CUARENTA

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Despertó sintiéndose ahogado.

Como aquel sueño en el que literalmente tus pulmones se quedan sin oxígeno y sientes la increíble desesperación en tu pecho, las ganas de sujetar algo para poder escapar, pero nunca logras tomarlo. Entonces también despertó sudando. Quizá solo eran las ansias. Él no sufría de pánico escénico ni nada por el estilo, sin embargo aquellos nervios siempre estarían presentes para Felix. Se detuvo un momento a pensar si había tenido alguna pesadilla, pero ya lo había olvidado, en esos momentos solo trataba de respirar correctamente.

Se calmó así mismo con el recuerdo del día anterior, un buen recuerdo.

El cumpleaños de Changbin...

Planeó un día especial para el chico, pero este se volvió tan único para él también ¡Habían sucedido tantas cosas que de tan solo recordarlo se sentía allí de nuevo, besándolo, y sonriendo como un idiota! Fue inevitable no sonreír así otra vez. Definitivamente estuvo más tranquilo y se dispuso a levantarse de la cama. Sería un gran día, el gran día. El día del show de talentos. Finalmente presentaría aquel acto que tanto practicó con sus amigos, frente a la escuela, y frente a Changbin. Ya era bastante presumido y confiado, debía utilizar eso para verse grandioso, sería su noche. 

Saltó a la alfombra con sus pies descalzos y observó por la ventana esperando ver el radiante sol saludándolo.

Sin embargo, encontró un cielo gris demasiado extraño, que daba la impresión de ser más tarde de lo que era. Un escalofríos recorrió su espalda.

—Todo irá bien, Lix—se dijo así mismo cambiando la visión y yendo directo al baño.

Dándole la espalda al cielo que parecía observarlo directamente, mientras negaba y se reía de él por lo antes dicho.

***

Jeongin caminaba por los pasillos de escuela jugando con un lápiz en su mano. Le habían informado de último minuto que su profesor de química no asistiría a clases, por lo que tuvo el primer bloque libre. Tiempo que aprovecho para escaparse un rato...
Él pensaba. Todo lo que había hecho en esa última semana había sido pensar, y parecía que, mientras más lo hacía, las cosas cobraban mayor sentido. Su hermano mayor era su pensamiento central, Seungmin y todo aquel trauma que se había ganado gracias a sus padres ¿Qué tan horrible debió haber sido para ni siquiera poder confiar en su hermano? ¿Qué tantas ideas metieron en su cabeza para ocasionarle tanto miedo? Era solo un niño...un niño al que le arrebataron la infancia. Jeongin recuerda que su hermano cada año que cumplía se volvía más y más serio, se preguntaba si él debía ser así también, pero ahora entendía que no era madurez lo que recibía Seungmin cada año. Era angustia.

Navegaba más allá en su mente, sintiendo otro nudo en el estómago.

Hyunjin...

Él no estaba molesto, quizá solo abrumado, y pensar en Hyunjin lo hacía todo más complicado. Sin embargo, no podía evitar extrañarlo, odiaba no poder correr a sus brazos y refugiarse en ellos plácidamente porque al instante, a su mente, venía Seungmin y todo lo que estaba sucediendo. Seungmin nunca había podido hacer eso...tener a alguien. Eso hacía a Jeongin sentirse culpable, y estúpidamente egoísta aunque sonara fuera de lugar. Su mente le decía que era incorrecto sentir felicidad de ese modo cuando su hermano nunca la recibió. Por otra parte, estaba la situación de que sus padres jamás aceptarían que él tuviera sentimientos por otro chico.

Sí...eran muchas cosas que pensar.

Jeongin había caminado tanto que hasta olvidó dónde estaba. Regresó a la realidad al doblar la esquina y encontrar aquellos ojos oscuros.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now