VEINTIUNO

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Odiaba muchísimo las alturas.

Felix no recuerda desde cuando empezó a temerles tanto, pero su estomago daba vueltas mientras subía cada escalón hacia la ventana de Changbin. Para su suerte, el vecino había dejado de nuevo la escalera donde pudiera tomarla. Agradecía también el hecho de que fueran las siete de la noche y no las doce como la vez anterior. Ni él mismo sabía en qué estaba pensando cuando decidió escaparse a mitad de la noche y colarse a la casa de Changbin ¡Es que estaba muy preocupado! El chico no respondía sus llamadas ni mensajes. Dio unas quinientas vueltas en su cuarto preguntándose si todo estaría bien, hasta que no resistió y tomó su bicicleta partiendo a casa del pelinegro. Sí, quizá haya sido algo bastante inseguro, pero sin duda en lo que más temió esa noche fue el subir por la escalera hasta la ventana.

Y ahí estaba de nuevo.

-¡Romeo, Romeo! ¿Dónde estás que no te veo!-gritó susurró dramáticamente hacía la ventana con voz temblorosa.

No mires abajo, no mires abajo, no mires abajo.

El sonido del cristal deslizándose lo tranquilizo de su desesperación.

-Julieta, ¿podrías ser un poco menos ruidosa? Mis padres están durmiendo-la voz de Changbin tenía un humor apagado.-El ruido de la escalera moviéndose por tus temblores se debe escuchar hasta en tu casa.

-¡Yo no estaba temblado!-chilló indignado.

El pelinegro bajó la mirada a sus manos aún sujetando la ventana-Lo sigues haciendo-Levantó ambas cejas. Felix lanzó un gruñido al ver sus delgados dedos temblorosos.
-¿Me ayudarás a subir o tendremos una charla por la ventana? ¡No! Mejor no me respondas, solo ayúdame a subir-bramó soltando una mano sintiendo su cuerpo tambaleante y la extendió hacia el pelinegro.

Changbin lo tomó con firmeza y se hizo a un lado para dejarlo pasar. Felix aterrizó sintiendo su alma respirar otra vez, pero se repuso rápidamente. La habitación del pelinegro estaba tal y como la recordaba, se notaba que Changbin no hacía nada más que su rutina de levantarse, salir, llegar, dormir. O eso parecía. Era muy ordenado y sencillo, comparado con su cuarto que parecía un circo lleno de cosas. Se dejó caer en una esquina de la blanda cama siendo seguido de Changbin que tomó asiento en el otro extremo.

Felix lo evaluó esperando un comentario , saludo, noticia, pregunta, sonido, pero el chico solo estaba en silencio erguido en su lugar con la mirada perdida en la ventana.

-Ehh-eh-jugó con el dobladillo de su camisa-¿Cómo está tu padre? ¿Se ha sentido mal de nuevo?-Preguntó interesado.

-Está bien...-pronunció neutral.-Ha estado bastante inquieto; tiene miedo de que vuelva a desmayarse. Mi madre ha estado atendiéndolo todo el día, pero dentro de lo que cabe está bien.

-¡Oh, me alegro!-canturreo queriendo dar ánimos, pero Changbin no parecía inmutarse.-Y...¿cómo estás tú? Te ves más señor oscuro de lo normal, ¿ocurrió algo?

Changbin sonrió sin ganas.

-Todo anda bien, quizá solo estoy un poco cansado-dijo con simpleza. Felix frunció el entrecejo.-¿Cómo está tu hermana? ¿Qué tal le fue en el acto escolar? Creo que me odia por no haberla llevado al parque aún.-Felix notó el brusco cambio de tema, pero decidió ignorarlo de momento.

-No seas tonto, Lucy jamás podría odiarte. Hasta vive alardeando de que juegas mejor al té que yo-añadió con fingido dolor-Se pone muy feliz los días que vas a casa a estudiar. Que hayas dejado de ir tan seguido no significa que te odie por eso.

No es que Changbin verdaderamente dejará sus tutorías, solo ya no eran tan seguidas como antes. El caso era que, desde su primera salida al parque de diversiones, sus citas amistosas habían sido más frecuentes incluso los días de semana, acortando un pequeño e irresponsable tiempo de clases en casa de los Lee, sin embargo, eso no quería decir que no hubiese estudiado mucho. Los días de estudio eran totalmente comprometidos-incluyendo los días en que Changbin se dedicaba horas a llenar las guías- Por esa razón su tiempo libre se dividía en: estudiar horas extra en casa del australiano, llenar las guías que le dejaba, o salir con él. Eso había reducido su tiempo con la pequeña a la cual le había adquirido un gran aprecio sin darse cuenta. Felix observaba la emoción de su pequeña hermana al ver que Changbin llegaba a casa, y simplemente no podía entenderla. Lucy siempre había sido muy tímida con las personas externas, incluso con Jisung y los Yang se mantenía a raya, pero con Changbin era diferente, con Changbin era tal y como era con él o con sus padres, una niña adorable, animada, imaginativa y juguetona que no temía demostrar lo inteligente que podía ser. Se preguntaba que había hecho Changbin para tener su confianza.

Stay With Me ↬【Changlix】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora