DOS

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—¡Llegaremos tarde, Seungmin! —gritó el pequeño Yang Jeongin a su hermano mayor que aún permanecía en el baño de arriba arreglando su cabello.

Los hermanos Yang se levantaban todos los días para ir juntos a la escuela. De camino recogían a sus amigos, Felix y Jisung, que vivían en el mismo vecindario.

Esa mañana Seungmin había olvidado poner el despertador.

—¡Seungmin qué tanto haces, baja ya! —volvió a reclamar el pequeño con frenillos en forma de berrinche mientras veía el reloj en su celular.

—¡Ya bajé, joder! —respondió el mayor mientras bajaba de a dos escalones—¿Por qué tanto apuro? No tenemos faltas este año, una no afectará nada.

—No me gusta llegar tarde—dijo el menor, colgando la mochila en su espalda rápidamente. —Además, Felix y Jisung nos deben estar esperando.

Seungmin miró a su hermano y lanzó un suspiro. Se sentía de mal humor, a pesar de ser culpable de la tardanza. A su corta edad, el mayor de los Yang tenía mucha amargura internalizada cada mañana.

Cada día, cada año...

Ambos hermanos tomaron sus cosas y salieron por la puerta de enfrente.

***

—¿Dónde están? Ya casi es hora de entrar.

Jisung y Felix tenían un buen rato esperando a sus dos amigos para ir a la escuela, ninguno de los dos había aparecido así que Lix asumió que se habían quedado dormidos.

—¿Estudiaste para el examen? —le preguntó Han.

—Sí, estaba bastante fácil en realidad.

—Por supuesto que estaba fácil, te expliqué yo—presumió el cabello anaranjado. Felix lo miró con cara de pocos amigos.

—Solo me explicaste ¡Una! Cosa. Lo demás ya lo sabía—espetó en su defensa.

Ambos eran buenos es la escuela. Muy dedicados, siempre lograban enfocarse y atinar a notas altas. Aunque, ese último año Jisung había estado sacando calificaciones más altas que Felix, y el anaranjado no había desperdiciado ninguna oportunidad para presumírselo y así fastidiarlo.

—Capaz por arrogante termino sacando mejor nota que tú—dijo Felix cruzando los brazos en su pecho, dándole la espalda a su amigo. Han reprimió una risa. Felix era como un niño pequeño. Saber cómo se sentía era sencillo porque todo su cuerpo lo delataba, era una fuente de emociones, de esas que te gritan en la cara.

Jisung amaba mucho a su mejor amigo.

—Seguramente sí—respondió.

Felix se dio vuelta y miró a su amigo en busca de sarcasmo en sus palabras. Al notar que no fue así, suavizó su expresión y tomó asiento a su lado.

En ese momento frente a ellos pasaba un chico y una chica vestidos con el mismo uniforme, ambos tomados de la mano. Los chicos charlaban de una manera que desde lejos se podía apreciar agradable, se miraban de una forma muy dulce, la chica reía y se sonrojaba mientras el chico le ponía el cabello detrás de la oreja. Se veían como una linda pareja.

Dentro de Felix una extraña sensación se hizo presente. Se sintió un poco nostálgico. Había pasado mucho tiempo desde su última relación, la verdad ya no recordaba lo que era sentirse tan querido de esa forma.
Se volteó hacia su mejor amigo.

—Hannie... —llamó tímidamente Felix, a lo que este le respondió con un "¿Mmm?"—¿Qué sientes cuándo estás con Minho?

Jisung levantó la mirada hacia el rubio, viendo como este lo veía con atención esperando respuesta.
—¿A qué viene eso? —preguntó.

—No lo sé... —dijo vacilante. —Hace mucho que no sé qué es sentir esa clase de cosas por alguien.

