capitulo 19

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No sé en qué momento perdimos el control absoluto. Lo único que se es que nuestras bocas se estaban devorando entre sí, que nuestras manos se perdían en la piel del otro. Ese desenfreno, ese calor que sentía en mi cuerpo y en el suyo era el que me tenía por completo sometido y mis instintos primarios tomaron el control de todo...
Su cuerpo estaba pegado al mío y mis manos la alzaron para que enredara sus piernas en mi cintura mientras ya me encaminaba a algún sitio sin saber dónde exactamente. Un muro sirvió de soporte perfecto para que mis manos y las suyas explorarán lo que teníamos a mano del cuerpo del otro...
Era una delicia perversa sentir sus finos dedos aferrarme por el pelo, mostrando como se sentía.
Me sentía consumido, luchando conmigo mismo para no pasar un límite que tirara por la borda todo lo que había logrado con mi pequeña transgresora en menos de cuarenta y ocho horas. Pero...
Es que mis manos parecían tener vida propia, y mi mente gravaba cada suspiro, gemido...
Cada sonido que mi pequeña soltaba, estaba aprendiendo. Descubriendo que le gustaba, que necesitaba.

- Detenme ahora Samantha..

Gruñi sobre la piel que saboreaba de su cuello, mis manos ascendían y bajaban por su cintura, llegando a sus senos y bajaban de nuevo. Buscando no equivocarme, buscando hacerla sentir segura de que ella tenía la decisión de avanzar o detener todo esto.
JODER!! Tenía que estar loco de remate para pedir que me dijera que parara y evidentemente no quería que lo hiciera, pero si quería que ella tomara la decisión. Seguir o parar dependía solo de ella...
Sus uñas se arrastraron en mi cuello y su boca buscaba la mia.
Aparte apenas si lo justo mi boca de la suya y fijé mis ojos en los suyos. Decir que el color negro de sus ojos destilaban fuego, ansiedad... No alcanzaba.
Un claro deseo de seguir. Pero necesitaba de la confirmación desde su voz. Tenía los labios rojos e hinchados y me encantó la idea de ser yo el que los puso así.

- Nena...

Susurre deslizando lentamente mi nariz por su cuello e inhalando su aroma...
Bajar la intensidad en este momento era lo más apropiado, porque si seguía aumentando el deseo de enterrarme en ella, más grande sería la caída si me detenía.
Manda respiraba de forma rápida, pero yo sabía que no necesitaba de su medicamento.

- Tu decides... Seguir, o... O parar...

Dije con voz ronca volviendo mi mirada a los ojos cerrados de ella que se dejaba arrastrar por sentirme... Cargo de aire sus pulmones apoyando la cabeza en la pared y me daba más acceso a su piel...
Carajo!! Si seguía así, mandaría todo al demonio y terminaría de una maldita vez con mi tortura.

- Nena...

Dije con la voz completamente ronca. Esto era imposible de tolerar.
Sus ojos de anclaron en los míos y solo me dio un beso intenso, robando el poco aire de mis pulmones, consumiendo cada gramo de control que pudiese quedarme aún. Mordió con cuidado mi labio inferior y soltó sobre mi boca.

- Esto... No puedes dejar, que lo decida yo...

JODER!! Eso que diablos significaba?
Seguía, paraba... Que Diablos quería decir?

- Manda yo...
- Tu me deseas?

Pregunto sin alejar sus manos de mis hombros y su boca en mi cuello...
Que si la deseaba? Es que no notaba como me tenía consumido?
Cómo responder a eso? Pues no precisamente con palabras. Mi cuerpo por inercia presiono mi entrepierna en ese punto que le permitiría sentir cuanto la estaba deseando yo. Si estaba a nada de explotar por la excitación que tenía.

- Esto, te responde cuando te deseo?

Dije volviendo a realizar el mismo movimiento.
Sus ojos se oscurecieron aún más si eso fuese posible, y esa ráfaga de deseo y lujuria se impregnó en mi mirada.

- Me tendrás que ayudar aquí Sam... Yo soy...

Y la bese acallando las palabras que saldrían de esa boca. Porque sabía lo que diría, porque sabía lo importante que era eso y porque en mi perversa cabeza me encantaba la idea de ser quién le abriera las puertas a ese mundo.
Virgen?  Me Excitaba la sola idea de ser quién escribiera en sus páginas...
Cuando nuestros cuerpos necesitaron de aire mordí el lóbulo de su oído y hablé casi en un susurro sensual.

- Solo necesito que me digas si quieres que pase o no...
Del resto...
- Si...

Me interrumpió. Busqué sus ojos una vez más y me centré en su rostro, delicado como el de una muñeca de cristal, sonrosado y con esa sexi boca suya hinchada.
Podía ponerme aún más excitado? Por Jesús María y José que si podía.

- Samantha... Has dicho que...
- Si... He dicho que si, que lo quiero... Que...lo dese...

Y eso fue todo lo que deje que hablara. Tenía la respuesta que necesitaba. La volví a besar ya sin contenerme. Sostuve su cuerpo y nos separe de esa pared, llevándonos a la alcoba. Porque podía estar consumido, enardecido de excitación, pero eso no quería decir que la tomaría contra una pared la primera vez la haría mía...
Menos aún sabiendo que era la primera vez que ella se entregaba a un hombre. No, esto tenía que hacerlo bien. Ella merecía perfección...
Ya en la alcoba no detuve mi andar. La recosté con cuidado sin dejar ni por un segundo de besarla ansioso.

Tu y yo... todo o nadaМесто, где живут истории. Откройте их для себя