Capítulo 30

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Caminó con las gafas de sol puestas hasta el interior del banco

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Caminó con las gafas de sol puestas hasta el interior del banco. Miró a todos lados, buscando algún auto, persona o incluso animal que se pudiera percatar de su presencia. Para su suerte, no había nadie allí que la estuviese buscando aunque al mismo tiempo, le causó una decepción y tristeza inmensa que casi la hace derrumbarse allí.

Casi.

Tras dar su número de cuenta y la cantidad a desear, terminó con el dinero necesario en sus manos, el cual era en total, todo lo que había conseguido ahorrar desde que era adolescente, desde la pequeña herencia que había recibido por parte de sus padres, hasta el dinero que ella misma había juntado con esfuerzo.

Tras guardar el dinero en su mochila, se colocó las gafas de sol y el gorro de la sudadera. Caminó veloz por las calles de Londres, hasta conseguir un taxi al que pidió que la llevase a un café. Se internó en el establecimiento hasta llegar a los baños, donde cambió su atuendo por simples jeans rasgados, una ajustada blusa de tirantes negra, una chaqueta azul marino y una peluca en rubio dorado.

De nuevo, salió, con un nuevo par de gafas de sol. A lo lejos, descubrió un auto negro bastante reluciente y vio como un hombre de porte regio ingresaba al café, de seguro para buscarla.

Se suponía que ese día se casaría con William y aún no se daba la noticia de que ella se había marchado del palacio y en sí, de la vida del príncipe y heredero.

El día anterior, se había dedicado a buscar a una vieja amiga de su madre que era costurera y poseía una tienda de disfraces, lo cual le iba de maravilla y gracias a ella, tenía todo para ocultarse por lo menos hasta que consiguiera salir del país.

Consiguió igual por la noche un boleto para viajar a México; haría que allí le perdieran el rastro, ya que conseguiría un nombre nuevo y un pasaporte falso para ir hasta Perú, donde planeaba hacer borrón y cuenta nueva.

Al llegar al aeropuerto a la hora indicada, se detuvo a comprar un pequeño bocadillo para soportar el hambre. Había comprado un boleto de clase turística para tener la mayor cantidad de dinero disponible con tal de conseguir llevar a cabo su trabajo con éxito.

No se había llevado nada del palacio, ni de William, ni de los Crown. No quería nada de él.

Al momento en que abordó el avión, supo que quisiese o no, eso marcaría un nuevo comienzo para ella y su vida y que sobre todo, no habría marcha atrás. Se despediría de él y no importaba cuanto quisiese quedarse a su lado, confió en él en dos ocasiones y después de haber visto lo que vio, sabía que no podía volver a hacerlo, no sería capaz de tolerarlo de nuevo.

Ella le dio todo de sí, pero al parecer él seguía compartiendo un pedacito de él con Dalila, a pesar de haber dicho que todo era para ella.

— ¿La encontraron? —Indagó preocupado, desesperado, con ojeras marcándose bajo los ojos. El hombre negó y los otros dos hicieron la misma acción, enloqueciéndolo por completo, provocando que el movimiento que hacía recorriendo el despacho de aquí para allá fuese más veloz.

Desastre RealWhere stories live. Discover now