La verdad Jisung no se había planteado seriamente lo que sentía por aquel chico. Es decir, llevaba unas tres semanas ayudándolo en sus tareas, aun cuando Minho no lo necesitaba le pedía ayuda solo para pasar tiempo juntos. Su presencia era agradable. Jisung era divertido y un buen maestro para Minho. Con el tiempo los chicos habían notado que tenían una química más allá de solo los estudios, su trato era más torpe por la vergüenza que sentían al acercarse al otro, sus conversaciones habían tomado rumbos más personales y Jisung había experimentado nuevas sensaciones en su estómago cada vez que Minho estaba cerca. Lo ponía nervioso.

—Pues...Me gusta—respondió Han soltando un suspiro. Volteó a ver a su amigo y notó su cara de que eso no era lo que exactamente quería escuchar porque ya lo sabía. —Es decir, me gusta estar con él. Es realmente cómodo, me siento bien. Me gusta la atención que me da. Hablamos de cualquier tema sin aburrirnos. Es decir, eso también me sucede contigo, pero con él, es de otra forma, ¿entiendes? —dijo rápidamente el pelinaranja sonrojándose.

Felix soltó una carcajada al verlo actuar así, pero asintió comprendiendo lo que había dicho.
Recostó la cabeza en su hombro y se puso a pensar lo lindo sería que algo como eso le sucediera de nuevo.

Dos figuras apresuradas se acercaron a ellos desde lo lejos.

—¡Que madrugadores! ¿Por qué tan temprano, a qué se debe el placer?-Exclamó Jisung sarcásticamente hacía los recién llegados.

El pequeño y adorable Jeongin mostró una sonrisa apenada y dirigió la mirada a su hermano dando a entender que todo aquello había sido su culpa.

—Lo lamento, sí, olvidé poner mi alarma. Me quedé hasta tarde estudiando para el examen y hablando con Dahyun—explicó el hermano mayor respirando con irregularidad.

Dahyun era la novia de Seungmin desde hace bastante tiempo. Una chica agradable, pero no muy cercana al grupo. Los padres de Seungmin amaban a esa chica y estaban orgullosos de que su hijo mayor tuviera a una mujer tan bien educada y linda como su novia.

Felix indicó que seguirían perdiendo tiempo ahí parados en medio de la acera. Los demás estuvieron de acuerdo. Acomodaron bien sus bolsos y tomaron rumbo hacia la escuela.

***

Ya en los pasillos, a penas Jeongin tocó el corredor salió corriendo a quién sabe dónde a toda prisa.

Seungmin se despidió amablemente de sus amigos disculpándose de nuevo por la tardanza y se dirigió a su clase la cual no compartía con los chicos; prometiendo que los alcanzaría a la hora del almuerzo.

Felix y Jisung fueron a su primera clase del día donde presentarían el examen de ecuaciones.

Al entrar al salón, Felix notó que otro chico se hallaba sentado en su lugar.
Aquel chico no se le hacía conocido, probablemente era nuevo.

Felix se acercó lentamente hacia él. El chico mantenía su cara fija en una libreta, moviendo intranquilamente el lápiz entre sus dedos.

—Hmm... —aclaró su garganta tímidamente. —Disculpa, creo que...estas en mi lugar-

El chico levantó su mirada y fijó sus ojos en Felix.

Lo miró por lo que pareció una eternidad. Tenía el cabello negro cayendo sobre su frente, unos ojos oscuros inexpresivos que lo miraban de forma profunda, y labios gruesos de color rosado claro formando una perfecta linea recta. Recordaría haber visto un chico tan lindo definitivamente. No lo había visto nunca antes. Algo en su interior dio un brinco, se sintió inestable sin saber muy bien que hacer o decir. Y eso nunca le ocurría.

Antes de que alguno de los dos pudiera soltar una palabra el profesor habló.

—Oh ¡Joven! Puede sentarse en el puesto al lado. Perdón, espero que no le moleste que le haya dado su puesto al señor Seo Changbin, lo intercambiaron a esta hora de clases—atendió el profesor tomando asiento y pidiendo orden para dar inicio al examen.

El rubio acató la orden y se sentó al lado del chico. Lo miro de reojo.

Por supuesto que a Felix no le molestaba...

Stay With Me ↬【Changlix】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora