capitulo 41

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Unos golpes en la puerta fueron los que me despertaron, me recoloque en la cama ya estirando con pesadez mis agarrotados músculos, supongo que el cansancio por fin me había pasado factura, porque podía ver los rayos del sol iluminando toda la alcoba. Por inercia miré a mi derecha, encontrando a mi pequeña transgresora dormida, su cuerpo pegado todo lo que podía a mi calor, no pude evitar sonreír quitando esos mechones de cabello de su rostro y acariciar su piel, se sentía aún algo deshidratada, pero eso pasaría. Yo me encargaría de que mi pequeña volviera a ser esa hermosa mujer que conocí...
Los golpes en la puerta volvieron a escucharse y mi pequeña hizo ese gesto que me indicaba que pronto despertaría si seguían haciendo ruido. Bese su frente con cuidado y salí de la cama, acomode mejor la fina manta sobre el cuerpo de mi mujer y fui a ver quien me despertaba.
Lo que no esperaba era tener en la puerta de mi alcoba el rostro relajado de Miguel Domínguez, que estaba haciendo el aquí?

- Miguel...

Saludé confundido y sorprendido a partes iguales.
El hombre frente a mi sonrió y dio una rápida mirada sobre mi hombro para ponerse de inmediato serio y hablar en voz baja.

- Samuel, tenemos que hablar...

Volví a darle una mirada a mi pequeña antes de asentir a Miguel.

- Dame un par de minutos.

El acepto y hablo ya girando sobre sus pies.

- Nathaniel, Cristhian y yo les esperamos en el jardín. Hace un día hermoso para hacer que tu mujer tome un poco de sol y las chicas la entretengan mientras nosotros hablamos.

Las chicas? Ohhh mierda!! Las chicas!! Si Cristhian y Nathaniel estaban aquí de seguro estarían Verónica y Lía, y Miguel habría llegado con su mujer e hijos...
Eso me preocupaba, porque Lina había dado a luz no hace mucho tiempo y con lo ocurrido con Samantha y la perdida de nuestro bebé...
Creo que mi expresión le dijo que no sabía si era buena idea, porque Miguel se adelanto a hablar.

- Tranquilo, mi Linda esposa no ha venido conmigo. Supusimos que sería algo delicado para Samantha estar cerca de un bebé con lo ocurrido, Nathaniel nos comentó de vuestro hijo...
Yo... Lo lamento de verdad.

Dijo dándome una mirada antes de bajar las escaleras.
Suspiré y cargué de aire mis pulmones antes de decidirme a despertar a mi pequeña.
Pero no tuve que hacer nada, porque cuando me acerque a la cama para despertarla Samantha hablo aún con sus ojillos cerrados...

- No quiero salir de aquí Sammouil...

Dijo apresando la almohada que yo había usado y acomodando mejor la manta para quedar lo más cubierta que podía y cerraba los ojos con aún más fuerza.
Me acuclille en la cama y acaricie su mejilla tratando de mantenerme sereno.

- Princesa... Tienes que desayunar y tomar un poco de sol. Te hará bien a tu salud amor...
- Sammouil...

Llorisqueo sin verme. Eso me mataba, porque no quería obligarla a absolutamente a nada pero tampoco podía dejarla que quedara aquí encerrada, ella necesitaba del aire, el sol que le brindara la vitamina D que su cuerpo necesitaba...

- No quiero ver a nadie...
No estoy lista Sammouil...

Suspire, y pronto encontré una pequeña solución por el momento.

- Está bien pequeña...
No tienes que ver a nadie, hagamos algo...

Mi pequeña abrio uno de sus ojillos y me enfoco con esa mirada confundida. No pude evitar sonreír y besar su frente.

- Yo tengo que recibirles, pero si lo prefieres tú puedes aprovechar el tiempo, tomar un relajante baño de burbujas en la bañera, y luego desayunar en  la terraza de esta misma alcoba, las vistas son de verdad increíbles y estoy seguro que el paisaje te encantará.
- No se ni donde me has traído Sammouil...

Dijo con tono cansado. Y reí, reí porque mi pequeña tenía razón, ella no tenía idea de a donde la había traído. Bese fugazmente sus labios aún resecos y sobre estos hablé...

- Estamos en el Caribe pequeña...
Te traje al Caribe, una isla de verdad hermosa, aguas perfectas y donde puedes tener toda la calma y tranquilidad que necesitas.

Fue ahí que mi pequeña abrió ambos ojillos y me miro sorprendida ya sentándose en la cama.

- Caribe? Me has traído al Caribe?
- Te he traído al Caribe...
Anda... Que me dices? Baño de burbujas y desayunas en la terraza con la increíble vista del mar?
- Ella asintió aún sin poder cambiar su expresión de confusión y sorpresa.
- Bien, le pediré a Erick suba tu desayuno mientras yo me doy una ducha rápida y preparo tu baño de burbujas. Te parece bien?

Y mi pequeña volvió a asentir. Pero sus ojos ya estaban fijos en el enorme ventanal que daba a la terraza de la alcoba.
Negué divertido incluso por su expresión y me dispuse a preparar lo que le había dicho. Pedí a Erick le dijera a la cocinera que preparara el desayuno a mi mujer y que solo el lo subiera. Le dejaría apostado a la puerta de esta alcoba hasta que mi pequeña quisiera bajar o yo pudiera subir nuevamente.
Media hora después yo estaba ya prendiendo los botones de mi camisa mientras mi pequeña se metía en el baño a tomar su baño de burbujas.
La verdad no sabía qué pensar, lo único que tenía claro era que tal vez la presencia de Cristhian sería buena, el podría guiarme mejor sobre cómo manejar las cosas, o eso esperaba. Porque lo único que me importaba era que mi pequeña pudiese volver a sonreír como merecía.
Baje las escaleras ya algo más que ansioso, pero al llegar al salón el murmullo de las voces me decían que lo que pasaba no me agradaría mucho.
Cuando llegue al salón el silencio se hizo hermético, tanto que sentí que estaba en un maldito funeral.
Miré las caras de todos, encontrando primeramente a Lía y Verónica con expresión preocupada. Vero fue la primera en ponerse de pie y caminar hasta mi atrapando me en un cariñoso abrazo mientras hablaba.

- ( Vero) Lo siento tanto Sam...

Tu y yo... todo o nadaWhere stories live. Discover now