Virgo & Géminis

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Aquella mañana todo parecía ir tan bien, hasta que se topó con la última persona que quería ver

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Aquella mañana todo parecía ir tan bien, hasta que se topó con la última persona que quería ver.

Su sorpresa fue tal que la bandeja que sostenía resbaló de sus temblorosas manos. La comida hizo un desastre en el suelo, y ella terminó escondiéndose detrás de un grupo de gente justo en el momento en que casi fue descubierta por esa persona.

Su corazón palpitaba como loco en su pecho y su respiración se había acelerado, como si hubiese corrido una maratón.

¿Qué tan alta era la probabilidad de volverla a ver en una ciudad tan grande como esa? ¿Podía considerarse realmente una casualidad el estudiar en la misma universidad?

Gateando entre la multitud del comedor, logró escabullirse hasta los baños. Podría haberse ido, pero seguramente sería vista por Géminis y no estaba dispuesta a dejar que ella la reconociera. Así que, tras lavarse la cara para calmar su persistente sonrojo, se quitó el buzo que traía y lo ató en su cintura. Ocultó su cabello con una gorra y soltó un suspiro antes de sumergirse de nuevo entre las mesas.

Virgo echó un rápido vistazo a su alrededor y caminó hacia la salida tan rápido como sus pies se lo permitían. De hecho, lo estaba haciendo bien. Nadie se había interpuesto en su camino y sentía que iba a lograr su objetivo, aunque a último minuto alguien chocó contra su espalda y acabó cayendo de rodillas al suelo.

—¡Oh, mira lo que hiciste imbécil! —Esa voz chillona que Virgo no esperaba escuchar de nuevo se dirigía a alguien tras ellas, pero luego su tono se tornó amable al dirigirse hacia ella, aplastando su corazón sin piedad—. Lo lamento mucho, mi amigo me estaba jugando una broma y tú te viste envuelta.

No intercambió palabra alguna con ella, de lo contrario sería demasiado sencillo reconocerla. Por lo que, asintió, sin verla a la cara, y huyo lo más pronto posible, dejando a Géminis con una mirada confusa sin saber bien qué había pasado.

Aunque había algo en la mochila de aquella chica que había empujado, algo que había conseguido para la chica que le gustaba en secundaria. Pero... sería imposible, ¿no?

—¡Tengo que irme, te veo mañana! —gritó Géminis a su amigo, colgándose el bolso al hombro antes de salir corriendo.

Si estaba en lo cierto, o si al menos tenía una pequeña posibilidad de que esa chica fuera Virgo, no la dejaría escapar otra vez. Esta vez debía hacerse responsable de sus sentimientos. Pero primero tenía que encontrarla y no sería algo fácil de hacer, ya que era bastante escurridiza y el campus era gigante.

Preguntándose dónde podría haber ido, caminó en dirección a la salida más cercana. Con suerte podría verificar si se trataba de Virgo o no, aunque se detuvo a medio andar al leer el mensaje de su hermana, diciendo que su mamá estaba en el hospital. De verdad que quería verla, pero su madre encabezaba la lista de prioridades en ese momento.

Mientras tanto, Virgo, que estaba escondida detrás de un muro, se deslizó contra este hasta sentarse en el césped y ocultar su cara entre sus manos. Eso había sido peligroso. En cierta medida, sospechaba que Géminis la buscaría si se había percatado del broche en su mochila. A partir de ese momento, debía ser más cuidadosa para no toparse con ella a futuro.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora