Capítulo 52: el precio de la fama

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Charlotte estaba en su cama, acostada con la mirada fija en el techo, sin poder dejar de pensar en Kevin, en lo cerca que lo tuvo, en las ganas que sentía de besarlo. ¿Por qué no la beso?, se preguntaba una y otra vez. Decidió que no podía pasar todo el día de aquella manera, debía sacarse aquel momento de su cabeza, aún si le costaba tanto.

Se levantó de la cama y fue directo al baño para cepillar sus dientes, al salir cambio su pijama por algo más cómodo y fue a la habitación de Katherine. Ya estaba despierta y había sido atendida por la señora Mónica.

—Buenos días, cariño. —le murmuró a su hija mientras la tomaba en sus brazos. Katherine de inmediato formó una sonrisa en su rostro-. Oh, me extrañabas, eh.

Charlotte se sentó en el mueble negro y cómodo que estaba en la habitación, encendió el televisor y comenzó a darle pecho a su hija. Estaban hablando de la presentación de anoche  y ambas chicas se preguntaban si todo el tiempo la relación de Kevin y Charlotte fue solo una estrategia de marketing. Charlotte lo pensó y viéndolo de aquella manera, eso era exactamente lo que parecía.

En los conciertos, ellos dos eran el foco, luego cuando todos supieron que empezaron a salir, la gente quería saber más de ellos, terminaron por una infidelidad, el escándalo de la hija de Kevin y ahora juntos en la presentación como si nada hubiese pasado. Pero no. No era una estrategia de marketing.

Incluso las mujeres se preguntaban si realmente Katherine era hija de Kevin y no importa que la otra mujer dijera que la niña llevaba su apellido, seguían insistiendo que podía ser falso. Allí involucraron a James, diciendo que quizás él era el verdadero padre de la niña.

Bueno, esa historia si era un poco perturbadora. Charlotte no creía posible que alguien realmente pudiera hacer eso. No le importaba si creían que ella y Kevin era estrategia para vender discos, el hecho de que se metieran con su hija si le molestaba. Ella ahora era pequeña e inocente, pero le preocupaba lo que pudiera pasar cuando creciera. Debía vivir con todas estas historias. De verdad que no quería eso para ella.

Charlotte apagó el televisor y se quedó en silencio contemplando a su hija, quién ya había dejado de comer y ahora jugaba con sus manitos. Por un momento, los ojos verdes de Katherine se fijaron en lo tristes ojos marrones de su madre.

—Voy a protegerte, pequeña. —murmuro—. Y no importa que pase. Tú eres Katherine Richardson.

Luego de aquello, Charlotte salió de la habitación con Katherine en sus brazos y al final de las escaleras se encontró con Mónica, la mujer la saludo con una gran sonrisa y lo mismo hizo Charlotte, pidiéndole que por favor llevara el desayuno a la piscina.

Mientras Mónica se alejaba alguien tocó el timbre. Charlotte camino hacia la puerta y al abrirla vio allí a James, quién en sus mano tenía unos cuantos osos de peluche pequeños. Charlotte de inmediato le regaló una sonrisa.

—Hola. ¿Que haces aquí tan temprano?
—Estaba cerca y quería pasar para darle esto a Katherine. —dijo refiriéndose a los peluches.
—Claro. Vamos, pasa.

Charlotte se hizo a un lado y dejó entrar a James, luego cerró la puerta y comenzaron a caminar. James dejo los peluches sobre un sofá y se acercó para tomar en sus brazos a Katherine.

—¿Has escuchado las noticias?, todo están fascinados con tu presentación .
—Si, bueno... no escuché eso exactamente. —James la miro—. Estoy cansada de que la gente piense que Kevin y yo somos marketing. Y me molesta que duden de que Katherine sea su hija. ¡Hasta te han metido a ti! —James sonrió.
—Así es este negocio, Charlotte. Es el precio de la fama. Cuando triunfas, la gente solo tratara de hundirte.
—Si, pero no puedo soportar que inventen cosas sobre Katherine. Eso sí que no, James.
—Lo sé y te entiendo, pero así muestres miles de pruebas, siempre van a hablar.

