capitulo 6

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            Dos meses después

- De verdad...
De verdad puedes averiguar sobre Samantha?

Pregunté cuando solo Nathaniel quedó en la línea.
El enarco una ceja y estoy seguro que se aguanto la carcajada, pero tenía mucha curiosidad por saber cuál era el problema de esa mujer conmigo.

- Puedo. Pero... Creí que no estabas interesado en ella.
- Soy un hombre Curioso.

Dije intentando parecer despreocupado.

- Ya, déjame ver qué encuentro sobre ella y te aviso. Te parece?
- De acuerdo. NAT... No le comentes nada a Cristhian, me tiene aburrido con ese asunto.
- Tranquilo. Soy una tumba. En fin, podrías programar para mañana unos rayos para Lia?

Pidió mi amigo. Hablé un par de minutos más con el y quedamos en vernos mañana.
Cerramos la comunicación y me recargue en mi silla, pase de forma distraída mis dedos por mi mentón, pensando en aquella mujer de ojos negros y poca estatura.
Desde aquel incidente con su asma no hemos podido cruzar palabra sin que se produzca una discusión. Trate ya de mil maneras distintas hacer las paces con ella desde aquel susto y nada parece funcionar.
Le he mandado flores, chocolates, he intentado que me escuche pero cada que la interceptó en algún lugar de la clínica solo suelta su desprecio hacia mi persona.
Y yo como estúpido, intentando en cada oportunidad hablar y solucionar el problema. Ya ni dormir en paz puedo. Cada segundo que tengo libre de mi día esa pequeña testaruda se cuela en mis pensamientos. Si hasta en mis sueños se ha entrometido.
Hasta la maldita maña de llevar todo el tiempo un inhalador por si se vuelve a presentar una crisis mientras me suelta sus regaños, he tomado. 
Con un susto ya he tenido más que suficiente...
Miro mi reloj dándome cuenta de
que pasan de las 23 pm. Froto mi rostro cansado y despido marcharme. Mañana tengo que volver temprano al trabajo.
Una hora después estaba por entrar al estacionamiento de mi piso cuando note a aquella mujer correr hacia la puerta del edificio.
Que hacía aquí?
La reconoci de inmediato, ese pelo, esa estatura baja.
Samantha...
Llovía de forma feroz, y no entendía que podía llegar a estar haciendo Samantha Álvarez en la puerta del edificio donde yo vivo y tan solo con una camiseta blanca y unos leguins ajustados.
" Tiene que estar loca de remate."
Fue lo primero que pensé.
Estacione el coche y salí a la calle  para saber que diablos estaba haciendo aquella loca mujer. Menos mal que tenía un paraguas en mi auto, porque ni de broma me iba a empapar. Hacía un frió de mil demonios.
Ella no me había notado, golpeaba la puerta de cristal y trataba de ver si alguien le escuchaba.

- Carajo!!

Soltó molesta. Tenía esa camiseta llena de barro y notaba el pelo también lleno de pasto y barro.
Que demonios pasaba?

- Doctora Álvarez.

Dije para captar su atención. La chica giro de prisa, entre sorprendida y asustada...
Pude ver bajo el reflejo de las luces que tenía sangre en el labio inferior.

- QUE DEMONIOS?

Dije ya soltando el paraguas y acercándome de forma rápida a ella
Note su confusión en cuanto me vio. Pero que esperaba si venía a mi domicilio?

- Samantha que pasó?

Pregunté ya con una de mis manos en su cintura y la otra elevando su rostro para ver a más detalle el daño...

- Que? Que hace usted aquí?

Pregunto, temblaba y podía sentir su cuerpo helado.
Cómo que que hacía yo aquí? Yo tendría que preguntar eso. Pero primero lo primero...

- Samantha que pasó?

Volví a preguntar mientras me sacaba la gabardina que traía puesta y la ponía sobre sus hombros.

Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora