Capitulo 80

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Mire una vez más el rolex en mi muñeca, ya tres horas...
Tres malditas horas!! Que tanto se podían demorar las mujeres en arreglarse para una gala?
Casi que no había visto a mi mujer desde que arribamos a Londres dos días atrás, y hoy era la gala de premiacion....  Se suponía solo tenían que vestirse, peinar sus cabellos y maquillarce. Tan difícil era que lo hicieran todo en la mitad del tiempo que ya había pasado?

- Debes relajarte Samuel...

La voz de Alex sonaba divertida, burlesca, y no evite darle una mirada de muerte.

- Que tanto pueden demorar en estar listas? Que solo es ponerse un vestido fino y unos tacones altos.

Cristhian, Miguel, y Alex soltaron la carcajada. Para mi no había chiste en lo que decía, por dios!! Tres horas para ponerse un vestido?? Que tan difícil puede ser ponerlo en el cuerpo si quitarlo es muy simple...

- ( Cristhian) Se nota que estas fuera de juego hermano, cuanto hace que no vas a un evento como el de esta noche acompañado de una mujer?
- ( Miguel) No se burlen tanto, de seguro desde la época de los dinosaurios...

Se carcajearon aún más, me encamine a servirme un trago mientras negaba ofuscado cuando las risas a mis espaldas murieron y todo se sumió en un rotundo silencio...
Cuando volví a verles supe porque.
Los ojos de los tres hombres estaban clavados en las escaleras que daban a la planta alta en la mansión de Cristhian donde cuatro mujeres bajaban con cuidado de no caer por causa de los vestidos que usaban esa noche, literalmente me quedo la respiración atascada en la garganta, no pude parpadear, no pude emitir un solo sonido más. Y ella bajaba de forma tan pausada y delicada que parecía un ser de otro universo, esa mujer no era mi pequeña transgresora, no podía serlo. CARAJ....
Todos mis pensamientos quedaron perdidos en ese profundo escote que lograba hacer mi cuerpo tensarse de manera estrepitosa.
Alex fue a paso rápido y seguro a tomar la mano de su mujer y el resto de los hombres que nos acompañaban  siguieron sus pasos, sabía que tenía que hacer lo mismo, pero es que no podía moverme de donde había quedado clavado.
Mi pequeña transgresora estaba más hermosa que nunca antes y eso era algo difícil, porque desde que la vi por primera vez supe que era perfecta y hermosa como ninguna. Pero es que ahora la veía y no podía evitar desear mandar todo al mismo diablo y perderme en la profundidad de ese escote que me llamaba a quemarme en las llamas de su infierno. 

- ( Miguel) Cada segundo de espera siempre merese la pena cariño...
Luces radiante.

Dijo Miguel a su esposa. Alex ya estaba besando a su mujer y Cristhian sólo se limitó a hacer que su esposa girará sobre sus tacones para poder darle un repaso completo de su cuerpo y asentir satisfecho antes de abrazarla a él y hablar.

- ( Cristian) Una perfecta diosa entre mortales...  Mi diosa entre mortales.

Yo estaba perdido, pero no por eso hice esperar demasiado a mi pequeña.  Camine hasta tenerla justo a un par de pasos de mi y tendi mi mano a ella para ayudarle a decender el par de escalones que le faltaban.
Sus ojos negros se veían preciosos en ese marco violeta de sombras que lo hacían resaltar.
Sus labios pintados en un color vino tinto invitaban al pecado, sus largas uñas del mismo color y toda su suave piel color caramelo gracias a los rayos del sol caribeño resaltaban en ese vestido de noche del mismo color que sus perfectos labios, la tela se unía a su cuerpo como si fuera un guante, dejando resaltar sus atributos de mujer...
Mi mujer...
Podría haberlo imaginado, pero no habría podido llegar siquiera a suponer lo que me encontraría.

- ( Samuel) Tu quieres provocar un infarto en tu hombre pequeña...

Dije sin apartar la mirada de toda ella.  Samantha sonrió con algo de timidez y aparto de sus ojos negros unos mechones de su cabello que caían sueltos del precioso peinado que se había echo. Un recojido simple que le daba a toda ella un aire muy sofisticado y elegante. 
Sentí la mano de Cristhian posarse en mi hombro y aunque no deseaba apartar los ojos de mi mujer le mire, el tenia tendida su otra mano entregando e el estuche que había olvidado sobre la mesa junto al sillón y recordé que eso era algo importante.
Lo tomé de su mano y sonreí volviendo mi atención a mi pequeña transgresora que me miraba.
Aclare mi garganta y la guíe con cuidado al medio del salón.

- ( Samuel) Creo que es necesario hacer un par de cosas antes de ir a la gala...

Empecé a explicarle. Sus ojos se tornaron curiosos y miro a todos los que con nosotros estaban para luego volver su atención una vez más a mi.
Tenía que reconocer que me sentía algo nervioso, porque no quería que ella se sintiera en absoluto incómoda. Pero para mi era mostrarle a ella y al resto del mundo cuanto significaba ella para mi.

- ( Samuel) Tengo un pequeño regalo para ti Samantha... 
Y antes de entregartelo necesito que sepas que si bien para mi significa todo, que creo que simboliza todo lo que tu significas en mi vida, no tienes ningún motivo para usarlo o aceptarlo si no te sientes cómoda por algún motivo.

Eso la hizo mirarme más confundida.
Dios, solo deseaba que no la incomodara.

- ( Samuel) Sé, y tengo muy precente a cada segundo, que para ti...
El usar algún collar puede traerte recuerdos amargos. Y juro que mi única intención es el que entiendas y sepas siempre que te amo, te amo como la mujer libre que eres, esa hermosa revoltoso que lleno mi mundo de caos pero también de felicidad y amor...
Quiero que todo el mundo sepa, que tu... Y solamente tu eres la dueña de todo mi ser y mi corazón te pertenece....

Dije y abrí ante sus ojos el estuche de terciopelo negro.  Cuando sus ojos descubrieron su contenido todo su cuerpo tembló, pero la sonrisa no se esfumó de su rostro por completo.
"Eso es bueno" pensé.
Ante ella tenía un muy delicado y fino collar de brillantes muy pequeños con un dije central que tenía finamente tallado una mariposa y la palabra
" Libertad"  escrita con delicado cuidado.  Unos finos pendientes acompañaban el collar y una pulcera con un dije muy similar pero que tenia escrito su nombre.
Espere en completo silencio a que ella dijese algo. Sus dedos fueron temerosos a acariciar la fina pedrería y su sonrisa se amplio al detallar en ellos el dije del collar que le estaba obsequiando.

- ( Samantha) Sammuil... Es... Es precioso... De verdad, es muy hermoso 
No se que... Decir yo...
- ( Samuel) No tienes que decir nada pequeña. No tienes que usarlo sol...
- ( Samantha) Claro que lo voy a usar!!!

Me interrumpió tirándose a mis brazos y enterrando su rostro en mi pecho. No evite la sonrisa de mi rostro. Me sentía orgulloso de ella y muy afortunado. Mi mujer era una luchadora, y yo no podía estar más orgulloso de ella...

Tu y yo... todo o nadaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin