Promise┊Chaelisa

9.

Finalmente, después de un largo fin de semana lleno de emociones intensas, el lunes había llegado. Y eso significaba que vería a Lisa otra vez.

Bueno, sí sé que la vi este fin de semana, pero solo fueron dos días. Ella desapareció de mi vida por más de diez años, eso es poco a comparación.

Supongo que mi emoción fue sumamente visible, pues Jisoo no había parado de hacer bromas al respecto toda la mañana. Desde el desayuno hasta que nos bajamos de su auto en la misma universidad y empezamos a caminar.

—Tranquila, Chaeng. Veremos a tu novia pronto.

—¡Ya te dije que no es mi novia! —murmuré, sintiendo mis mejillas arder.

Extrañamente, la idea no me desagradaba del todo.

—Tus mejillas dicen otra cosa, señorita obvia.

—¡Yah! ¡Jisoo! —chillé y golpeé su hombro—. ¡Déjame en paz!

Jisoo solo soltó una risa y entreabrió sus labios, dispuesta a decir algo, cuando las voces de Lisa y Jennie llamaron nuestra atención.

—¡Jisoo! ¡Rosie Pooh! —la rubia corrió hasta llegar a nosotras, con una gran y adorable sonrisa plasmada en sus labios y las mejillas regordetas ligeramente rojas.

No tenía idea de si era porque estaba corriendo o por algo más.

Jennie, en cambio, llegó a pasos calmados a su lado, sosteniendo su mochila en su hombro con la mano derecha y guiñando un ojo hacia nosotras como saludo.

—Buenos días, Lili —saludé, sonriéndole también.

—Estoy segura que para ella ya son mejores, ¿cierto, Lice? —comentó Jennie con diversión.

—¡Cállate! 

Jennie y Jisoo rieron. 

Lisa hizo un puchero hacia ambas antes de dirigirse nuevamente hacia mí.

—Uhm, buen día —dijo, sonriendo nuevamente—. ¿Cómo amaneciste hoy, mi Rosie?

«¡Yah! Juro que voy a morir un día de estos por sus palabras. Es tan tierna» 

Mi yo interno se chilló y saltó de alegría, para finalmente derretirse de ternura. Sin embargo, antes de que tuviera la oportunidad de contestar, Jisoo lo hizo por mí.

—Así —murmuró, cerrando sus ojos y abriéndolos lentamente.

Yo estaba confundida, cuando las repentinas carcajadas de Jennie estallaron frente a mí y me hicieron comprender su tonta broma.

—Ja-ja, muy graciosa, Jisoo —rodé los ojos y me dirigí a Lisa de nuevo—. Estoy bien, ¿qué tal tú?

—Muy bien, sip.

Me alegré infinitamente por escucharlo, y estuve a punto de hacérselo saber cuando Jennie interrumpió de nuevo.

Tal parece que ambas estaban decididas a burlarse de nosotras durante el resto del día.

—Ya, ya. Dejen sus cursilerías para después. Tengo hambre.

—¿No desayunaste? —preguntó Jisoo.

—No, gracias a que cierta señorita por ahí estaba tan entusiasmada por regresar a la universidad para ver a su noviecita.

—¡No es mi novia! —contestó Lisa, sonrojándose.

—Ay ajá. ¿Vamos a comer o qué? Aún tenemos como una hora antes de que empiecen las clases.

—Vamos —contestó Jisoo y ambas empezaron a caminar lado a lado, hablando de quién sabe qué cosas.