capitulo 14

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Viernes
La cita primera parte...

Lo bueno de que Samantha viviera en el piso de arriba al mio era que no tenía que preocuparme de salir con el tiempo suficiente para llegar puntual a recogerla, estaba en casa desde la una de la tarde, había dormido unas cuatro horas , había echo mi rutina de ejercicio y ahora estaba afeitandome para luego meterme a la ducha.
Ya eran las 18: 10 pm tenía el tiempo suficiente para alistarme y subir a su piso a por ella.
Sabía que ella había llegado una hora antes que yo.
Cómo sabía eso? Pues porque Marco solía saber las horas de llegada de todos, y le pedí especialmente que me avisara cuando ella llegara. Porque? Porque quería saber si tendría el tiempo suficiente para descansar y luego hacer lo que sea que las mujeres hacen antes de una cita con algún hombre. Y si, en definitiva si nada la había complicado tendría que estar bien descansada.
Me di una ducha para relajarme y salí directo al vestidor.
Cualquiera pensaría que al ser un médico de mi categoría, usaría para la ocasión un buen traje echo a medida y llevaría a la chica en cuestión a un fino restaurante. Generalmente era así, cuando tenía algún compromiso de nivel personal con alguna mujer solía llevarla a disfrutar de una íntima velada romántica y luego...
Pero no. Esta vez tenía pensado todo lo contrario. U eso era porque estaba seguro que a Samantha eso no le significaría nada.
Tome un pantalón geant oscuro, una camisa negra y la chaqueta de cuero negro. Calzado deportivo y cómodo. Coloque el reloj en mi muñeca, saqué de mi maletín médico el inhalador que me había acostumbrado a tener a mano siempre y tomé de el cajón de mi mesa de noche la cartera.
Comprobé la cantidad de dinero que había retirado de mi cuenta corriente y mi móvil en el cual vi la notificación de un mensaje privado que abrí rápidamente al ver el número de remitente.
Al leerlo no pude evitar reír.

" No me has dicho a dónde iremos, por lo mismo no tengo idea de que ponerme, Samantha."

Respondí con rapidez sin borrar la sonrisa en mi rostro.

" Y no pienso decirte a donde te llevaré. De todos modos te daré una sola pauta...
Lo que vistas estará bien, solo preferirás usar un calzado que te guste y resulte cómodo. Nada de tacones matadores de veinte centímetros Pequeña. Te veo en breve."

Guarde la cartera y el inhalador en el bolsillo de la chaqueta y me encamine a la cocina. Me servi una taza de café y me dispuse a disfrutarla mientras pasaban los 20 minutos que faltaban para llegar puntual a buscar a Samantha.
El plan estaba en marcha hacia rato, todo perfectamente organizado. Y tenía las tres facetas de la velada listas para ser ejecutadas. Ahora solo restaba ella.
La llamada entrante fue la que estaba esperando.

" - NAT...
- Todo está listo. Lía pidió que muchos favores para los permisos, pero esta echo.
- Perfecto. Te debo una hermano.
- Ya me las cobraré no te preocupes. Me habías lo que pase.
- Seguro. Hablamos...
- Sam...
- Dime NAT.
- Parece que es alguien especial...

Dicho eso cortó sin esperar réplica de mi parte. Especial...
No lo sabía,pero merecía la pena averiguarlo.
Dos minutos después estaba en el ascensor ya subiendo al piso trece...
Un corredor similar al de mi piso dio el paso a una única puerta en el. Eso no me sorprendió, sabía muy bien que era un apartamento penthause, parecido al mío.
Golpeé la puerta y esperé hasta que está fuera abierta.
Samantha tardo un minuto en abrirme y cuando lo hizo me dejo sin aire en los pulmones. POR DIOS!! Si parecía estar frente a, a...
No lo que dijera no le haría justicia. Solo cabía una palabra y está aún no describía mínimamente lo despampanante que estaba.
No os confundáis, el atuendo era por demás censillo, pero ella...
JODER!!
Ese vestido color verde marino le quedaba como guante, ajustado hasta la altura de la cintura y caía suelto por sus piernas, un poco más abajo de las rodillas. Escote recto que dejaba a la vista su piel dorada, como si se hubiera echo un perfecto bronceado. El calzado perfecto y cómodo eran una bailarinas sin tacón en color crema y apenas un poco de delineador enmarcando sus ojos negros. Sus labios en su color natural, con apenas un leve brillo resaltandolos.

Tu y yo... todo o nadaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora