24.

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Cuando desperté sentí un extraño vacío a mi lado, por lo que abriendo lentamente los ojos, me dispuse a observar todo a mi alrededor. El lugar parecía en orden, y mi ropa, que anteriormente se encontraba en el suelo, ahora estaba acomodada en el tocador; yo estaba abrazada a una almohada y cubierta hasta el cuello con una manta.

Repentinamente temía que todo fuese un sueño. Me destapé rápidamente, encontrándome en ropa interior y el sonrojo invadió mis mejillas. Mis muslos se encontraban un poco pegajosos así que me dispuse a ingresar al baño para tomar una ducha.

Al finalizar, me cambié la ropa interior dejándome la ropa que me había quitado. No estaba sucia después de todo. Y afortunadamente para mí, las sábanas de mi cama tampoco parecían sucias.

Sonreí y caminé escaleras abajo en busca de Lisa y de algo para comer. Mi estómago empezaba a rugir.

Cuando bajé y empecé a caminar por toda la casa, finalmente me encontré con un cuadro que definitivamente debía estar en un álbum familiar.

Minji limpiaba las mejillas cubiertas de harina de Jisoo, quien mantenía un puchero en sus labios. Mi tía Dara, por otra parte, intentaba acomodar la masa en los moldes mientras Jennie y Lisa se encargaban de mezclar algunas cosas, con las mejillas llenas de harina, sus lenguas fuera y unas expresiones sumamente adorables de concentración en los rostros.

Me dio tanta ternura que lamenté interrumpir, sin embargo, aún tenía hambre. Saqué mi teléfono y capturé el momento en una foto, para después acercarme a Lisa con cuidado y limpiar su sucia mejilla antes de besarla.

Ella volteó hacia mí con una adorable sonrisa.

—¡Rosie! —canturreó y de inmediato posó el bowl con la mezcla frente a mí—. ¡Mira lo que hice!

Solté una risa y me dispuse a limpiar su otra mejilla antes de hablar.

—Se ve bien, Lili. ¿Qué es?

—Hacemos postres —contestó y siguió batiendo la mezcla con efusividad y concentración—. Estoy ayudando con las galletas. Jisoo y Minji preparan la crema para el pastel.

Asentí y le planté un beso en la otra mejilla cuando terminé de limpiarla, recibiendo otra de esas adorables sonrisas.

—Listo —murmuré, sonrojándome levemente.

—Gracias.

—¿No te parece una escena rara, Dara? —como estaba acostumbrada, Jennie interrumpió nuestro momento mientras batía algo en su tazón.

La tía Dara rió, pero negó con la cabeza.

—En absoluto. Ellas siempre han sido así.

—A mí sí me parece sospechoso —murmuró la castaña, observándonos con los ojos entrecerrados.

Yo le saqué la lengua y me volteé para buscar algo en el refrigerador.

—Oh, cariño. Hay ramen instantáneo en el refrigerador —me habló mi tía.

—Está bien —tomé el ramen en mis manos y cuando pasé al lado de mi tía para prepararlo, metí el dedo en la masa para probarla. Desafortunadamente ella se dio cuenta y me golpeó con una cuchara de madera en la mejilla porque fue el único lugar que alcanzó a tocar antes de que yo saliera corriendo hacia Lisa. Suavemente, por supuesto.

Hice un puchero cuando noté mi mejilla pegajosa y Lisa se echó a reír, lamiendo la masa incrustada allí.

—¡Lisa! —chillé, golpeándole el brazo.

Ella volvió a reír. 

Observé de reojo a mi tía, quien negaba con una sonrisa y continuaba batiendo la mezcla.

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now