28.

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A la mañana siguiente, me encontraba pensando vagamente en lo que sucedió la noche anterior mientras me cepillaba los dientes y empezaba a tararear una canción. 

En realidad, y aunque no lo admitía abiertamente, las palabras de Lisa habían logrado llegar profundamente en mi mente. Sumándole a las palabras de Jisoo... La verdad era que no sabía qué pensar. Muchas veces me planteé el que mis sentimientos hacia Lisa fueran mucho más que amistad, y no mentía cuando le había dicho a Jisoo que ella solía gustarme. 

Pero en ese entonces yo era una niña, ambas lo éramos, y no le prestábamos atención a esas cosas. Cuando le dije que me había dado cuenta muy tarde, fue porque descubrí que Lisa me había gustado una noche en la que los pensamientos me invadieron a los trece, y no pude parar de pensar en ella y la falta que me hacía tenerla a mi lado. 

Al haber pasado tanto tiempo, simplemente pensé que mis sentimientos se habían desvanecido, no obstante, cuando la reconocí y ella empezó a actuar así tan dulce conmigo otra vez, las raras sensaciones volvieron. En realidad, ahora sentía algunas cosas que no sentía en el pasado, como la excitación sexual, por ejemplo.

Lisa crea tantas sensaciones en mi interior, y no puedo evitar compararla con Jisoo... Claro, ambas fueron y son mis mejores amigas, pero habían cosas que sentía cuando estaba con cada una de ellas. Cosas distintas.

Con Lisa las cosas son más tiernas, sentía que nada iba a pasarme porque ella siempre estaría ahí protegiéndome; nos abrazábamos, habían besos y muchas cosas de por medio, me hacía sentir tan cálida y... amada de una extraña forma.

Con Jisoo, por otra parte, me divertía mucho; ella me hacía sentir cómoda y feliz, nunca me dejaba sola y sabía perfectamente cada cosa de mí. Jisoo siempre estaba ahí para mí...

«Oh por Dios...»

Escupí la pasta de dientes en mi boca antes de chillar.

—¡¿Me gusta Jisoo?!

Desafortunadamente no me encontraba tan sola como creía —a pesar de que era mi habitación—. 

Una mota de cabello castaño apareció por la puerta del baño —la cual estaba abierta—, y me observó con una expresión extraña y una mueca.

—¿Te gusta Jisoo? 

Escupí el resto de la pasta y guardé mi cepillo, volteándome para hablarle correctamente.

—Buen día, Jennie —murmuré con algo de nerviosismo

—Buen día —dijo—. ¿Qué fue lo de hace rato? 

Cuando pasé a su lado para colocarme las pantuflas, ella volvió a encararme. Aparentemente no capta indirectas.

—¿Te gusta Jisoo?

—Yo no... Creo que no. E-es decir, no lo sé.

Jennie hizo otra mueca.

—Creí que te gustaba Lisa.

—¿Tú crees?

—Por favor, está más claro que el agua que ustedes dos se atraen. Además, en la noche me enteré de ciertas cosas.

Observó sus uñas haciéndose la interesante mientras yo me moría de la curiosidad por dentro.

—¿De qué?

—Eunbi llegó corriendo hacia nosotras y dijo un montón de cosas, ¿sabes? Casi no le entendí, y realmente no iba a prestarle mucha atención porque ya estaba un poco pasada de copas, pero entonces... Escuché "Lisa", "Rosé", "beso" y "lengua" en la misma oración y la curiosidad me ganó.

Promise┊ChaelisaOnde histórias criam vida. Descubra agora