Capítulo 28: Soy feliz.

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Al no estar en L.A, Charlotte se sentía un poco más tranquila porque sabía que no vería a James. Luego de su último encuentro, las cosas con Kevin habían estado un poco tensas, pues él sentía que James seguía siendo de alguna manera importante para Charlotte.

Sin embargo, Charlotte no dejaba de repetirle que James no era nadie en su vida, solo su pasado y uno que no tenía intenciones de repetir. Finalmente estaban en Nueva York y Charlotte estaba entusiasmada porque vería nuevamente a su madre.

Había muchas cosas que quería contarle, pues sin duda alguna, la Charlotte que hace unos meses estuvo en aquella casa era muy diferente. La antigua Charlotte tenía pánico de subirse a un escenario, aquella Charlotte no se sentía capaz de comenzar una relación con Kevin.

Ahora, apesar de que tenía ciertos temores, estaba convencida de que lo amaba y se sentía feliz a su lado. Kevin, su madre y la música eran lo más importante para ella.

Esa noche, luego del concierto pidio un taxi que la llevara directo a casa de su madre. Estaba ansiosa por verla y poder hablarle de todas las cosas increíbles que le habían sucedido en su viaje y en esos meses que estuvo de gira. Bajó del taxi y camino hacia la puerta, golpeó un par de veces y segundos después el rostro que más adoraba.

-Oh, Charlotte. Que agradable sorpresa.-dijo su madre al verla allí.
-No creerías que estaría en Nueba York y no pasaría a verte, ¿O si?
-Pense que estarías ocupada.
-Para ti siempre tengo tiempo, mamá.

Charlotte la abrazo por unos minutos sin decir nada y después entraron a la casa. Camiaron directo a la cocina, pues su madre estaba haciendo el té.

-¿Cuántos días estarás en Nueva York?
-Me iré en dos dias. Tendremos dos noches aquí, las entradas se agotaron el primer día.
-¿Estás cansada?
-No tanto, la gira acaba de empezar. Aún faltan muchos lugares. -dijo sonriente-. Iremos a Chile en unas semanas. Los chicos están emocionados.
-Y hablando de los chicos, ¿cómo está Kevin?

Cuando su madre pregunto por él, Charlotte no pudo evitar sonreír.

-Por lo que veo esta muy bien. -dijo, bromeando mientras le servía un poco de té a Charlotte.
-Esta bien, en este momento en el hotel.
-¿Y como van las cosas entre ustedes?
-Excelentes. Estoy enamorada, mamá. -sonrio nuevamente-. Kevin es increíble. Es atento, caballeroso, bondadoso, leal, humilde. Es perfecto.
-Se ve que es un buen chico. Pude descubrirlo esa noche aquí. La manera en que te observaba, se veía que le importabas.
-Si. La verdad las cosas van muy bien entre nosotros. -suspiro y fijo la mirada en su madre al recordar su pasado-. Bueno... James ha aparecido. -la madre de Charlotte dejo su té aún lado y sus ojos se abrieron-. No me ha dejado en paz en varias semanas.
-¿Y qué diablos quieres?
-Arruinar mi vida. -dijo sin darle importancia a aquellas palabras-. Kevin  tuvo un fuerte encuentro con él. Así que salir de L.A es lo mejor por ahora.
-No puedo creer que sea tan descarado. No tiene ningún derecjo para aparecer en tu vida así, menos ahora que eres feliz.

Charlotte le siguió contando sobre su encuentro con James y aquello realmente molesto a su madre. Pues anteriormente había sentido un fuerte aprecio por James, pero luego de lo.que le hizo a Charlotte simplemente lo despreciaba. Y qué aparezca con la intención de arruinar lo bonito dqje tenía Kevin y Charlotte solo la molestaba más.

Estuvieron hablando por horas, hasta que el cansancio venció a Charlotte. Mientras su madre le arreglaba la habitación de huéspedes, ella se cambiaba de ropa en el baño. Agradecia que su madre aún mantuviera algunas de sus cosas guardadas.

Al entrar a la habitación, Elizabeth le contó sobre la recuperación de su antigua casa en Kentucky. Charlotte estaba sorprendida, pues no esperaba que su madre tuviera planes de recuperar aquella casa. De pronto, Elizabeth se quedó callada y miró a Charlotte de arriba abajo.

-Te veo diferente, Charlotte. -murmuro-. Claramente estás feliz. Pero... Hay algo diferente en ti.
-¿Algo diferente? -Elizabeth asintió-. Tienes meses sin verme, claro que me verás diferente.
-No. Paris te trato muy bien, tienes uno kilos de más.
-¿Es tu manera sutil de decirme que he engordado? -pregunto en tono de broma.

Antes de que Elizabeth pudiera responder tocaron el timbre. Elizabeth le hizo un gesto a Charlotte y salió de la habitación para ir a abrir la puerta. Charlotte, quién ahora estaba sola en la habitación, camino hacia el espejo y se observó.

No veía nada diferente en ella. Estaba igual. Claramente era su madre quien estaba viendo otras cosas y quizás era por todos los meses que no se habían visto. Por el mismo espejo, pudo ver a Kevin en la puerta. Ella se giro sorprendida y corrió hacia él, lanzándose en sus brazos.

-¿Que haces aquí? -pregunto sonriente.
-Bueno... quería pasar esta noche contigo.
-¿Solo está noche?
-Todas las noches. -corrigio sonriente.

Kevin había llevado comida china, que era la favorita de Elizabeth. Así que todos salieron de la habitación y fueron directo al comedor.

-Leiste mis pensamientos, Kevin. Quería pedir comida china. -dijo Elizabeth.
-Charlotte hablo durante mucho tiempo de que esta era su comida favorita. Y bueno, esta era la mejor oportunidad para sorprenderla.
-Ni siquiera yo que soy su hija la he sorprendido tanto. -Bromeo Charlotte.

Mientras comían, Kevin y Elizabeth hablaron sobre cosas del viaje a París y sobre el próximo viaje a Chile. Charlotte estaba muy concentrada disfrutando su comida. Realmente estaba todo increíble y aunque ya era tarde y no estaba en sus planes comer, no podía despreciar aquello.

Al mismo tiempo, Charlotte no dejaba de reír sobre las cosas que decía su madre. Estaba feliz de que ambos se llevarán bien, ya era obvio que Elizabeth adoraba a Kevin. Justamente estaban hablando sobre la antigua casa de Kentucky, que oficialmente era de Charlotte ahora. De repente, Charlotte sintio como su estómago se revolvía y no tuvo más opción que salir corriendo al baño.

-¿Charlotte, estás bien? -pregunto Kevin al otro lado de la puerta. Corrió detrás de ella apenas vio que se levantó de aquella manera.

Charlotte se levantó, lavo su cara y su boca, seco despacio su cara y entonces salió del baño.

-Si. Quizás fue por lo ansiosa que estaba comiendo. -murmuro Charlotte.
-¿Segura que estás bien? -ella asintió-. Ve a acostarte. Yo le avisaré a ti madre que estás bien y subiré nuevamente.
-Si, por favor. No quiero que se preocupe.

Kevin la acompañó hasta la cama, allí le depósito un beso en su frente y Charlotte se acostó. Odiaba vomitar. Cada  vez que le sucedía, se debilitaba demasiado. Así que cerró sus ojos para descansar.

Show me the meaning of being lonelyWhere stories live. Discover now