Capitulo 75

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- JODER!! POR FIN TE ENCUENTRO...
VAMOS!!

Pero que coños? La mano de mi pequeña transgresora tiraba con algo de fuerza y brusquedad de la mía y me obligaba a seguirle el paso. No entendía que pasaba

- Pequeña estas...?

Intente preguntar mientras ya ella nos estaba guiando en direccion al quirofano. No entendía que diantres ocurría pero su voz se escuchaba muy seria cuando me interrumpió

- Encontramos una masa, de como 9 milímetros de diámetro alojada por sobre la pared lateral izquierdo del corazón de Layla, tienes que ayudarnos...

Prosece la información mientras ya estábamos ingresando a los baños del quirofano donde un enfermero ya tenía listo para mi un traje quirúrgico y le daba otro a Samantha para que volviera a cambiarse. Mi pequeña empezó a sacarse la ropa que traía puesta mientras yo ya estaba pasando el pequeño cepillo con fuerza y rapidez por mis uñas y mis manos. Por fortuna había aprendido a separar mi cerebro médico de mis emociones personales, porque de lo contrario nunca habría podido atender a mi familia, como la mujer de Cristhian, como a Ivan, como a Phebe y sus hijos...
Samantha recitaba todo de forma rápida y mecánica mientras ya estaba sacando por sus piernas el pantalón y ahí estuvo el problema.
Los ojos del enfermero se clavaron en la piel que mi pequeña transgresora estaba mostrando sin ningún pudor, justo cuando se inclinaba y su trasero se alzó desafiante a los ojos de este tipo, claro que ella ni cuenta se había dado, mi mujer no notaba a nadie más a su alrededor que a mi, y el echo de cambiarse delante de otros de prisa para entrar en una cirugía no era algo extraño. Pero yo no pude evitar ver por el espejo como los ojos del idiota se oscurecía con rapidez y se exitaba con las vistas...
Ah No!! Eso si que No!!
Cuando le vi sonreír dicimuladamente y morder su labio de forma asquerosa sentí toda mi sangre hervir...

- Se te ha perdido alguna cosa?

Espete tratando de contenerme, con mis ojos clavados en el a través del reflejo del espejo pero sin dejar de lavarme.
Creo que Samantha ni cuenta se dio, porque ella siguió hablando de Layla mientras volvía a recoger su cabello y buscaba entre las ropas que se había quitado su hinalador. Lo supe porque en cuanto lo encontró mecánicamente se administro su dosis.
El idiota me miro un segundo y volvió su atención al trasero de mi mujer.
YO LO MATO!!!

- COMO SIGAS VIÉNDOLE ASÍ TE ROMPO LOS HUESOS...
A MI PROMETIDA LA RESPETAS CABRON!!

Celoso?? En absoluto, sabía que Samantha me amaba, pero eso no significaba que me gustara que otros la miraran de esa manera perversa como ya saboreando ese cuerpo.
Los ojos negros de Samantha se fijaron en mi un par de segundos confundidos y luego vieron al imbecil.

- Samuel tenemos trabajo y es muy importante...

Advirtió mi pequeña.
Volvió a ver al enfermerito con total seriedad y solo dijo con voz fría...

- Sal de aquí y mejor no entres a mi quirofano...

El iba a responderle alguna cosa pero mi mujer no dio a ninguno tiempo de reacción y de nada más...
Dio solo dos pasos para quedar pegada peligrosamente a mi cuerpo, atrapó mi cuello en sus pequeñas manos y devoro mi boca con hambre, desespero y lujuria contenida...
Todo paso a segundo plano, porque su boca exigía mi atención y que respondiera a ella. Y que hice yo? Pues eso, responder a las exigencias de la deliciosa boca de mi mujer enterrando ya mis dedos en las carnes de sus muslos y elevandola para que enrroscara sus piernas a mis caderas y pegar todo lo que podía su pelvis a mi ya sobresaltado amigo...
Ella respondió perversa a mi y se meneo de forma muy sugerente, mordió mi labio inferior y con la respiración algo errática y voz ansiosa hablo apartándose nuevamente de mi y volviendo al suelo.

