capitulo 39

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Era casi medio día cuando cruzamos la puerta de la casa. Manda parecía extremadamente cansada, por lo mismo no quise estresarla. Ella pidió ir a dormir un rato y a mi me pareció bueno que lo hiciera. La acompañe a la alcoba principal y la deje ya dormida casi media hora después, yo aún no podía permitirme descansar, primero tenía que hablar con Erick para saber todos los medios de seguridad que se habían aplicado en toda la propiedad.
Me encamine a la cocina donde ya me esperaba Erick con una taza de café en las manos.
Cruce la puerta de la amplia cocina y me dispuse a servirme una taza del revitalizante alijo para mi mientras le saludaba..

- Buen dia Erick. Todo está en orden?
- Buen día señor Samuel. Si, todo está en funcionamiento.

Bien, eso era bueno. Pero yo necesitaba saber cada mínima medida de seguridad que se había implementado.

- Ponme al día de todo lo que tenemos cubierto por favor.

Indique sentándome frente a él en la isleta de mármol.

- Stefano ha echo un gran trabajo instalando las cámaras de seguridad en la propiedad.
- Cuantas están operativas?
- Se instalaron 56 cámaras que cubren un perímetro de una hectárea por fuera del límite de la propiedad, si alguien aparece a esa distancia lo sabremos. Todo el terreno está cubierto de cámaras sin dar ningún punto a ciegas, hay sensores de movimiento y dentro de toda la casa a exepcion de la alcoba principal y los dos baños principales cuenta con cámaras.
La cerca tiene una altura de cuatro metros y está electrificada, la entrada cuenta con cuatro guardias armados, se harán turnos rotativos de ocho horas, pero siempre serán cuatro los hombres.
Diez hombres recorrerán todo el perímetro interno y seis realizarán el recorrido por fuera de la propiedad.
Dentro de la casa habrá siempre cinco hombres, se harán revisiones dentro de la casa en periodos de dos horas.
- No los quiero interrumpiendo en la alcoba de Samantha todo el tiempo. Ella necesita tranquilidad... 
Además la mayoría del tiempo yo estaré con ella. Si no hay nada fuera de lo esperado no es preciso que entren en la alcoba principal más aya de revisarla tres veces al día.
- Eso lo teníamos ya previsto señor, yo mismo me encargaré de ese control.
- Bien, supongo que estamos cubiertos.
- hay apostado un ejército para asegurar la protección y seguridad de la señorita, esta vez ese...
Ese tipejo no podrá llegar a ella.

Miré mi reloj por inercia y calculé las horas, en este preciso momento estarían poniendo las esposas a ese alacrán y leyéndole los derechos. Moría de ganas de verle la cara al maldito cobarde ese y reír a su costa, pero no lo tendría. Por dos motivos, el primero era que el estaba siendo apresado en París Francia, y el segundo y más importante era que yo tenía algo mucho más importante de que ocuparme...
Mi pequeña transgresora tenía un largo camino para recuperarse y yo no pensaba dejarle sola en ningún momento del proceso. Había calculado que le llevaría al menos un mes para empezar a mostrar los avances de su recuperación, y al menos tres para poder estar seguro de que su cuerpo volvía a ser que tenía que ser, Con el peso adecuado. Con mi cabeza enfocada en su recuperación y el asegurarme de que nadie se acercara a ella para dañarla...

- Samuel...

La voz de Erick hizo que volviera mi atención nuevamente a la charla que manteníamos.
Fijé mis ojos en los suyos y esperé, su mirada perdió intensidad, como si algo realmente lo estuviera torturando.

- Yo quería pedirle una disculpa. De no haber fallado en mi trabajo la señorita Samantha no habría sufrido todos estos meses...

Podía notar su molestia, el sentía la responsabilidad de lo sucedido y le entendía. Porque yo lo había contratado precisamente para mantenerla a salvo y el idiota de Carlo llegó a ella.

- No sirve que nos detengamos en el pasado Erick, te dije en ese momento que Samantha tomaría todas las decisiones y fue lo que hizo. Manipulada o no, y aunque bajo amenaza, ella siempre tuvo la decisión.
- Pero yo tenía que evitar que llegara a ella.
- Tu cometiste un error, pero yo cometí el más grande de todos en esta historia y fue el hacerle caso cuando me pidió que me fuera. Ahora es tiempo de rectificar los errores de ambos.
- Tiene razón.

Tu y yo... todo o nadaWhere stories live. Discover now