CINCUENTA Y UNO

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Tres meses habían pasado entonces. 

Changbin estaba recuperado de su herida. La sensación de dolor hormigueaba en su piel, pero era solo eso, una sensación. Así que podría decir que físicamente se encontraba bien. 

Luego de pasar unos largos días en el hospital, regresó a casa con su madre. Debía admitir que pensar en su retorno lo había mantenido algo inquieto, ya que trataba de imaginarse la nueva convivencia que tendría con la mujer y en lo difícil que sería abrirse plenamente hacia ella. 

Pero no fue tan malo. 

Comenzó por contarle del District 9. Su trabajo secreto de ayudante en el club, y rapero de vez en cuando. Le explicó que se esa manera había podido percibir algo de dinero para ayudarlos y al mismo tiempo ahorrar algo para él— que estuvo usando para visitar a un psicólogo—. Myeong se sorprendía cada vez que Changbin hablaba, y al mismo tiempo se sentía culpable por haber pensado mal de él. 

Su hijo siempre trató de hacer las cosas bien. Era su turno ahora.

 Myeong le pidió perdón a Changbin; esta vez, por haber ocultado todo el asunto del doctor Kim, ya que no dejaba nada bueno que decir de ella como madre y esposa. Changbin la perdonó con sinceridad, y ella no perdió oportunidad de hablarle de la propuesta de terapia del hombre. 

Ni en sus sueños más locos Changbin hubiese imaginado ir a terapia con sus padres. Creía que era como exigirle demasiado a la vida, pero se hizo real al observar a su padre entrar por la puerta de la sala de estar del consultorio. No lo había visto por un largo tiempo sin embargo, nunca dejó de llamarlo para saber como se encontraba, más aún en su tiempo en el hospital, así que Changbin no podía sentirse mal por ello. El amor y la atención aún estaban allí. 

Aunque sinceramente, no fue todo color de rosas. Fueron sesiones complicadas en las que nada parecía llegar a algún lado...pero con el tiempo pudieron comenzar a entenderse. 

Ya no había un lazo romántico entre sus padres. 

Ya no coincidían las maneras de vivir. 

Sin embargo, ambos estaban unidos por el amor que le tenían a su hijo.

Y finalmente lograron comprender que no era necesario estar juntos para que eso último funcionara. 

Así fue como sus padres concretaron el divorcio. Con un acuerdo en el que él viviría con su madre y estaría en la plena libertad de ver a su padre cuando quisiera, al igual que estar con ambos en las fechas especiales, como cumpleaños, navidades, ceremonias...

Todo parecía tan irreal. Realmente se sentía caminando en la dirección correcta. Aunque faltaba un pequeño detalle. Pequeño gran detalle. 

Changbin cuenta estos tres meses no solo por todo los cambios que ocurrieron en su hogar, sino porque tres meses pasaron para que Felix comenzara a volver a sí... 

El primer mes no lo vieron. Felix expresaba por medio de sus padres que no estaba listo para nadie. Todos respetaron su decisión, pero eso solo les confirmaba lo mal que su amigo se sentía. Estar en la escuela el último mes de clases fue realmente vacío, pero más aún cuando al mes siguiente fue la ceremonia de graduación y el chico también brillo por su ausencia. Felix sí logró terminar los estudios y graduarse, pero a distancia. 

Parecía que el segundo mes sería igual de triste que el primero, pero fue entonces cuando Changbin entró a Twitter.

Casi soltó su celular de la conmoción. No podía creerlo.

Leex @AustLix21

No sé cómo esto te funcionaba, siento que estoy haciendo una estupidez, okay.

Stay With Me ↬【Changlix】Where stories live. Discover now