19.

2.5K 202 64
                                    

Algunos días después me encontraba sentada en el sofá con las piernas cruzadas mientras observaba la libreta entre mis manos, intentando realizar algunos ejercicios para practicar.

Después de aquella escena con Jennie, había notado a Jisoo un tanto más distante. Sabía que aún le incomodaban ciertas cosas y tenía algo guardado que planeaba decirme, solo que no sabía cuándo. Ese mismo día, cuando ya nos hallábamos en casa, guardé los chocolates en el refrigerados y me dispuse a dormir; al levantarme a media noche por un vaso con agua la había encontrado observando con detenimiento la bolsa, por lo que di media vuelta y me marché. Lo había hecho durante varias ocasiones, hasta que finalmente los bombones de chocolates se habían acabado. Yo sabía que ella había tomado un par, después de todo los tenía contados.

En fin, luego de eso no habló mucho y Jennie había guardado distancia tal y como me había dicho. Y hablando de ella, últimamente ambas nos habíamos hecho muy cercanas, y yo había descubierto que bajo esa capa de hostilidad y sarcasmo que mostraba existía también un lado suave y amable, y debo admitir que me agradó bastante, aunque por su apariencia pareciera al revés. Jennie era como el osito de peluche de esa niña del juego que jugaba Jisoo; parecía inofensivo y era sumamente adorable, pero cuando se prendía en fuego causaba mucho terror. 

Hoy día me encontraba esperando a Lisa, quien me había pedido algo de ayuda para estudiar, puesto que pronto entraríamos a parciales y ella no quería perder ninguno para poder viajar a Jeju durante las vacaciones. Obviamente le dije que sí y aquí estaba.

—Reemplazo... El menos dos está aquí y del otro lado pasa a ser positivo, luego lo resto con esto, lo divido y-

Mientras seguía con mi extraña costumbre de decir en voz alta el procedimiento del ejercicio, el timbre sonó y me vi obligada a levantarme de mi cómoda asiento para abrir la puerta, encontrándome con Lisa, quien llevaba una enorme sonrisa en su rostro y las manos en la espalda.

—Hey.

—¿Hola? —murmuré, levantando una ceja con curiosidad—. ¿Qué tienes en la espalda?

—¿Me dejas pasar? —preguntó, ignorando mi pregunta.

Rápidamente asentí, haciéndome a un lado para que pudiera pasar.

Una vez entró, cerré la puerta y me volví hacia ella, dispuesta a averiguar lo que tenía en su espalda.

—Lisa, ¿qué-

Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Lisa me sorprendió extendiendo una caja de chocolates con forma de corazón frente a mí. 

Me sonrojé fuertemente, pero la tomé y la observé con curiosidad.

—¿Eso es...?

—Es mi forma de agradecerte por ayudarme a estudiar, Rosie. 

Asentí, carraspeando.

—No necesitas darme nada, Lili. Lo hago con gusto.

Y no mentía en lo absoluto, Lisa era una buena estudiante. Aprendía rápido y siempre me prestaba atención.

Ella negó con su cabeza.

—Insisto —señaló la caja entre mis manos con su mentón y sonrió—. Los chocolates son solo el principio.

—¿Principio? ¿Principio de qué? 

—De nuestra cita.

Palidecí ante lo que mencionó. Es decir, no es como que me desagradara la idea, sólo me tomó desprevenida. Ella no me había pedido una cita antes.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now