CUARENTA Y CINCO

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—Oye, Bin, ¿puedo quedarme hoy a dormir?—cuestionó el peligris echado cómodamente en su cama.

—No trajiste ropa, pero está bien—respondió Changbin sin apartar la vista de lo que hacía.

—Error, sí traje—sonrió palmeando el bolso a su lado.

—¿Ya venías preparado, no?

—Siempre hay que estar preparado, querido amigo. A veces mis estupideces pueden servir para algo.

Changbin formó una media sonrisa aunque Chan no lo estaba viendo. El peligris pasaba la mayoría del tiempo luego de trabajo en su casa.

Christopher le había hablado del estudio, y de como inició este loco proyecto de Stray Kids. Changbin le había hablado de sus canciones. Sin embargo, el pelinegro le pidió que no llevarán el tema más allá por ahora; aunque su corazón latiera fuertemente y hubiese estado esperado una oportunidad así durante mucho tiempo, no le parecía prudente llenarse la cabeza de eso cuando su mente estaba acupada en todo lo que pasaba con Felix.

Una cosa a la vez, Changbin.

Sin embargo.

—¿Estás escribiendo una canción?—habló su amigo nuevamente.—Desde que regresamos de la reunión de Hyunjin te he visto con la cabeza metida en las hojas.

—Sí, bueno, tenía unas ideas pendientes...—mencionó. Al momento escuchó el cuerpo levantándose y yendo hasta él para mirarlo desde arriba.

—¿Son...?

—Sí, son para Felix—afirmó inmediatamente. No lo estaba observando, pero sabía que Chan traía esa sonrisa burlona de Oh Dios, mi mejor amigo es tan cursi.

—¿Y por qué esos nombres?

—Él se los puso—rió un poco.—No serían especiales teniendo otro nombre. Es gracioso, porque son tan ridículos, pero-

—Lo que dicen no lo es—terminó por él.—Me parece un lindo detalle de tu parte, estoy seguro que le encantaran—apoyó la mano en su hombro.

Changbin tiró de la comisura de sus labios hacia arriba, embriagado en la idea de que así fuese, pero no pasaron ni dos segundos para que el peso cayera en su alma y un suspiro escapara de su boca.

—Tengo tanto miedo, Chris...de no verlo de nuevo, siento que no fui lo suficientemente agradecido, ni lo suficientemente sincero. Nunca me alcanzaron las palabras para hacerle justicia a lo que él significaba para mí. Necesito decírselo.

—Changbin.—Chan llamó para que lo mirara, pero el chico solo se quedó inmóvil en su lugar. Entonces el peligris optó por arrodillarse hasta quedar a la altura en la que estaba sentado y buscar su rostro cabizbajo para así mirarlo.—Entiendo esa necesidad. La desesperación, la sensación de vacío, por supuesto que es terrible, pero no pierdas las esperanzas. Felix estará bien, tú lo estarás, esto es solo un mal capítulo en su historia. Parece interminable, parece que nunca puedes ser completamente feliz, o digamos, en estabilidad, porque la dicha completa no existe en una persona. Pero te juro que saldrás de esta. Así que por favor, no te derrumbes.

Changbin sintió el nudo en su garganta, pero lo tragó apartando el sentimiento de gritar y echarse a llorar. Debía hacer caso a las palabras de su amigo, debía mantener su mente alejada de aquel hoyo de tristeza que no lo llevaba a ninguna parte. Debía avanzar.

—Bien...—asintió cerrando su libreta.—Creo que ya es hora de irnos.

Chan se levantó sintiendo orgullo por la determinación de su amigo.

Habían acordado otra reunión en casa de Jinyoung, una reunión ya alejada de sus líos personales, esta vez tenían otro tema que discutir.

—Oye, veo que te gustó mi regalo de cumpleaños—señaló Chan hacia su reloj.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now