Cinco Storia (Traducción)

Capitulo 65

...Los hombres,
listos con chaquetas y esmóquines,
llevando sus máscaras,
esperando a su amante de medianoche,
su... seductora sexy.
Luego, el hombre de blanco y negro,
guía a su amante bajo la luz de la luna,
para un baile, quizás un beso,
al filo de la medianoche.
A medianoche, suena el reloj,
y todo lo que ves es el giro de una túnica tras otra.
Ding. Dong. Ding. Dong.
el sonido se convierte en un latido,
listos y esperando a los ansiosos pies de los bailarines.

Linda Kessler: "Mascarada" año 2012

A pesar de que su propósito era ocultar a los asistentes, para acumular este tipo de efectos desconcertantes, era fácil distinguir a la multitud en función de las máscaras que llevaban. A pesar de que inundaron el lugar con muchos diseños y adornos extravagantes -velos, plumas, remolinos, telas, etc.- entre los pocos que vinieron con ellos en la decoración, pareció haber algún formato para la selección de lo que cada uno de los asistentes se puso para la noche. Por lo tanto, fueron fácilmente segregados por la vigilancia de los ojos.

Para complementar el atuendo épico y a menudo vistoso de los maestros, o lo mínimo de eso, pero aún así intrincado como en el caso de las mascotas que fueron traídas, las máscaras para la noche - ya sea sostenidas o encordadas - eran adecuadas con una abundancia de colores y accesorios como una longitud de tren o rizos de seda, encaje y plumaje exótico cosechado e importado de otros planetas, ricas perlas de joyería de tamaños variados, colocadas en su interior, y como si fueran una fajilla. Lo que hace que se pregunten unos a otros sobre el valor, hay muchos rumores sobre los costos de las adquisiciones sólo para estar listos para esta noche....

El Volto era la elección de los huéspedes, sobre todo entre los aristócratas, sean hombres o mujeres, ya que podía ser tan desmesurado como uno quisiera, pero destacando por la belleza de su sencillez facial, a menudo sólo con los labios pintados y los agujeros de los ojos bordeados. Era la máscara que la mayoría de las parejas usaban y que, en sus profusos tocados y vestimentas a juego, las preciadas mascotas con sus cuellos tachonados desfilaban y eran conducidas por manos enguantadas, se pavoneaban por el suelo para hacer un ejemplo de sí mismas.

Para superar a alguien más, ese parecía ser el deporte de la noche, común ver a las damas y caballeros susurrando bajo los toldos del diseño del lugar, con copas de vino en la mano, hablando de la ropa de los demás: "¿Quién es tu costurero? "¿Cuán garantizada está la autenticidad? "¿Has visto a las Blondies?" - temas comunes.

Pero, por supuesto, con una reunión tan masiva y con tantos personajes importantes reunidos en un mismo lugar, la seguridad también fue un aspecto principal de la Gran Gala, tanto fuera como dentro del Salón Inferior, fácil de detectar la presencia del personal entrenado y los guardias, ya que estos hombres de espalda recta y mirada severa van a asegurarse de que se mantenga el orden, ejecutando sus tareas con mucho profesionalismo y con un cierto aire que los fusiona con el propio lugar para que sean su personificación viviente y respirante.

El personal en general se distinguió por sus máscaras Zanni, esas brillantes, pintadas de colores y con dibujos a cuadros, con rasgos pronunciados de cejas abultadas, frente y mejillas bajas, que enfatizaban las narices alargadas típicas de los clásicos teatros teatrales de la antigüedad anteriores a la fecha. Eran muebles adecuados para el evento, con uniformes de dos pechos que los diferenciaban de los invitados, los acomodadores con sus mejores faldones moviendo a la multitud a sus lugares adecuados. Junto a los guardias que mantienen la paz.

En cuanto a los centinelas de la Gran Gala, sus máscaras eran las de la más sencilla Medico della Peste, las que se asemejaban a las del personal pero se inclinaban más hacia la apariencia de los pájaros, sus narices torcidas o arqueadas que se asemejaban a los picos mientras se movían con sus túnicas y trajes emplumados, de una sombra formal para separarlos de la multitud, droides y bots a su disposición mientras escanean el lugar cada minuto o dos en busca de anormalidades, determinados a no ser superados en su propio territorio, especialmente cuando se había anunciado que la Clase Gobernante del Sistema iba a hacer su aparición.