CUARENTA Y UNO

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El techo de su cuarto se veía cada vez más lejano, o era su mente la que estaba viajando sin cesar.

Una semana desde el secuestro de Felix.

Changbin mantenía la cordura con la poca información que sabía.

Fue el día del show de talentos, en el momento en el que Felix se quedó solo en casa. Los vecinos no escucharon gritos, ni alguna señal de forcejeo, no recuerdan autos sospechosos ni alguna actividad extraña en esas horas. Fue una jugada limpia, profesional.

Nadie se comunicó sino hasta la tarde del día siguiente. Una llamada, rápida, desde un número desconocido.

“Está vivo. Esperemos que colabore, sino, tomaremos otras medidas. Recibirán instrucciones según la efectividad del muchacho en los siguen días.”

Eso fue todo. La policía estaba trabajando en el caso. El señor Lee tenía contactos de su lado, pero nada quitaba que la otra persona también fuese muy influyente y cuidadosa. Era una situación difícil.

Algo muy planeado.

¿La finalidad? Aún no especificada. Pero poseer un papel político implicaba estar envuelto en una red de fraudes, engaños, deudas y corrupción gigante. Un montón de personas podían ser sospechosos. Gente que le daba los buenos días al señor Lee con un café en su mano, podían tener detrás a un grupo de maniáticos planeando como acabar con su carrera de la manera más vil y desesperante. Atacar en su punto débil, su talón a Aquiles. Su preciada familia.

Eso fue lo que ocurrió. Tomaron a Felix, derrumbando la vida de los Lee.

Derrumbando también la de Changbin.

Sus manos picaban. Aún observaba el techo con la mirada perdida. No veía las estrellas, ni arriba, ni acostadas a su lado. La ausencia le dolía. No tenía ganas de nada que no fuese correr desesperadamente a buscarlo.

Luego de lo de Felix, Changbin no tuvo escuela durante dos días, por cuestiones de investigación ante el caso. Aún continuaban esas investigaciones, pero prefirieron llevarlas de manera más sencilla, ya que el año escolar estaba por llegar a su fin y necesitaban culminar con los últimos proyectos.

Él no regresó a la escuela. Tampoco al District.

Su madre lo entendió los primeros días, pero luego se enojó por las pérdidas a clases. Aunque, Changbin no recuerde muy claramente los gritos de esta...su cerebro estaba en otro lado. De igual manera, tenía mensajes de los chicos. Sabía que ellos no estaban mejor, y quería muy en el fondo reunirse con ellos y llorar desconsoladamente, pero no poseía las fuerzas.

Era absurdo revisar el Twitter de Felix una y otra vez con esperanza de ver una nueva notificación que nunca llegaría.

No dormía pensado en las cosas por las que debía estar pasando. ¿En qué exactamente querían que colaborará? ¿Felix conocía algo importante del trabajo de su padre? ¿Lo golpearían? ¿Lo dejarían sin comer? Solo tener la imágenes de Felix sangrando en el suelo lo hacían abrazarse y temblar.

Dios...¿Por qué? ¿Por qué les ocurre esto a las buenas personas?

¿No deberían las buenas personas recibir cosas buenas y las malas castigos? ¿Por qué castigan a alguien tan hermoso y gentil cómo Felix? ¿Por qué no me ocurre a mí? No sería tan doloroso estar yo en su lugar si él está bien...

Por favor, castígame a mí. Trae de nuevo a mi ángel, necesito a mi ángel...

***

—Woojin...

—Papá—respondió en voz baja, aunque se esforzaba por no parecer distraído, no podía ocultar su rostro cansado y triste.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now