16.

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Capítulo M. 

—Creo... Creo que estoy excitada. 

Cuando esas palabras salieron de mi boca, al instante quise pegarme un tiro. 

No tenía idea de por qué lo dije; supongo que el calor del momento y las hormonas alborotadas hicieron que el filtro de mi cerebro con mi boca se desactivara, permitiéndome hablar sin antes pensarlo.

Lisa entreabrió sus labios con sorpresa y tragó saliva.

—Yo... Yo... Ya aprendiste bien —murmuró—. Fue un... Buen beso.

Ante la forma en la que cambió el tema, supe que probablemente le había incomodado lo que yo había dicho con anterioridad y me abofeteé mentalmente.

—Lisa-

—Creo que tal vez deberíamos parar.

Tragando saliva y sonrojándome, me sentí repentinamente mal cuando ella apartó las manos de mi cintura como si quemara, justo después de bajarme de su regazo.

Me sentía apenada y avergonzada por mi estupidez y falta de control.

—Sí —dije, apartando la mirada. No podía verla a los ojos—. Yo... L-lamento eso. No sé en qué estaba pensando.

No lo estaba haciendo, realmente. Y ese era el problema.

—No, está bien. Yo solo... Supongo que es algo que tu pareja debería saber. Ya sabes, para ayudarte con eso —rascando su nuca, noté por el rabillo del ojo como Lisa se sonrojaba.

—¿Mi... Pareja?

—Sí. Para eso estábamos practicando, ¿no? Para cuando tengas tu pareja y quieras besarla, o... Algo así.

Volteé mi mirada hacia ella con incredulidad. ¿Enserio todo lo que había pasado solamente era para enseñarme? Pensé... Ella dijo que quería besarme. No creí que realmente se tomara tan enserio lo de ser mi maestra.

Es decir, sí quería aprender a besar, definitivamente quería hacerlo, pero me mentiría a mí misma si dijera que esa era la única razón. En realidad, yo también quería saber qué se sentía besar a Lalisa Manoban. Y debo admitir que lo amé.

—Uhm, claro —musité después de unos segundos. 

Lisa asintió y ninguna dijo nada durante algunos segundos.

Hasta que... Bueno, una idea surcó rápidamente mi mente. Sabía que no estaba pensando con claridad y las hormonas me controlaban, pero... El latido insistente entre mis piernas continuaba y deseaba calmarlo.

—Pero... Tú... Digo, si estás enseñándome lo que debo hacer con mi pareja, ¿qué se supone que pasa después?

Ella me observó uno instantes con una mirada confusa.

—¿A qué te refieres con eso?

—Es que... Después de los besos, t-tú dijiste que mi pareja iba a ayudarme con... eso. Y yo... No sé qué hacer...

Ella volvió a entreabrir sus labios, cerrándolos y tragando saliva nuevamente. Pude ver como su rostro se tornó de un ligero color carmesí.

—A-ah, n-no lo sé. Eso es algo muy personal.

—Pero tú eres mi pareja.

Lisa se atragantó con su saliva y el color rojo en sus mejillas se tornó más fuerte.

—¡¿Q-qué?!

—Quiero decir, e-eres mi pareja ahora. Es una suposición, ¿No? —intenté arreglar mi error, observándola y sonrojándome levemente.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now