Capítulo 49: #1

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Antes de abrir los ojos, lo primero que hizo Kevin fue sonreír. Había deseado tanto volver a tener a Charlotte entre sus brazos y la verdad es que luego de su conversación pensaba que era algo imposible, pero sucedió. Habían estado juntos y en cada caricia, cada beso, se podía notar que se amaban. Aún con la sonrisa en su rostro, Kevin abrió despacio sus ojos, pero aquella hermosa sonrisa se borró al ver qué Charlotte no estaba ahí.

Se sentó despacio en la cama y paso con frustración la mano por su cabello. Era bastante claro que ahora ella iba a evitarlo, al parecer, esto no había arreglado nada entre ellos y solo iba a alejarlos más. Charlotte, por su parte, se había levantado temprano y había ido de inmediato a la habitación de Katherine.

No podía dejar de pensar en lo que había pasado la noche anterior. Estar con Kevin para ella era ir al cielo y al infierno, era su paraíso y con él quería pecar siempre. Pero le habia dicho que se alejara de ella y tenía miedo de lo que él pudiera pensar luego de esto. Dejo a Katherine en su cuna una vez que se durmió y entonces entro a una de las habitaciones de huéspedes. Pensaba quedarse allí hasta que Kevin saliera de la casa. No quería verlo, se sentía tan nerviosa y apenada. No podía mirarlo.

Estuvo allí un largo rato, hasta que escucho la puerta principal, rápidamente fue a la ventana y vio a Kevin salir de la casa y caminar hacia su auto. Su corazón se acelero al verlo y su cuerpo se relajo al ver cómo se marchaba. Cuando ya no pudo ver su auto de lo lejos que iba fue que se alejo de la ventana.

Salió de la habitación y fue directo a la cocina, necesitaba con urgencia su taza de café. Mientras lo preparaba, Elizabeth se unió a su hija con una gran sonrisa.

—¿Que tal dormiste? -le pregunto Charlotte.
—Muy bien. La habitación es muy cómoda. —charlotte sonrió-. ¿Kevin durmió aquí?
—Si. No estaba en el mejor estado para irse a su casa. —mintio.
—Claro, entiendo. ¿Y dónde está Kathe?
—En su habitación, dormida. Yo me he despertado antes y le he dado de comer.
—Esa niña es un ángel. Se parece tanto a ti, cariño. —Elizabeth no dejaba de sonreír-. Y tiene los hermosos ojos de Kevin, es tan dulce. ¿Ya lleva su apellido?
—Si, es oficialmente Katherine Richardson. Y Kevin se siente tan orgulloso.
—Kevin es maravilloso, Charlotte. —Ella no respondió, servía el café sin mirar a su madre-. Se que lo que él hizo te ha causado mucho daño, pero creo que sigue amándote. Y... se que tú lo amas a él.
—Mamá, no empieces. -murmuro Charlotte, dejando una taza de café frente a su madre.
—Charlotte, Kevin es increíble. Es buen padre, un gran amigo, trabajador, bondadoso, es el hombre que deseo para ti. —Charlotte la miró un poco cansada del tema—. Solo espero que cuando tú quieras estar con él ya no sea demasiado tarde. Porque entiende algo Charlotte, Kevin no estará esperando toda la vida por ti. No importa cuánto te ame, en algún momento él seguirá adelante.

Charlotte no contesto, solo escucho lo que dijo su madre y eso realmente se grabó en su cabeza. En ese momento, alguien tocó el timbre y Elizabeth se levantó de inmediato para ir a abrir. Charlotte se quedó en el silencio de su cocina, tomando su taza de café, recordando las palabras de su madre.

—¡Charlotte! —grito Melanie antes de entrar a la cocina—. ¡Ahí estás!, ¿Ya lo viste?
—¿Que cosa? —pregunto Charlotte confundida.
—¡Tu álbum está en el número uno de las listas!
—¡¿Que?! —Melanie asintió-. ¿Estas bromeando?
—¡No!, ¡Eres la número uno!

Melanie se acercó a su amiga y la abrazo fuertemente, ambas se movían de un lado al otro, riendo y gritando de felicidad. Elizabeth se unió a la celebración, abrazando a ambas chicas.

—Felicitaciones, cariño. Has trabajando tanto para esto.
—Estoy tan feliz. —murmuro Charlotte, sus ojos estaban llenos de lágrimas—. No puedo creer que todo esto me esté pasando.
—Tu sueño se ha hecho realidad, Charlotte.
—Debemos brindar por esto. —dijo Elizabeth, quién rápidamente busco una botella de champagne y tres copas. Una vez que las sirvió, le entrego una a cada chica—. ¡Por Charlotte! Esperamos que sigas cultivando éxitos, cariño. ¡Salud!
—¡Salud!

Era una felicidad tan grande la que estaba sintiendo, pero de pronto sintió que alguien le faltaba. Era él. Tenía todo lo que queria, menos a él. El timbre sonó nuevamente y está vez fue Melanie quien fue a abrir, pero en segundos comenzó a llamar a Charlotte. Ella camino hacia la entrada y vio a Melanie sostener un ramo de rosas.

—¿Quién las envía? —pregunto Charlotte mientras se acercaba a ella.
—No lo sé, pero tiene una nota.

Charlotte tomo la nota y sonriente la abrió. "Eres la número uno. James". Melanie quien leyó también la nota le regaló a su amiga una enorme sonrisa. Le había emocionado recibir aquel regalo, pero muy dentro de ella esperaba que las hubiese enviado Kevin.

Charlotte dejo aquel ramo de rosas cerca de la entrada, siendo eso lo primero que se vería el entrar. Melanie y Elizabeth se habían ido a la piscina y ella subió a la habitación para buscar a Katherine. Su pequeña niña estaba despierta, pero en silencio, muy concentrada jugando con sus manitos. Cuando Charlotte la tomo en sus brazos, ella fijo la mirada en su madre y Charlotte contempló sus hermosos ojos. Efectivamente era la misma mirada de Kevin, le provocaban lo mismo, pureza, confianza y amor.

Salió de la habitación y se unió a Elizabeth y a Melanie en el jardín. Lo que más deseaba para Katherine era una vida normal, llena de amor y protección, que no sintiera que tenía a su padre ausente, quería darle una familia. Quizás estaba cometiendo un error en no estar con Kevin, quizás luego se arrepentiría de su decisión como dijo su madre, pero no podía simplemente borrar el dolor que él le había provocado. Por más que quisiera, no podía sacar todo eso de su cabeza ni de su corazón.

Show me the meaning of being lonelyWhere stories live. Discover now