- Que tenemos trabajo Samuel...
Pero cuando terminemos...
Tu y yo tenemos asuntos pendientes.
Ahora...
Podrías por favor darte prisa?

Y la muy... Se alejo y atravesó las puertas, mirándome con una traviesas y brillante sonrisa en el rostro. JODER!! Chamuscado era poco. Me había incendiado de manera espontánea...
Tarde un par de segundos en que mi cerebro se decidiera a razonar y pudiese moverme de mi lugar.
Entre en el quirofano donde mi pequeña ya tomaba en sus manos el bisturí y tenía puesto gorrito y el tapa bocas, una enfermera me coloco los guantes el gorrito y el dichoso tapabocas, estaba por demás sobresaltado y mudo cuando avance hasta la mesa y los ojos de Nat se fijaron en mi, haciendo que su voz me hiciera volver de donde me había llevado la mujer que ya tenía una vez más sus manos en Layla.

- ( Nat) Hasta que por fin decides unirtenos...

La mirada de Nat era divertida y se posó un par de segundos en mi y luego en mi pequeña transgresora,  tomé de la mano de Samantha el visturi y toda mi atención se fijo en la niña, en ese ser que mi pequeña adoraba...
Si...
Efectivamente, el problema era por demás serio. En vardad era una fortuna que descubrieran el tumor cuando yo estaba acompañando a mi mujer para brindarle apoyo...

- ( Samantha) Puedes hacerlo... Verdad?

La voz de mi pequeña se escuchaba seria, preocupada...
Ella sentía mucho por esa niña y yo lo sabía.
Una hora después, no soporte ya verla en el estado en que mi pequeña se estaba poniendo. La entendía claro que si, pero yo no podía lidiar con ella y  su temor de perder a Layla y hacer mi trabajo. Tenía que actuar fríamente...

- Doctora Álvarez, porque no toma un descanso por unos minutos?

No fije mis ojos en ella, no podía hacerlo, pero sabía que tanto los ojos de Nat, como los de Samantha se clavaron confundidos y los de mi pequeña incluso molestos en mi.
Nat, no dijo una sola palabra, pero sabía que no le gustaba mucho.

-  ( Samantha) No me hace falta. Estoy bien.

Espetó intentando contenerse.

- ( Samuel) Yo creo que si doctora, lo mejor es que...
- ( Samantha) Estoy bien.
- ( Samuel) Salga del quirofano Doctora.

Sabía que se molestaría, pero era eso, porque prefería mil veces tenerla molesta a angustiada.

- ( Samantha) Es mi paciente Doctor Rivera, usted mi invitado.
- ( Samuel) En el momento en que me buscaste para que entrara aquí a retirar este tumor de su corazón, ella dejó de ser tu paciente y paso a ser la mía. Ahora... Salga de mi quirofano doctora y déjeme hacer mi trabajo.

No necesitaba verla a los ojos para saber que sus ojos ya estaban relampagueando de furia. Pero permaneció callada, sacó sus guantes molesta y salió como fiera enjaulada
Unos minutos de silencio precedieron a su furiosa salida y luego la voz de Nat...

- Vas a tener que luchar para que olvide esto Samuel...
- Primero es salvar a su paciente, puede que no lo esté razonando en estos momentos, pero en cuanto se calme lo verá.

Dije continuando con mi trabajo.
Tres horas después yo ya había asegurado el corazón de Layla y casi que terminando con mi labor mande llamar a Samantha...

- Avicen a la Doctora Álvarez que su paciente está lista para que ella continúe con lo suyo.

No espere respuesta, asentí para Nat, mientras me sacaba los guantes y el tapa bocas para salir. Porque sabía que Nat se encargaría de Layla mientras Samantha regresaba al quirofano.

Tu y yo... todo o nadaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن