One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]

Sagitario y Capricornio

Tuve la oportunidad de hacerte tan feliz cuando estuvimos juntos. En lugar de eso, hice tu vida infeliz el tiempo que duró nuestro noviazgo.

Ahora solo me queda sentir el arrepentimiento y el sabor amargo cada vez que te veo cerca de alguien que no soy yo.

Sabes que no soy bueno escribiendo, ¿no?

¿Por qué no pude ser mejor para ti?

Está claro que jamás seré lo que tú necesitas.

Sé que no merezco tu perdón por lo que hice, pero necesitaba disculparme contigo.

Lo que escribiré sonará muy idiota por mi parte pero... aún te amo, Capricornio.

—Sagitario.

La capricorniana leyó la nota que había caído de su casillero y apenas terminó de leerla, la rompió en muchos pedazos y arrojó los restos a un cesto de basura. Ahí es donde se merecía estar Sagitario y todo lo que provenga de él, según ella.

Lo que la muchacha no sabía, era que Sagitario, su ex novio, observaba sus acciones desde su escondite, el cual consistía en esconderse tras una columna de mármol.

A él le dolió verla así pero sabía que merecía eso y más. El sagitariano había traicionado la confianza y cariño de su ex novia por haber estado viviendo una doble vida mientras estaba de novio con ella.

Narra Capricornio

—¡¿Cómo pudo atreverse a hacerme esto?! —grité y mi mejor amigo, Tauro, me abrazó mientras lloraba en su hombro, me siento totalmente patética por no haberme olvidado de Sagitario.
—Llora, bonita, necesitas descargar las malas vibras —aconsejó Tauro, tratando de consolarme. Me separé de sus brazos para mirarlo a sus ojos.
—¿Es que no lo entiendes, Tau? ¡Me engañó con Escorpio! ¡Era mi maldita mejor amiga! —Noté como el taurino creaba una fina línea con sus labios, conteniendo una mueca de tristeza. A mi mejor amigo le gustaba la escorpiana.
—Ay, cariño, nadie merece tus lágrimas —habló después de unos segundos de silencio—. Ve y hazle frente a la situación. Mi mejor amiga jamás se escondería a llorar, ¿y sabes qué? Mi mejor amiga eres tú.
—Tienes razón —admití y el taurino puso su mejor sonrisa arrogante—. No abuses, Tauro —reímos y limpié toda señal de tristeza de mi rostro.

(...)

Cité a Sagitario en el parque donde me pidió ser su novia. Me pareció justo que aquí también tendría que darle un final...

—Capri —murmuró la voz de Sagitario detrás de mí y me di vuelta para encararlo.
—Ya no tienes derecho de llamarme así —sentencié de manera fría y cortante, a lo que él asintió soltando un suspiro.
—Lo siento —se acercó a mí y yo me quedé quieta en donde me encontraba—. En verdad, lo siento y mucho.
—Así que lo sientes —repetí y él asintió con seriedad. Me reí cínicamente y él me miró incrédulo, tal vez confundido, en realidad—. No sabía que podías sentir, Sagitario, eres una gran caja llena de sorpresas, ¿no lo crees?
—¿Qué dices, Capricornio? Nunca deje de amarte, ni siquiera cuando... bueno, tú ya sabes —con cada palabra dicha, Sagitario se hundía cada vez más en un pozo, el cual no parecía tener fondo.
—¿No crees que ya me has insultado y lastimado demasiado? —bufé y me crucé de brazos, ¿por qué todavía no me iba?
—¡Tú me haces actuar así! ¡Me vuelves loco, mujer! —Levantó ambos brazos en señal de frustración y la gente que pasaba por el parque a nuestro lado, nos miraba raro por los gritos del dramático de mi ex—. ¡Un día eres tan fría como el invierno! ¡Otro día te comportas de manera cálida! Traté de esforzarme, en serio, Capricornio.
—Pero no fui suficiente para ti, ¿verdad? —Me mantuve calmada para no perder el control de la situación pero, las ganas de echarle en cara lo que sentía, no me faltaban.
—¡Por el contrario! Yo sentía que no era lo suficientemente bueno para ti y creí que si cortaba con nuestra relación, tú serías más feliz que estando conmigo —en sus ojos se notaba el arrepentimiento, aunque en mis planes no se encontraba el perdonarlo tan fácilmente.
—¿Y por eso me engañaste? Porque si es así, déjame decirte que me volviste más infeliz que antes de conocerte —él tragó saliva notoriamente y mi mirada dolida no se apartaba de la suya.
—Creí que, de ese modo, podríamos terminar más rápido —balbuceó en un susurro y sentí que podría tragarme una mosca por quedarme boquiabierta tanto tiempo—. Dime la verdad... ¿Alguna vez fuiste feliz estando a mi lado?
—¿Eso de que sirve ahora, Sagitario? Creí que lo sabías de sobra pero veo que sigues igual de ciego que antes —mencioné y él sonrió amargamente—. Dejando de lado nuestras peleas ocasionales, siempre estuve feliz estando contigo. Si bien tus tonterías me sacaban de quicio, a veces, me divertían. Claro, hasta que me fuiste infiel y las cosas entre nosotros se tornaron más tensas.
—No he dejado de amarte, Capricornio, ya te lo mencioné antes... ¿tú me dejaste de amar?

Esa pregunta no me la esperaba.

¿Que si lo había dejado de amar? Por supuesto que no.

A pesar de que nuestro noviazgo terminado hacía un año atrás, no conseguí dejar de quererlo.

—Capricornio, ¿me escuchaste? —Su voz me sacó de mis pensamientos y tragué saliva.
—Claro que no deje de amarte —dije y a Sagitario se le iluminaron los ojos, pero antes de que pudiera decir algo, continúe—, sin embargo, me lastimasté y no entiendo cómo tienes la descares de volver a hablarme.
—Porque te amo y, créeme, me siento como la peor basura del mundo pero, ¿creés que nos podrías dar otra oportunidad? ¿Me la darías, Capricornio? —preguntó y sentí que mi estómago estaba siendo atropellado por una manada de animales salvajes.

Si Tauro estuviese aquí, me habría dicho que siguiera a mi corazón, como varias veces dijo y nunca se equivocó.

—Una segunda oportunidad —murmuré y oí la risa feliz del sagitariano, aunque antes de que hiciera o dijera algo, me adelanté a proseguir—. Pero, será la última.

Sagitario me abrazó y me besó con desesperación y yo rodeé su espalda con fuerza mientras correspondía al beso.

Realmente, me hacía mucha falta y no me había dado cuenta de eso, hasta ahora.