CUARENTA Y OCHO

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Jeongin subía con tranquilidad las escaleras del segundo piso cuando observó aquella figura al final de su camino.

Kim Namjoon se mantenía concentrado en su celular. Pero no bastaba con eso para mantener tranquilo al menor, ya que el chico alto de piernas gruesas parecía tener un radar cada vez que Jeongin se acercaba.

Pensó en dar la vuelta e irse por otro lado, pero al instante se regañó. ¿Por qué debía hacer eso? Eran las escaleras públicas, era el camino más corto, más cómodo ¿Por qué debía dejar su comodidad por el miedo que le ocasionaba ese imbécil?

Como si estuviese pensando demasiado fuerte, Namjoon levantó la vista conectando con sus ojos. Kim lo miró detenidamente con gracia, detallando al menor y todas las señales de miedo que pudiese tener para su deleite. Habían varias personas al rededor como para intentar golpearlo o hacerlo caer muy accidentalmente, pero al menos podría hacerlo tropezar de forma graciosa.

Namjoon estaba listo para que el menor huyera por donde vino, pero por el contrario, Jeongin levantó la cabeza y subió los escalones. Uno a uno, uno a uno con la tranquilidad normal de una persona. Jeongin no iba a mentir, estaba muerto de miedo, pero el primer paso era fingir que no hasta que se lo creyera; y parecía funcionar.

Namjoon observó detrás de él, y de nuevo volvió a sus ojos. No fue hasta que Jeongin estuvo justo a su mismo nivel que Nam regresó la vista al teléfono con desinterés. Jeongin llegó sano y salvo al piso botando todo el aire de sus pulmones no creyendo lo que acababa de hacer. ¡Lo hizo, lo hizo! Probablemente estando solo lo hubiese matado ¡Pero demostró ser valiente al menos una vez!

-¿Todo bien por allí, Jeonginie-preguntó una voz a sus espaldas. El chico sintió su alma salir del cuerpo por un instante hasta que se dió vuelta y encontró aquella sorpresa.

-¿Us-ustedes, desde cuándo están ahí?-preguntó viendo aquellos rostros conocidos observándolo.

-¡En mi defensa!-salió Minho abriéndose camino en el semicírculo.-Yo voté por patearle el trasero allí mismo.

-Y todos votamos lo contrario porque esa no es la solución-acotó Woojin con un refresco de uva en su mano.

-Ah no, yo sí estaba a favor-levantó Seungmin su mano.

Todos los chicos estaban allí y la situación era tan extraña y bonita para él que no supo muy bien cómo reaccionar. Era primera vez que estaba con todos ante una situación así, y tenía sentido ahora porque Namjoon no movió un músculo para fastidiarlo, sin embargo, se sentía bien consigo mismo ya que no sabía de aquellos guardaespaldas inesperados y aún así tuvo las agallas de caminar al lado del chico que tanto lo molestaba. Se sentía agradecido, era una buena sensación. Más cuando tenía la atención de los hermosos ojos de Hyunjin a la par de los tranquilos de su hermano.

-Te veníamos siguiendo desde el pasillo-dijo Jisung.-Además Changbin nos pidió que te dijeramos que hoy nos reuniremos un poco más tarde por toda esta cosa de la visita.

-Oh cierto, como me gustaría ir con ustedes-respondió con recelo.

-Un día podemos ir todos juntos-sugirió Minho.-Sería más divertido así, en lugar de ir con todo nuestro curso y tener que escuchar charlas históricas contadas a velocidad cero por el profesor calvo de ochenta años.

-Apoyo-asintió Seungmin.

Jeongin notaba la pequeña integración que Seungmin trataba de tener el cualquier momento y le alegraba el corazón, Seungmin comenzaba a ser él mismo frente a los chicos, genuino, con sentimientos reales positivos o negativos. Seungmin estaba poniendo en práctica expresar lo que realmente sentía a su grupo más cercano y de confianza, cosa que le había recomendado el psicólogo en su primera sesión.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now