DIEZ

8.7K 1.1K 536
                                    

¡Changbinie!—Changbin se dio vuelta en medio del pasillo reconociendo instantáneamente a la voz que le llamaba.

Era la voz de la persona que lo había estado acompañando por más de un año en la escuela. Sin él, seguiría siendo el solitario chico que no compartía ni congeniaba con ninguna persona a su al rededor, que pasaba horas sumergido en sus pensamientos, o con la cabeza metida en la vieja libreta verde escribiendo.
Su mejor amigo se había vuelto la persona más importante en su vida. Era un refugio, su escape. Alguien con quien podía ser él mismo sin temer a los prejuicios, decir algo erróneo o fuera de lugar sin ser juzgado. Se sentía bien.

—¿Qué pasa?—preguntó frenando frente a él barriéndolo con una mirada de fastidio.

¿Cómo que, qué pasa? ¿Por qué no me esperaste?—reclamó pasando un brazo sobre sus hombros.

Me tuviste veinte minutos esperándote mientras terminabas tu interesante platica, no llegaré tarde a clases por tu culpa—dijo tosco volteando los ojos.

Changbin en realidad no estaba enojado, pero tenía que admitir que algunas juntas y compañeros de su mejor amigo le causaban bastante incomodidad. Eran aquel tipo de personas que solo se relacionaban con otras según "su mismo rango social". La gente con mucho dinero, con muchos amigos, con mucha ropa de marca, con muchos "me gusta" en redes sociales, con mucho ego y poco cerebro. Changbin no se consideraba exactamente muy inteligente, pero por lo menos no era tan vacío como la gran mayoría de ellos. La estética no lo es todo. A veces se preguntaba qué pasaría si pudiera ver a través de ellos, ver lo que realmente son, lo que realmente les gusta. Habría más de uno que usaría ropa ancha si no fuera porque la apretada está más a la moda, o que les gustara la música clásica en vez de las canciones de sexo que solo hablan obscenidades de las chicas. Incluso, habría algunos gays.

Mark me estaba hablando sobre la fiesta que hará el sábado. ¡Me invitó! Irá toda la escuela, dicen que su casa es como una mansión. Será una total locura—habló con emoción el chico a su lado.

Hmmm, ¿sí? Pues, espero que te diviertas en tu "locura"—expresó el pelinegro sin ninguna pizca de alegría.

¡Yo no, amigo mío, nosotros! ¡Tú vendrás conmigo!

Changbin frenó en seco.

Debes estar jugando—volteó a verlo incrédulamente.—No iré. Sabes que odio las fiestas y más si irá "toda la escuela" ¿Por qué? ¡Ah, sí! Porque odio la escuela—se giró y comenzó a caminar más de prisa.

Aaaaaaaah, Changbinie no seas así—canturreó su mejor amigo colgándose del brazo.—Por favor ven conmigo, te prometo que la pasaremos bien, será divertido, anda, por favor, hazlo por tu mejor amigo que te quiere y que te ama mucho, ¿sí?

No, ve tú solo.

Por favor, por favor, por favor, quiero ir contigo, pasarla bien contigo.

No.

Chaaaaaaaaangbiiiiiiiiin.

No.

Pero...—

No.

¿Quieres que te ruegue? Porque soy excelente haciéndolo

No, ya te dije que—iba a refutar, pero ya su mejor amigo se había arrodillado a mitad del pasillo frente a él tomando su mano—¿Qué mierda crees que haces? ¡Levantate!

¡Oh, queridos compañeros!—exclamó en voz alta el chico en el piso fingiendo llorar en un tono poético.— Lamentable sea mi existencia en este cruel, desolado y putrefacto mundo en el cual la única luz de mi vida no anhela mi humilde y honesta compañía a su merced. ¡Lamento mucho no ser digno de ti, Seo Changbin! Solo te pido que me acompañes a disfrutar los hermosos placeres de la adolescencia como los son el alcohol, el trasnocho y la resaca, ¡¿Tan patética es mi existencia para no ser correspondido por tan hermosa criatura!?—colocó una mano en su pecho para dar dramatismo.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now