DIECIOCHO

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Myeong sintió el gran nudo en su estómago apenas entró a las instalaciones del hospital. Había varias razones del porqué. La primera, era el pensar que nunca tendría la oportunidad de poder estudiar una carrera de enfermería como lo había planeado durante tantos años en su juventud. La segunda, la agría sensación de recordar a su padre en aquella fría camilla despidiéndose de su vida y a su madre pegada a ella llorando desconsoladamente. Y la tercera, estar allí sin saber qué demonios había ocurrido con su esposo.

Jongsu se había ido a casa de su hermano hace unos tres días. Habían discutido de nuevo, ni siquiera estaba segura de cómo había comenzado la discusión, solo lo recuerda saliendo de casa y ella afrontando una fuerte migraña. Su esposo no había dado señales, y ella ya no se inmutó, ya estaba acostumbrada de que se fuera y llegara de la nada días después, pero esa tarde cuando recibió una llamada de su cuñado todo cambió. Por lo que entendió, Jongsu se había desmayado y tenido una convulsión frente a los ojos de su hermano, lo habían traído de emergencia al hospital.

Myeong no está segura de porqué razón su primera pensamiento fue llamar a Changbin en lugar de salir al hospital sola, pero su hijo no respondía sus llamadas ni mensajes ¿Podía ser más irresponsable? Se sentía increíblemente asustada, y a su cabeza vino el agrio recuerdo de cuando su madre le llamó para que viniera a ver a su padre en el hospital porque no le quedaba mucho tiempo de vida. No, esta vez no sería igual, se dijo a sí misma. Toda su vida había sido una persona muy nerviosa, los pensamientos se le iban de las manos y no terminaba actuando con claridad, siempre era lo mismo, pero no podía darse el lujo de estar así en ese momento, tenía que calmarse. Jongsu estaba bien, él tenía que estarlo.

Estaba bastante desorientada, ni siquiera sabía dónde estaba la recepción. Se acercó a una enfermera que pasaba cerca.

—Disculpé, mi esposo fue traído acá por una convulsión, se desmayó, su nombre es Seo Jongsu, ¿podría decirme si puedo verlo o si está bien?

La chica evaluó los documentos que tenía en su mano—Seo Jongsu...Sí, fue internado hace una hora, señora, pero no puede verlo aún—los nervios se elevaron.—Él está siendo evaluado, tuvieron que hacerle electrocardiograma y ahora una resonancia magnética para ver cómo está su cerebro.

—¿Fue tan grave...?—preguntó. Ni siquiera estaba segura de querer una respuesta.

—Despertó y estaba bien, solo nervioso. Los exámenes son para averiguar qué disparó la epilepsia—explicó con calma.—Después que los exámenes estén listos el doctor especialista le dirá qué ocurrió, usted puede estar con él en ese momento.—Myeong asintió con la cabeza. Definitivamente quería estar allí.

—Una última pregunta...—vaciló—¿Él...estaba ebrio cuando lo trajeron?—La enfermera frunció un poco el ceño y barrió la mirada en los documentos.

—No, señora, no había ningún indicio de alcohol.

—Gracias...—la enfermera reverenció y le indicó por donde tendría que subir.

Myeong encontró el elevador vacío, entró y presionó el botón que la llevaría al piso dos. Su mente empezó a divagar ¿Si no estaba ebrio entonces qué ocurrió? Jongsu siempre había sido un hombre sano, es decir, en su hogar no se comía de maravilla, jamás podían tener un menú completamente saludable, pero en lo que cabía, Jongsu nunca había presentado alguna enfermedad, mucho menos una condición del corazón o algo cerebral...
El elevador se abrió con un sonido característico y Myeong caminó a paso nervioso hacía la puerta que le había indicado la enfermera. Tomó asiento en la sala de espera. Sacó el celular de su cartera. Tenía un mensaje de Changbin.

Changbin.
¿Mamá, en dónde estás? Ya llegué a casa.
9:23pm.

Myeong.
Ya estoy en el hospital, tardaste mucho. ¿Por qué no te molestaste en contestar el estúpido teléfono?
9:24pm.

Stay With Me ↬【Changlix】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora