CINCO

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Changbin recorría los pasillos encaminándose a su salón de matemáticas.
El día anterior después de despedirse del chico de twitter, cayó en un profundo sueño hasta la mañana siguiente. Hablar con el extraño, a pesar de que le había resultado bastante incomodo le permitió olvidarse de los problemas que lo habían atormentado ese día; que era justo lo que necesitaba.

Lee Felix, recordó.

No mintió cuando dijo que su nombre era lindo.

Llegó al salón y caminó hasta el mismo asiento en el cual había estado en la clase anterior. Se dejó caer en la silla, y paseó la mirada al rededor.
A su derecha estaba Jungkook, como siempre hablando con dos chicos más. Uno alto de cabello negro y otro más bajo de cabello gris. Jungkook lo miró y le envió un saludo levantando su mentón y guiñándole en ojo, a lo que Changbin le respondió rodando los ojos y apartando la mirada. No se daba por vencido ese engreído.


Era una mañana tranquila. Había podido descansar lo suficiente para tener energía, de igual forma odiaba la escuela y su cara de querer morir era difícil de ocultar. Barrió su mirada en otra dirección y al otro lado vio el chico de pecas y cabello rubio alborotado. Compartía mirada con el mismo chico de cabello naranjado de la otra vez. Parecían tener una discusión amistosa en la que en anaranjado negaba indignado a lo que sea que su amigo le preguntaba de forma pícara levantando sus cejas. Changbin los observó con discreción y aguantó que una risa se escapara de sus labios cuando el anaranjado golpeó al chico en la cabeza recibiendo un chillido de parte de este.

—¡¿POR QUÉ ERES TAN VIOLENTO?!—le escuchó decir.

—¡Tú me violentas con tus estupideces! ¡Cómo se te ocurre decir eso!

—¡No dije nada malo, sólo te pregunté cómo te había ido ayer con Minho!—respondió el rubio con inocencia.

—¡Claro que no! ¡Me preguntaste qué tan profundo lo estudié! ¡A él!—reclamó levantando los brazos.—Eres un sucio, sí continuas así no te contaré nada.

—Pero no niegas que te gustaría estudiar más profun-...

—Basta, no quiero escucharte.

—Hannieeee, no seas así, sabes que estoy jugando contigo—lloriqueó el rubio haciendo un puchero y colgándose de su brazo.

—Niño idiota, no me pongas esa cara—reprendió tomando su cabello para despeinarlo.

Algo en el pecho de Changbin lo hizo sentir lejano. Muy lejano de todo eso, pero no desconocido. Él había tenido algo así una vez.

Agitó su cabeza sacando ese pensamiento el cual no quería revivir. Era uno de los recuerdos que más le dolían, un capítulo en su vida que nunca había podido cerrar y que lo perseguía en sus momentos de debilidad.

Se volteó de nuevo.

Para su sorpresa el chico rubio lo estaba mirando de nuevo, pero esta vez, no quitó la mirada. En vez de eso, levantó su mano y sonrió de manera delicada enviándole un saludo.


Changbin sintió su estómago dar vueltas. Los ojos del rubio estaban fijos en él, es decir, no era un accidente, no era coincidencia. ¿Por qué lo estaba saludando? Changbin tenía cara de todo menos de ser amistoso.

De igual forma levantó torpemente su mano y le envió un saludo rápido propio de los nervios que sentía.

Eso de socializar era un tema para él. En su antiguo salón ningún compañero se había molestado ni siquiera en prestarle un lápiz. Tampoco es como si él lo hubiera pedido, pero de igual forma se sentía nuevo a esa pequeña atención. Tenía al idiota de Jungkook con sus raras insinuaciones, y ahora al chico rubio de ojos cafés que se había levantado y caminaba hacia su puesto.

Stay With Me ↬【Changlix】Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora