Capítulo 18

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Miró despreciativa a la rubia que interactuaba con el resto de los presentes

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Miró despreciativa a la rubia que interactuaba con el resto de los presentes. Todos reían ante lo encantadora que resultaba y bebían animados cuando bromeaban con ella. Era más carismática de lo que jamás había sido y aquello lo detestaba en toda su totalidad.

—Nunca había visto a una chica tan desesperada por atención, amiga —masculló Audrey, posándose a su lado. William charlaba en la lejanía junto a Edward y su padre, algo sobre la coronación y la alentadora llegada de los reyes Australianos —sigues siendo la más hermosa de este lugar —añadió, dándole un golpecito en las costillas. Olivia rio y bebió un sorbo de vino.

—La odio, es peor de lo que imaginé —murmuró, mirándola fijo. La rubia seguía mostrándose despampanante, con los ojos fríos enmarcados por un muy leve delineado y los labios rosados le daban un aire angelical que ella jamás tendría —está haciendo todo esto con algún propósito y te aseguro que no es ninguno bueno.

—Yo también lo creo, Olly —afirmó, plantando su mirar en ella —pero mientras más le des importancia, ella más importante se va a sentir pero a final de cuentas, quien sale con William eres tú —remarcó, haciéndola sonreír.

—Sí, ¿verdad? Yo salgo con él, con William —murmuró soñadora, olvidándose pronto de aquella fémina, pensando en él y lo grandioso que resultaba —; por cierto, ¿Cómo van las cosas con Edward? —Indagó pícara. Grey se sonrojó, sujetando con ambas manos la copa para ocultarse un poco la vergüenza.

—El próximo fin de semana tenemos el evento benéfico en Monte Carlo, así que Ed planea que nos vayamos unos días antes para conocer la ciudad —contó, brincando de emoción —a veces creo que me desprecian más de lo que aparentan —susurró, señalando con la cabeza a los invitados del evento en el jardín del castillo.

— ¿Por qué crees eso?

—En comparación tuya, yo no he sonado en las noticias, ni he recibido clases de etiqueta antes de presentarme, ni tampoco soy íntima amiga de Georgina o la reina Minerva —masculló; de alguna manera, Olivia lo sintió reproche y la miró, vislumbrando que en verdad la hería aquello.

—Me gustaría tener tu suerte; te has ahorrado lecciones y regaños, torceduras de pies y momentos incomodos, así como una gran investigación de parte de la prensa —farfulló, intentando que sonara mal e incluso una lástima, para que viese que no era algo genial, sin embargo, Audrey gruñó y asintió, con la nariz arrugada —oye, en realidad, esto no...

—Ahora vuelvo —dijo, dispuesta a marcharse.

—Oye —, detuvo, temblorosa; no quería que malos entendidos se hicieran con Audrey, con ella no — ¿cuidarás mi espalda? —Indagó. La castaña apretó la boca y suspiró pesado, debatiéndose, aunque al final sonrió, sincera, abrazándola por los hombros.

—Siempre.

Audrey se encaminó a la mesa de los bocadillos, dejándola en su lugar junto al floral arreglo. Suspiró, pidiéndole una copa más a uno de los meseros. Se encaminó a pasearse por allí, llegando hasta la segunda mesa en donde se hallaban diferentes bebidas en copas de todos tamaños; no sabía qué hacer con exactitud, puesto que Will aún se encontraba con su hermano y padre y Georgina charlaba con Magnus en algún lugar.

Desastre RealWhere stories live. Discover now