6.

2.5K 238 136
                                    

El silencio inundó el lugar en cuanto pronuncié esas dos palabras; la mirada que me brindaba ahora la menor era tan extraña... Sus ojos se movían rápidamente por todo mi rostro, detallándolo y buscando alguna señal que le dijera que era una broma, que mentía.

Señal que, por supuesto, no iba a encontrar.

Sus labios se entreabrieron y temblaron ligeramente antes de que su lengua saliera para humedecerlos. Sus ojos subieron a los míos y tragó saliva antes de hablar

—¿Roseanne... Park?

—La misma —pronuncié con una voz apenas audible que dudaba que fuese mía.

—No... No es... Tú no... ¿Cómo es posible? —susurró, aún con esa expresión sorprendida y aterrada.

—No lo sé —contesté de la forma más honesta posible. Mi mirada y mi voz volviéndose más dulce en un intento por calmarla.

—¿Cómo sé que me dices la verdad? —su postura volvió a ser defensiva, recogió sus piernas y las abrazó a su cuerpo mientras me enviaba una mirada desdeñosa. 

Y ahí estaba otra vez, esa Lisa desconfiada y ruda.

«Oh, Lili. ¿Qué te hicieron?»

—Te estoy diciendo la verdad —aseguré. Sin embargo, y pese a mis intentos, ella seguía desconfiando de mi palabra.

—No te creo.

—Lili, soy yo, Rosie —murmuré, estirando mis brazos hacia ella—. ¿Recuerdas? Rosie pooh, ¿ardilla? Así me llamabas.

Su mirada desdeñosa empezó a cambiar lentamente, pero su postura aún se mantenía defensiva.

Al instante supe lo que debía hacer.

—Si lo recuerdas, ¿verdad? —me arrodillé delante de ella con una sonrisa nostálgica—. Yo recuerdo esa vez que subimos esa colina que quedaba cerca de tu casa para llegar a nuestro lugar secreto, que no era tan secreto porque tus padres y mi tía lo conocían. Ese día empezamos a rememorar como nos conocimos y tú olvidabas la mayoría de las partes, yo tenía que corregirte cada cierto tiempo —reí, recordando como cuando éramos pequeñas solía golpear a Lisa en la cabeza con suavidad mientras la llamaba tonta y le explicaba las cosas que realmente pasaron—. Siempre fuiste muy olvidadiza.

Lisa me observó con desconfianza unos instantes, antes de sonrojarse y reír levemente, apartando la mirada.

—No es mi culpa. Cuando estaba contigo siempre me distraía.

—¿Así que ahora es mi culpa? —levanté una ceja.

—No estoy diciendo que lo es. Rayos, aún después de tanto tiempo sigues acomodando las cosas a tu antojo.

—No estoy acomodando las cosas. Que tú no sepas expresarte no es mi culpa.

—Y tú sí que sabes hacerlo, ¿verdad? —preguntó con diversión—. Porque que yo recuerde, eras la peor para hablar con las personas. Hubo una vez, cuando íbamos a comprar dulces... Había un niño que te parecía lindo, era el nieto del vendedor y estaba detrás del mostrador con él, ni siquiera pudiste decir hola y te escondiste detrás de mí —recordó con burla—. Cuando el niño te sonrió y apretaste mi brazo creí que te ibas a hacer pipí ahí mismo.

—¡Yah!, ¡Lisa! —y sin quererlo, mi mano se lanzó de inmediato hacia su cabeza, dando un rápido y ligero golpe. La rubia cubrió su cabeza con ambas manos y rió.

«Tal y como solíamos hacer antes...»

—Era solo una niña, ¿de acuerdo? Tonta...

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now