Stay With Me ↬【Changlix】

CUARENTA Y SEIS

Changbin se paseaba de un lado a otro con el celular en su oreja.

—Calma, Bin, estoy seguro que es lo mejor que puedes hacer—insistió Han por el otro lado de la línea.—No lo pienses tanto, solo hazlo.

Fue inevitable que esas palabras no le recordarán a Felix.

—¿Servirá para algo?—preguntó, aunque sentía que era más para sí mismo que para Jisung.

—¡Por supuesto que sí!—exclamó.—Lo que no servirá es que te quedes ahí con la oportunidad al alcance de tus manos. De todas formas, sabes que si no pasa, tendrás el proyecto de Chan. Juntos podemos ser...

—Jisung-...—lo interrumpió.—Sí me gustaría trabajar contigo y con Chan...sería perfecto, cómodo, a nuestro ritmo, a mi estilo, pero esto...lo he pensado desde hace poco y algo me dice que puede ser bueno también.

—¡Entonces basta de perder el tiempo y envía la condena solicitud!—chilló desesperado.—Una no, envía miles de solicitudes a todas las universidades que se te ocurran, a la mierda el promedio, es decir, sí es importante, pero jamás pierdas las esperanzas de que pueden tomarte en cuenta. Envía cartas hablando de por qué deberías entrar, vídeos, audios ¡Lo que sea! Tienes mucho talento, aprovéchalo.

Changbin suspiró pasando la mano por su cabello. Él tenía tiempo pensado en ello, aunque la idea le parecía más un sueño imposible, le agradaba tener ese detalle pendiente por allí, se sentía como un pequeño escalón de su madurez. Su finalidad con la música siempre fue la misma, hacerla, transmitirla, conectar con los demás. Ahora quería agregarle otras cosas. Quería conocerla, explorarla, experimentarla, entenderla. Changbin quería estudiar la música.

—Oye, ¿nos veremos en la escuela estos días?—preguntó Jisung.—Ya sabes, para tener más tiempo y hablar de nuestro proyecto.

Nuestro proyecto, eran las palabras que todos usarían para referirse a Felix.

—Sí, por otra parte está esta visita al museo que tiene una nota importante...creo que ya me ausente demasiado poniendo en riesgo las notas buenas que había acumulado, además, mi madre ya perdió la consideración conmigo y mis faltas—dijo Changbin al mismo tiempo que el azote de la puerta principal llegaba a sus oídos poniéndole los pelos de punta.

Gritos comenzaron a escucharse desde la sala. Las voces reclamantes y furiosas de sus padres era algo que tenía tiempo sin escuchar, aunque esta vez algo le decía que era diferente.

—Jisung, tengo que colgar, te escribo en un rato...

—De acuerdo, cuídate, hermano—respondió para luego ser colgada la llamada.

Changbin dejó su celular sobre la cama y muy rápidamente abrió la puerta caminando hasta las escaleras. Los gritos se hacían más fuertes y claros. Se detuvo en medio de las escaleras para ver a su madre llorando alterada, y a su padre muy furioso viéndola directamente.

—Eres una asquerosa, una mentirosa, ¡Me das asco, Myeong!—gritó Seo Jongsu casi escupiendo las palabras.

—¿Te doy asco? ¿Incluso cuando todo este tiempo me viste la cara de estúpida, a caso no me has engañado nunca? ¿Siempre soy la mala?—dijo ella con lágrimas en los ojos. A Changbin le costaba leer si estaba igual de enojada, o era una mezcla entre vergüenza y desespero.

—¿Quieres saber la verdad? Sí, por supuesto que te he engañado, maldita sea. Estás loca, Myeong, eres una loca que por todo se victimiza—se acercó hasta hablarle a un centímetro de su cara.—Deja de llorar, coño. ¿Tan fuerte gritas reclamando para terminar llorando? Sí...pobre. Yo no caigo en tus juegos. Deja de hacerte la valiente, eres una zorra.