo allí entonces —dijo antes de sentarse en la última fila, como siempre.

Las amigas guardaron silencio por un momento mientras se miraban a los ojos, aunque sin hacerlo realmente, ya que cada una estaba sumergida en su mundo. Lo único en que pensaban ambas era en lo qué sucedería en esa fiesta.

Horas más tarde, las clases habían terminado y Leo buscó al escorpiano hasta que dio con él a cierta distancia de Aries y Virgo. El leonino le empezó a contar sobre la fiesta que daría y el castaño torció su mueca en señal de disgusto.

—¿Una fiesta? No lo sé, Leo, esas cosas no me gustan.

—Irá Aries —canturreó el leonino, mientras subía y bajaba sus cejas, haciendo que Escorpio sintiera sus manos sudorosas.

—¿Por qué me tendría que importar? —Preguntó, intentando que sus nervios no se notaran y Leo sonrió con burla.

—Tienes razón, entonces supongo que no te molestará que le presente a mi hermano, ¿cierto? —Escorpio sentía como las palmas de sus manos le dolían porque sus uñas se estaban clavando en ellas, cosa que hizo sonreír aún más a Leo—. Lo sabía.

—Es difícil de explicar —murmuró el escorpiano y su amigo palmeó su espalda con la mano—. Esta bien, iré pero como vea que me aburro, me regreso a casa.

Leo amplió su sonrisa y abrazó al castaño por sus hombros, mientras decía que se lo iba a pasar de maravillas, aunque Escorpio no pensaba lo mismo.

(...)

Ya era sábado por la noche y Escorpio seguía pensando si era buena idea haber ido a la fiesta. Llegó a la casa de su amigo y al hacerlo, apenas puso un pie dentro, distinguió a Aries bailando con alguien. Intentó dar media vuelta para irse, pero para su mala suerte Leo lo había detenido del brazo y lo introdujó en su perdición.

Mientras, Aries bailaba con un desconocido, pero sólo eso, no había ido a la fiesta para ligar. Sólo estaba allí porque su amiga prácticamente la había arrastrado hasta la fiesta.

Escorpio estaba "escuchando" lo que le decía su amigo, pero él seguía observando a la castaña bailar. Harto de la situación, empezó a beber unas cuantas cervezas junto a Leo.

—Creo que ya es suficiente —musitó Leo, quien sentía como su casa daba vueltas, aunque sólo era su conciencia alterada por el alcohol en su sangre.

—Te lo robo un momento —le dijo Virgo a Escorpio antes de llevarse a su amigo a quién sabe dónde.

No era lo que más le importaba en ese momento.

Escorpio volvió a mirar a Aries y ella se había acercado donde él, solamente para tomar una cerveza, ya que él estaba afirmado sobre la improvisada barra. Él no lo pensó mucho y decidió hablarle, seguramente eran los efectos del alcohol.

—¿No crees que no deberías beber? Podrías terminar como yo.

—¿Sola y aburrida? —Le contestó en tono burlón y Escorpio asintió con seriedad—. Mirá, es mi vida y yo decido qué hacer con ella.

—Sólo te lo advertí, no me gustaría verte en mi estado —Aries lo observó fijo, pensando si lo conocía hasta que recordó verlo en la preparatoria.

—¿Me recuerdas tu nombre?

—Escorpio —sonrió y Aries asintió mientras le devolvía la sonrisa. Ella lo recordaba de un par de veces que se habían visto en los pasillo, pero no de más. El chico no estaba nada mal, debería haberlo notado antes.

—Bien, Escorpio, entonces si no quieres que beba, ¿qué tienes en mente para divertirnos un rato?

El escorpiano no pensaba con claridad lo que hacía y no sabía que quizás ni siquiera lo recordaría al día siguiente por la gran resaca que se llevaría, pero no le importó cuando estampó sus labios contra los de Aries.

Ella estaba perpleja, sin embargo le siguió el beso. No lo hacía nada mal, de hecho, podría decir que le gustó la manera en que la besaba.

Aries había enrollado sus brazos detrás del cuello del castaño y él había cruzado sus brazos por la cintura de ella, mientras aún sostenía una botella de cerveza. Se separaron y Aries volvió a besarlo una vez más. Ahora que lo había descubierto, no quería olvidarlo nunca más.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora