48.

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El día siguiente a ese nos despedimos de la tía Dara y Minji, quienes debían volver a sus respectivos trabajos, y después de muchos abrazos y lágrimas habíamos decidido que nos veríamos otra vez para navidad. Aún faltaba un poco para eso, pero el tiempo pasaba rápido.

Jisoo, Jennie, Lisa y yo viajamos devuelta a Seúl, y nos separamos a nuestras respectivas casas.

Los días siguientes nos la pasamos haciendo algunas cosas de la universidad e intentando arreglar todo para cuando entremos, día de hoy, por cierto. A causa de eso, no nos habíamos visto tan seguido como querríamos, pero nos reconfortaba saber que al menos habíamos logrado matricular cerca de tres materias juntas; eso era algo. Fue una pena que no lográramos ingresar todas juntas, pero no me quejaba.

Eran las siete de la mañana en punto cuando el timbre de nuestro apartamento sonó. Yo corrí a abrirlo con el cepillo de mi cabello en mano, pues me encontraba peinándome, y me llevé la gratificante sorpresa de encontrar a Lisa del otro lado de la puerta.

Mi novia sonrió en grande cuando me vio y estiró el ramo de margaritas hacia mí.

—Buen día —saludó, sin borrar su sonrisa—. ¿Cómo está la mujer más hermosa del mundo?

Levemente sonrojada por sus cumplidos, entreabrí mis labios para contestarle, cuando Jisoo se me adelantó.

—Ah, bien. Estoy un poco cansada, ayer fue un día muy agotador, pero supongo que estoy bien —se tiró de espalda sobre el sofá y suspiró—. Gracias por preguntar.

—La pregunta no era para ti —musité yo, frunciendo el ceño.

—Bueno, deberías especificar.

Rodé mis ojos y tomé el ramo de flores de la mano de mi novia, plantándole un casto beso en los labios como saludo.

—Hola —le saludé.

—¿Y Jennie? —inquirió mi mejor amiga.

—Estaba arreglando un par de cosas en el auto, ya regresa —Lisa volvió a mirarme fijamente y sonrió, abrazando mi cintura al mismo tiempo que plantaba un beso en mi mejilla—. Hola, preciosa.

Escuchamos un par de sonidos de asco.

—Son tan cursis que me harán vomitar. Dios. ¿Flores y cumplidos? Estás pasada de moda, Manoban.

Lisa frunció el ceño.

—¿Desde cuándo hacerle saber a tu novia que es especial para ti está "pasado de moda"?

Jisoo sonrió con burla.

—Desde hoy. Esas cosas son demasiado cursis.

—¿Ah sí?

—Totalmente. Al menos para mí.

En ese momento, Lisa fue quien sonrió de forma burlona. Quise preguntarle por qué lo hacía, pero antes de que pudiera formular la pregunta, Jennie apareció por la puerta con ambas manos en la espalda y su famosa sonrisa gomosa.

—¡Hey! ¿Qué hay, chicas?

Al escuchar su voz, mi mejor amiga se levantó del sofá como si tuviera un resorte y sonrió.

—¡Jendeukie!

—¡Chu!

Jennie se volteó hacia ella y, cuando Jisoo estuvo frente a frente suyo, sacó un ramo de rosas de su espalda y se inclinó levemente, como haciendo una reverencia.

—Hermosas flores para una hermosa señorita —dijo.

Jisoo se sonrojó y estiró las manos para tomar el ramo que yacía entre las manos de la castaña, todo el tiempo bajo las risas de mi novia y claro, también las mías.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now