11.

2.4K 226 107
                                    

Al día siguiente, durante un espacio libre entre clases, me encontraba en el césped del campus de la universidad bajo la sombra de un árbol intentando leer un poco. Sin embargo, parecía que mi mejor amiga estaba completamente decidida a no dejarme hacerlo.

Jisoo recostó su cabeza en mis piernas, acostándose en el césped, y empezó a hacer ruidos extraños.

—Ppoong, ppoong.

Yo suspiré.

—Jisoo, ¿te importa? Estoy intentando leer aquí.

—Estoy aburrida, pasta —murmuró con un puchero—. Hagamos algo.

Suspirando nuevamente, puse mis lentes —porque me había cansado de llevar lentes de contacto— sobre mi cabeza y cerré el libro. Era obvio que no me iba a dejar leer.

—¿Qué sugieres? —pregunté con calma.

—Uhm... No lo sé.

—Pues yo tengo una idea. ¿Por qué no te duermes un rato mientras yo leo?

—Nah, no tengo sueño —negó, observando hacia otro lado—. Oye, pasta.

—¿Qué?

—¿Cómo crees que cojan? 

Casi me ahogo con la saliva cuando escuché su pregunta.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

Jisoo se volteó y posó su mentón sobre mi muslo, señalando un grupo de chicas vestidas con faldas cortas y con pompones en sus manos.

—Las porristas —contestó.

—No sé, Jisoo. ¿No te acostaste con alguna de ellas?

—Nah, en su mayoría tienen pareja y, además, son muy huecas —bufó—. Están bien, son sexys y lindas, pero no tienen cerebro. Todas son mimadas.

—¿Y tú no? —pregunté con diversión, ganándome una mirada por parte de mi amiga.

—Oh, cállate. Yo no soy mimada. Trabajo duro por lo que quiero.

—Lo sé —murmuré.

Unos segundos después, en el cual creí que por fin se había rendido y me dejaría leer, Jisoo habló nuevamente.

—¿Y cómo crees que coja Lisa? 

—¡Jisoo! —ante aquella pregunta no pude evitar sonrojarme. 

—¿Qué? No me digas que nunca te lo has preguntado... Tiene unos dedos bastante largos, ¿sabes? —sonrió con burla—. Seguro que sabe usarlos muy bien.

—Perdónala señor, no sabe lo que dice —observé el cielo e hice una mueca—. Es una pecadora, pero te juro que es buena persona.

—Vamos, Rosé. ¿A que no te dan ganas de comprobarlo?

—Tú te estás acostando con Jennie —le recordé frunciendo el ceño. Que ella pensara así de Lisa producía un extraño dolor en mi estómago muy difícil de ignorar.

Mordí mi labio inferior y bajé los lentes, ajustándolos en su lugar.

—Nunca dije que lo haría. Jennie y su perfección son más que suficientes para mí.

—Hablando de ellas —musité, intentando cambiar el tema para evitar las ganas de golpearla que me invadieron de repente. Lo cual era extraño puesto que soy una persona muy tranquila—, ¿cuándo llegan?

—Jennie me escribió hace unos minutos. El viejo se puso intenso otra vez, así que tal vez tarden un poco más —bufó, recordando el viejo cascarrabias que nos daba clases a las cuatro. En horarios diferentes, por supuesto.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now