capitulo 12

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- No pierdas tu tiempo Samuel...
Yo no soy buena, y no soy lo que buscas...

Eso fue lo que dijo. Y pude sentir el dolor y temor que sus palabras  escondían.
Podía haberla detenido.
Decirle que no podía saber lo que yo buscaba, que era mi decisión si perdía o no mi tiempo en ella. Podía decirlo, porque era la verdad...
Pero, no lo hice. Deje que se alejara y me quede solo viendo la inmensa ciudad. Tenía que pensar, despejar mi mente de todo y todos...
Descubrir porque ella despertaba esa curiosidad en mi. Porque me molestaba que ella no me soportara.
Pensé en mis amigos, en sus vidas. Pensé en que ellos encontraron algo que no buscaban en las mujeres que no esperaban...
Cristhian tenía a su lado una magnífica mujer a la cual adoraba, y esa mujer tenía una mochila y una vida espantosa antes de conocerle. A el eso no le importo, se enamoró de ella, Lucho y gano. Ahora eran felices.
A Iván le pasó algo parecido con Isabella, solo que aún su felicidad no llegaba. Bella se había apartado de el y ahora mi amigo vivía a medias...
Pero aún la amaba, y reconocía que esa mujer le había enseñado lo que significaba amar. No le importaba que ella no estuviese con el, la seguía amando con desquicio y solo esperaba que ella pudiese ser feliz en algún momento de su vida.  Y Nathaniel... Esa historia aún no estaba definida, pero cuando lo vi en la tarde le descubrí con un brillo especial. Él se había casado incluso para ayudar a esa chica Lía. La quería, yo estaba seguro, todos lo estábamos aunque el aún no lo admitía.
Ellos encontraron su felicidad en mujeres únicas, diferentes. Mujeres que no tenían una vida color de rosa...
El recuerdo de Samira llegó a mi como agua clara. Había amado a mi mujer, y hubiera dado mi vida por sanarla, por salvar a nuestro hijo. Pero cuando conocí a Verónica ella y mi difunta esposa me hicieron comprender que tenía que dejarle partir, y yo tenía que continuar viviendo...
Samantha me hacía recordarla sin que incluso yo lo notara, esa terquedad, esa independencia, una fortaleza que ninguna de las que han pasado por mis manos, poseían.
Eso me llenaba de incertidumbre y a la vez me gustaba. Tenía que reconocerlo...
Samantha Álvarez despertaba en mi una atracción que no Samira había despertado. Samira era fuerte, dulce, terca...
Cualidades difícil de encontrar.
Samantha tenía todas ellas y de eso estaba seguro. Pero incluso apostaría que tenía muchas más.
Me deje arrastrar por mis pensamientos, por mis recuerdos y me descubrí deseando algo que no pensé que me faltará.
Quería una mujer auténtico, no muñecas de cristal que al menor de los problemas se dejan arrastrar. Quería una verdadera mujer, que luchará sin importar las veces que cayera. Que diera pelea a la vida en los momentos cruciales.
Podía no ser Samantha Álvarez. Pero ella despertaba mi curiosidad como ninguna. Por lo mismo tome la decisión...
No forzaría nada, si ella era la mujer que yo esperaba... Aquel buen amor que Samira había dicho que llegaría a mi vida, el tiempo se encargaría de demostrarlo. Si no lo era, eso no cambiaba el echo de que ella me agradaba como nadie...
Dejaría que pasara lo que tenía que pasar sin apresurarme, seguiría mis instintos y haría lo que estos me llevarán a hacer.
En definitiva de eso se trataba la vida. De momentos, experiencias y vivencias...
Buenas o malas, todo era parte de la vida. Y yo hacía mucho había decidido aprovechas cada oportunidad.
Respire profundo y decidí que era momento de continuar.
Seguir adelante pasara lo que pasara...

Tu y yo... todo o nadaWhere stories live. Discover now