Cuando William Crown entromete en su vida a Olivia Cumberbatch, sus ideas van más allá de un simple coqueteo dulce, sino, que necesita de su ayuda para poder obtener aquello que por derecho posee desde nacimiento: la corona.
De esa forma, Olly no so...
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Suspiró frustrada, aguantando el dolor de la tensión que se residía en sus hombros y cuello, llenándola solo de cansancio y puro agotamiento. De igual manera, se supondría que a esa altura William ya habría llegado. Su vuelo salía a las seis de la mañana, así que ya se debía de encontrar allí y en verdad, lo extrañaba mucho.
Un serie de toques a su puerta la llamaron. Arrastrando los pies caminó hasta allá, dispuesta a atender, aunque esta pronto se abría, haciéndola fruncir el ceño sobre todo cuando notó a Richard ingresando con una sonrisa entre los labios, una que no supo interpretar.
—Buenas noches, reina Crown —saludó, confundiéndola aún más de lo que ya se encontraba — ¿Cómo estás?
—Solo Olly, Richard, lo sabes —masculló, tratando de mostrarse afable. Le permitió que la siguiera hasta el interior del lugar, pidiéndole al guardia que cerrase la puerta por ella. Este asintió y sin más, acató, dejándoles privacidad —no sabía que vendrías a américa —comentó tomando asiento en el gran sofá. Sin pedir permiso ni nada, se acomodó junto a ella, con un semblante que la castaña no supo descifrar. Algo había allí que no le causaba buena espina en lo absoluto.
—En realidad, fue una decisión que tomamos de último momento. Dal's y yo queríamos pasar tiempo juntos fuera de Inglaterra, vacacionar y esas cosas —vociferó, restándole importancia, una que Olly sí tomaba en cuenta — ¿y mi sobrino? Creí que él también vendría.
—Sí, é-él vendrá —aseguró, dubitativa — ¿y desde cuándo te interesa tanto tu sobrino? —Indagó a la defensiva, aun confusa. Desde que ella había llegado a la vida de Will, se había mostrado lejano y bastante malhumorado cuando se trataba de acercase a ella o al primogénito de los Crown. Richard deformó su sonrisa, asustándola.
—Siempre he estado interesado por él, Olivia —aseguró, de una manera que causó escalofríos en la morocha. Se quedó callada. Un frío y tenso silencio se formuló, inquietándola, dejándola tan trémula que tuvo que sostenerse con fuerza las manos para evitar que se viera su tembloteo —; tengo que admitir, que eres mejor actriz de lo que esperaba, con todo ese show de amor y caridad que les muestras a todos...
— ¿Qué cosa? —Cuestionó, confundida y con algo de ira comenzando a surgirle desde el pecho. ¿Cómo se atrevía a decirle eso? ¿Cómo era capaz de llamarle falsa y poner en cuestión su afecto por Will?
—Por favor, Cumberbatch. Ambos sabemos que solo eres una puta más de Will —agregó colocándose de pie frente a ella. Tragó grueso, miedosa, admirando al hombre que poco a poco la confundía y asustaba más de lo que ya.
— ¿De qué estás hablando? —Apenas pudo decir, retrocediendo en su lugar poco a poco. Sin tener ningún espacio para escapar, tuvo que retenerse a aguantar el toque perturbador de Richard en su mejilla, acariciándola con una intensa y sucia mirada que causó temor en su sistema.
—Vamos, dime... lo que sea que te esté pagando, yo te pagaré el triple —añadió. Alerta se alzó de su posición, apartándose veloz, pero sus pasos pronto lo llevaron hasta ella y con fuerza sujetó su anatomía, a pesar del resistente forcejeo que Olly hacía.
