Capricornio & Sagitario

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—¿En serio olvidaste nuestro aniversario de dos años? —preguntó Sagitario con incredulidad

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—¿En serio olvidaste nuestro aniversario de dos años? —preguntó Sagitario con incredulidad. Su novio estaba nervioso, olvidó que ella era muy detallista con él.

—Claro que no, amor —el muchacho se calló antes de decir algo de lo que se pudiera arrepentir luego.

—Vamos, Capricornio, te conozco mejor de lo que tú te conoces a ti mismo —bufó la sagitariana y lo miró a sus ojos.

Ella al ver que Capricornio no tenía nada más para decirle, se fue enfadada de la casa de su novio. Él por su parte, se maldecía el haber olvidado su aniversario, él no era de olvidarse de cosas tan importantes.

(...)

Narra Sagitario

No soy de ponerme histérica con este tipo de cosas pero de verdad esperaba que Capricornio recordara que un día como hoy pero hace dos años, decidimos ser novios, ¡hasta había preparado un pastel! Cabe resaltar que a mí no me gusta cocinar.

Creo que tendré que comer el pastel yo sola. Pensándolo mejor, no sonaba tan mala la idea.

Antes de abrir el refrigerador, escuché que alguien tocó el timbre de mi departamento y fui a ver quién era.

—¿Qué parte de "no quiero verte hoy" no entendiste, Capricornio? —Me crucé de brazos mientras me afirmaba en el marco de la puerta y el nombrado suspiró.

—Te diría una y mil veces más que lamento haberlo olvidado, pero, tengo algo mejor que te hará perdonarme —habló y adornó su bello rostro con una sonrisa.

—Tienes mi atención, continúa —dije fingiendo estar molesta todavía y mi novio sonrió aún más.

—Te tengo una sorpresa.

(...)

Mi novio me vendó los ojos antes de salir de mi departamento y me hizo caminar por más de treinta cuadras. No soy floja pero creo que a cualquier mujer no le gustaría caminar tanto con tacones y a ciegas.

—Capricornio, ¿ya vamos a llegar? —pregunté por décima octava vez y escuché la risa de mi novio.

—¿Ansiosa? —me contestó con otra pregunta y me aferré más al agarre de nuestras manos porque casi tropiezo. Por lo menos si iba a caer, no quería caerme sola.

—No, bueno, tal vez un poco —el rubio volvió a reír y yo sonreí ante su risa, pero luego hice una mueca de dolor al sentir que mis talones estaban doliendo—. Dime al menos que al llegar podré quitarme los zapatos.

Mi novio se quedó en silencio e imaginé que él me estaba mirando raro por lo que dije, es algo normal en ambos. Yo digo algo que no tiene nada que ver con la conversación y él es quien rescata parte de lo que dije y lo vuelve lógico, así funcionamos.

Claro, y con algún olvido por parte de Capricornio.

—Sagi, amor, no creo que puedas sacarte los zapatos porque si lo haces...

—¿Qué? ¿Vas a decir que me apestan los pies? Porque bien sabes que no es así, me duché esta mañana —lo interrumpí y sentí que Capricornio pasó su brazo por mi cintura mientras girabamos en otra esquina.

—¿De qué hablas, Sagitario? —imaginé su rostro contraído por la confusión y una pequeña risa se escapó de mis labios—. No podrás sacarte los zapatos porque no te dejarán subir.

—¿Que no me dejarán subir, a qué? Capri, yo confío en ti y lo sabes pero, ¿a dónde rayos me estás llevando? —Debo admitir que si bien en carácter nos parecemos a nuestros estereotipos, tengo que decir que a nivel temerario él es más aventurero que yo.

—Ya llegamos —avisó y quitó con cuidado la venda que obstruía mi visión.

Parpadeé un par de veces para acostumbrarme a los rayos del sol y vislumbré la calle vacía. Miré a Capricornio y él me tendió su mano para que la tome. Entrelacé nuestras manos dudosa y él me sonrió, tranquilizándome.

Caminamos en silencio por, aproximadamente, tres cuadras más hasta que empecé a escuchar risas y sonidos de juegos como los de un parque de atracciones.

—¿Cap?

—Sagi.

—¿Vamos al parque de atracciones? —dije con ilusión y él negó, entonces sentí que mi idea fue tirada y pisada al suelo.

—Tengo una reservación en un restaurante —mencionó con alegría, a lo que yo hice una mueca.

Seguímos caminando, pero si él me preguntaba algo, yo le contestaba de manera cortante y Capricornio se dio cuenta de que algo no iba bien conmigo.

De repente nos detuvimos y como yo iba mirando el suelo, levanté la mirada y me encontré frente la entrada del parque de nuevo.

—¿Qué? —musitó mi novio cuando lo observé con una ceja levantada. Él sonrió y le dio una mirada fugaz al parque—. Yo también sé hacer sorpresas.

—Eres un tonto —dije entre risas y lo abracé con todas mis fuerzas.

—Tu tonto —agregó y yo sólo asentí mientras podía escuchar los latidos de su corazón—. Ah, pero no creas que me subiré a las montañas rusas, esas cosas no me caen bien.

—Tú tranquilo —dije para tranquilizarlo y entramos corriendo al lugar mientras reíamos como niños.

(...)

Narra Capricornio

«Tú tranquilo» decía y, ¿cuál fue el primer juego en el que hizo que nos subiéramos? En la maldita montaña rusa.

—En serio, Sagitario, me dan miedo las alturas —mencioné y ella acarició mi mano. Ese gesto lo agradecí en mi interior pero no me daba tranquilidad plena.

Los carritos fueron tomando velocidad con rapidez y al ver el primer giro que tenían los rieles, ya sentía que lo que había comido iba a vomitarlo.

No me equivoqué.

Al bajar del juego, busqué rápidamente el bote de basura más cercano a mí y el pollo frito con ensalada que comí en el almuerzo fue depositado en el cesto mientras mi novia hacia movimientos circulares en mi espalda.

—Bebe un poco —me extendió una botella de agua y bebí unas cuantas gotas, aún sentía mi estómago revuelto—. No creí que fuera cierto, ya que nunca antes lo habías mencionado.

—No tenía motivos para que lo sepas todavía —me encogí de hombros y ella me vio como decepcionada—. No me malinterpretes, es algo de lo que no me siento orgulloso en contar.

—¿Me ocultas algo más? —inquirió y yo negué—. Bien, entonces, vamos a casa.

—No, yo te trajé aquí para darte una sorpresa —dije firme y Sagitario sonrió como una niña pequeña, lo que me causó ternura—. Este será el mejor día de tu vida.

—No —ella entrelazó nuestras manos y me abrazó—. Será el mejor día de nuestras vidas.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Where stories live. Discover now