Charlotte y James caminaron hacia la piscina y se sentaron en las comidas sillas que estaban allí. Él mantenía a Katherine en sus brazos y jugaba con ella, haciéndola reír.

—Es bastante obvio que es de él. Mira esos ojos y esas cejas. —dijo James bromeando, Charlotte sonrió—. Y no puedes dejar que esas cosas te afecten.
—Me preocupa Katherine.
—Cuando sea grande lo entenderá, Charlotte.

Mónica trajo el desayuno para Charlotte y le ofreció a James, pero él amablemente indico que no, ya había desayunado. Para que Charlotte pudiera comer tranquila, James se metió a la piscina con Katherine. A ella le encantaba el agua, era su lugar favorito.

Alguien tocó el timbre, pero Charlotte no se molestó en ir a abrir, pues Mónica estaba dentro de la casa, así que ella siguió desayunando y observando a James en la piscina con Charlotte. Minutos después, escucho una voz familiar detrás de ella.

—Hasta parecen una familia feliz. —dijo con clara molestia en su tono de voz.

Charlotte se giro un poco y noto que Kevin estaba allí. Él tenía varias bolsas de regalo en sus manos, que ella supuso de inmediato eran para Katherine.

—No somos una familia para comenzar y solo está jugando un poco con ella. —murmuro, fijando nuevamente la mirada en su hija.
—Algo que me corresponde a mi. —dijo, mientras caminaba hacia donde estaba Charlotte.
—Eres libre de hacerlo, Kevin. Todas las veces que quieras. —Ella levantó la mirada y lo observó—. Pero él ha estado en todo momento con ella, así que no voy a privarlo ahora de competir con Katherine.

James, quién ya había visto a Kevin, salió de la piscina con Katherine y la cubrió rápidamente con una manta. Mónica quien también había llegado a la escena, le dio ropa seca a James y algo para que pudiera secarse el agua.

—Charlotte, hablaremos luego, ¿si? —ella asintió. Él miró a Kevin y le entrego a Katherine, quién sonrió inmensamente al ver a su papá—. Le gusta el agua. Deberías entrar con ella a la piscina.

Kevin no le respondió, solo lo miraba fijamente. James entro a casa para cambiarse e irse, mientras que Kevin se alejo un poco de Charlotte para hacerle mimos a Kathe. Mónica recogió el plato de Charlotte y está le agradeció nuevamente por el desayuno, luego la mujer se retiró.

—Yo entiendo que James te ayudo, Charlotte. Eso lo se. —Murmuro—. Pero siento que él está más en la vida de Kathe que yo.
—Claro que no. Tú vienes a verla cada día, la llevas al parque, a tu casa. James solo la ve cuando viene a visitar.
—Si, pero me he perdido cosas importantes. No estuve allí cuando te dio sus primeras pataditas, ni en el parto, nada. Ni siquiera sabía que tenía una hija.
—Ya me he disculpado por eso. —ella suspiro, levantándose de la silla y caminando hacia él—. Tienes todo el derecho sobre ella, Kevin.
—Si... es solo que realmente no lo siento así.
—¿Quieres estar más tiempo con ella?
—Todo el tiempo.

Charlotte lo observó fijamente y suspiro. La idea que tenia en mente podía ser un poco loca y complicada, pero creía que funcionaria.

—Ven a vivir un tiempo con nosotras. —Pudo ver cómo los ojos de Kevin se abrían y se iluminaban—. Hay muchas habitaciones o si lo deseas puedes dormir en la habitación de Kathe, así la tendrás más cerca.
—¿Hablas en serio? —ella asintió. Y él seguía sorprendido por la propuesta de ella—. Creo que... creo que podría funcionar.
—Así es. —ella le regaló una pequeña sonrisa—. Ella quiere seguir en la piscina. Si quieres comenzar a compartir, ese es un buen lugar. Le encanta.

Y sin importarle que no tenía ropa adecuada, Kevin le entrego por unos segundos a Katherine y se despojo de su ropa. Algo que hizo sonrojar a Charlotte, luego tomo nuevamente en sus manos a Kathe y ambos se metieron en la piscina.

Show me the meaning of being lonelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora