Promise┊Chaelisa

29.

—¡¿Qué?! —creo que mi grito se escuchó por toda la casa, y me había sorprendido que ninguna de las inquilinas hubiese aparecido por la puerta preguntando qué sucedía.

Pero es que la sorpresa y los celos irracionales influyeron en mí. 

Lisa se encontraba sonrojada y apartaba la mirada; me bajé inmediatamente de su regazo y volteó a verme con una expresión parecida al pánico.

—Rosie, déjame explicarte —murmuró rápidamente. No tenía nada que explicar, sin embargo, le permití continuar—. Es cierto que Jennie fue mi primer beso y también mi primera vez...

El aire se me atoró en la garganta y ella se apresuró en hablar.

—¡Pero yo no lo recuerdo! —chilló.

—¿Qué? 

—Estábamos ebrias las dos. No sabíamos lo que hacíamos.

—Eso no tiene sentido. ¿Cómo sabes que lo hicieron si ni siquiera puedes recordarlo? —pregunté, frunciendo el ceño.

—Porque al día siguiente desperté desnuda en un cuarto que no era el mío, en una cama que no era la mía y con Jennie jodidamente desnuda a mi lado. Ambas teníamos un dolor de cabeza insoportable, ganas de vomitar y asco.

—Pero Jennie y tú salían... Eran... Novias —musité con cierta dificultad—. ¿Por qué sentirían asco?

—Jennie y yo éramos pareja, pero nunca pasamos de los besos y abrazos. El haberlo hecho fue... Traumante —se estremeció y una mueca surcó sus labios—. Por suerte no recuerdo nada. Pero en fin, después de eso fingimos que nada pasó y decidimos que lo mejor sería terminar.

—Si terminaron, eso no explica cómo sabes tanto sobre el tema.

—Te dije, Jennie tuvo que ver en eso.

—¡Pero no recuerdas nada! —bufé e inmediatamente mi ceño se frunció. Si Lisa creía que iba a burlarse de mí, definitivamente estaba equivocada—. Mira, Lisa, deja de mentirme. No tienes que-

—No te miento, Rosie. Jamás te mentiría —comentó—. Jennie sí tuvo que ver, pero no de la forma en la que crees.

—Explícate —gruñí, cruzándome de brazos.

Ella tragó saliva y sus mejillas se ruborizaron, apartando la mirada antes de hablar.

—Tiempo después de lo que sucedió entre nosotras, Jennie y yo fuimos a una fiesta. Ambas éramos populares y siempre nos invitaban a esos eventos.

Siendo sincera no me costaba imaginar a Lisa siendo la típica chica popular en la escuela secundaria de las películas estadounidenses. Por supuesto, quitando el hecho de que ella no era una perra sin corazón. Lisa jamás podría ser así.

—En esa fiesta Jennie me presentó a una amiga suya. Ella era universitaria, y era muy hermosa —balbuceó, haciendo que mi ceño se frunciera aún más—. Y al parecer yo le atraía... En esa fiesta no pasó nada, sin embargo, después seguimos encontrándonos y... bueno, una cosa llevó a la otra.

—¿Tuvieron sexo?

—Algo así —comentó, pasando una mano por su nuca y realizando una mueca de incomodidad—. Yo no sabía nada, ella se convirtió en una especie de... instructora. Salimos durante un tiempo y teníamos relaciones.

Repentinamente me sentí celosa porque aquella chica mayor y desconocida había podido estar en la vida de Lisa incluso antes de que yo pudiera reconocerla. Ella había tomado la inocencia de mi Lili. Es decir, le agradecía porque gracias a ella Lisa era excelente en todo lo que hacía, pero no pude evitar molestarme también por ello. Mi interior era un desastre.