Capítulo 43

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Miró desde su posición con incredulidad a William

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Miró desde su posición con incredulidad a William. Al ver que sí lo haría, bajó las gafas de sus ojos, detallando mejor al hombre, sonriendo y carcajeando cuando se lanzaba desde la plataforma, haciendo un gran salpicado que llegó a mojarle incluso los pies.

Aplaudió cuando salió del agua y él, divertido, hizo una reverencia, exagerada y tonta, provocándole solo más risas de por medio.

—Deberías ser clavadista olímpico —jugueteó conforme se fue acercando hasta salir de la piscina. Sintió el pulso latirle rápido cuando salió, con el agua chorreando, haciéndole brillar la piel con la luz del sol y el rocío, viéndose guapo con el cabello lamido por el agua y los abdominales subiendo y bajando por aire —quizá te lleves la medalla de bronce —añadió, sentándose en su lugar de la forma más estrecha posible para permitirle espacio; así mismo, le pasó una toalla.

—Si practico mejor podría obtener la de oro —canturreó divertido, secándose el cabello — ¿tú cual me darías? —Indagó, sin perder ese toque juguetón que estaban empleando.

—Pues, con tu puntaje por técnica y por entusiasmo... creo que llegarías a una de chocolate.

— ¡Oh, vamos! ¿Ni siquiera la de cobre? —Bromeó, a lo que ella negó antes de echarse a reír —entrenaré y seré el mejor clavadista olímpico que hayas visto —farfulló, haciéndole asentir enérgica y animada.

—Voy a ser tu entrenadora e iremos a los concursos de todo el mundo hasta que llegues a los olímpicos —aseguró, entusiasmada —y veremos a diferentes celebridades olímpicas, entrenadores y-y... no se me ocurre nada más —concluyó, apretando la boca. Will se echó a reír con ganas antes de tomarla por la nuca y besarla, deleitándose con el cálido sabor de sus labios. Lo recibió gustosa, con una sonrisa, aceptando cada toque que le brindaba —por cierto, Magnus me llamó. Me dijo que tenemos que hacer un viaje a Kenia para ver qué podemos hacer ante la falta de disponibilidad de agua potable y hogares. Al parecer la tasa de mortalidad va en aumento y de todas las edades y que el porcentaje sube a niveles catastróficos.

—No te gusta escuchar eso, ¿cierto? —Dijo, puesto que en su rostro se reflejó el dolor que le producía.

—Muchas de esas personas enferman, mueren o pasan hambre y sed —comenzó a decir, mirando al agua —y nosotros estamos aquí, pasándolo bien cuando ellos no, ¡y así hay muchas personas mientras hablamos de esto! Sé que quiero hacer algo para cambiarlo, pero no sé cómo y me frustra eso porque siempre lo he pensado en realidad, Will. Si todas las personas tuviéramos la oportunidad de ayudar, quizá podríamos conseguir que los países en vías de desarrollo mejoren o algo.

—Lo haremos mejorar, verás que sí —prometió, tomándole la mano, antes de besarle los dedos —les brindaremos opciones y oportunidades, verás que lo vamos a lograr. Conlleva tiempo, esfuerzo y recursos, pero eso no es nada si al final conseguimos brindarles una calidad de vida fidedigna —canturreó firme y decido, brindándole un poco de satisfacción en cuanto a sus ideas. Quería ir cuanto antes.

Desastre RealWhere stories live. Discover now