5.

2.4K 243 204
                                    

—Solo digo que es un poco extraño, ¿no crees? 

—Por última vez, Roseanne, no. 

Hace ya algunos días desde aquel incómodo y extraño almuerzo que compartimos con la castaña y la rubia, sin embargo, no fue el último. Como Jisoo había dicho, los días que le siguieron a ese habíamos estado acompañadas de el duo extranjero, y Jennie y Jisoo no hacían más que coquetear entre ellas; la tensión sexual que se acumulaba a su alrededor era tan densa que podía cortarla con un cuchillo si quisiera. Y no es como si no me dieran ganas.

Actualmente, siendo el jueves de la misma semana, Jisoo y yo nos encontrábamos haciendo las compras mensuales correspondientes para el apartamento que compartíamos; mientras la pelinegra empujaba el carrito y enumeraba las cosas, yo me encargaba de tomar los artículos e impulsar la charla que habíamos mantenido desde que salimos de nuestro hogar, la cual se centraba principalmente en Jisoo y Jennie.

—¡Pero es que ella es tan extraña! —repliqué, tomando una lata de guisantes y verificando su  fecha de caducidad.

—No es extraña. Simplemente es coqueta —contestó mi mejor amiga, apoyándose en el carrito para tachar de la lista las latas de guisantes.

—Coqueta es decir poco. 

—Yo creo que es linda.

—Es demasiado lanzada, Jisoo —la observé como si se hubiera vuelto loca y coloqué por fin la lata dentro del carrito para ir por el siguiente producto—. ¡Incluso te ha besado varias veces en el transcurso de la semana y tú no has hecho nada para impedirlo o pararla!

Mientras avanzábamos, Jisoo creó una bomba con su goma de mascar que se explotó justo en sus labios, y habló nuevamente, impulsando el carrito.

—¿Puedes culparme? Jennie es una diosa, ¿quién en este mundo se resistiría a ella?

—¿Yo? —contesté con obviedad.

—Tú eres caso aparte —añadió—. Nunca has besado a nadie y nunca te he escuchado decir que tienes sueños húmedos con alguien. Más virgen no puedes ser. 

—¿Y qué tiene de malo? —pregunté exaltada y con mis mejillas completamente rojas. 

—Cálmate, Pasta. No he dicho que sea malo, simplemente eres alguien fuera de lo común en estos tiempos. Es difícil encontrar a alguien tan inocente ahora.

—¿Y se supone que tome las cosas bien con ese comentario?

—No es malo que seas inocente, pero eso te hace más provocativa —dijo, parando frente al estante con las frutas—. Más deseable.

—¿Cómo es eso posible? Las personas deberían querer alguien con experiencia, ¿no? 

—Hey, las vírgenes siempre son una buena presa —soltó una risa mientras yo colocaba las uvas en el carrito y me volteaba para tomar algunos mangos—. Por su inocencia la mayoría del tiempo, son fáciles de engañar.

—Yo no soy fácil de engañar.

—Eso es porque yo te he enseñado todo lo que sabes respecto a esas cosas, deberías agradecer que me tienes como amiga. 

Jisoo era una grandiosa amiga, a pesar de sus innumerables intentos por hacerme menos virgen e inocente, y ciertamente agradecía que fuese mi mejor amiga. Pero obviamente no se lo decía o eso alimentaría su enorme ego. 

—Ya, claro.

—A lo que quiero llegar, pasta, es que no es extraño que las personas se acerquen a coquetearte. Y cuando esas personas tienen por nombre Jennie Kim y la apariencia de una diosa griega, definitivamente debes aprovechar las oportunidades.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now