13.

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Al despertar, luego de cepillarme los dientes, encontré a Jisoo con su pijama sobre el sofá, jugando un videojuego y pausándolo para revisar de vez en cuando su celular. Era como si esperara un mensaje o una llamada.

Fruncí el ceño y me preparé una taza de mi cereal de malvaviscos y leche, y me senté junto a ella. Observándome de reojo, Jisoo abrió sus labios y metí una cucharada en su boca.

—¿Qué juegas?

Naturo Storm 4 —contestó, pausando el juego nuevamente y observándome—. Minato es difícil de vencer. ¿Me das más?

Sin comprender muy bien de qué hablaba, metí otra cucharada en su boca y decidí no hacer más preguntar al respecto. Después de todo, no iba a entender.

—¿Estás esperando una llamada? —le pregunté, después de masticar.

—Sí... Bueno, no en realidad. Es... ¿Has sabido algo de Jennie? 

Negué con la cabeza mientras engullía mi cereal.

—¿Por qué?

—Es que... No me ha llamado en todo el fin de semana y pensé... Creí que íbamos a hacer, ya sabes, nuestras cosas.

—Tal vez esté atareada. Recuerda lo que Lisa dijo.

—Uhm, sí. Tal vez sea solo eso... Hablando de Lisa, ¿qué pasó entre ustedes ayer, eh?

—¿Qué? —levantando una ceja, dejé de masticar para prestarle atención a sus posibles locuras.

—No te hagas, sabes muy bien de qué hablo  —murmuró, robando mi cuchara—. Antes de que yo llegara a salvarte el culo había una horrible incomodidad. Te juro que pude sentirla desde mi habitación y por eso bajé.

—Exageras. No había incomodidad.

—Quizá no de tu parte, pero sí de ella. 

—¿A qué te refieres? 

Jisoo arrebató el tazón de mis manos y empezó a comerse mi comida. Ya era normal, de hecho. Casi siempre sucedía los fines de semana, pero lo más raro era que estaba fascinada con robarme la comida. Cada que ponía un plato extra para ella casi no comía nada, pero si yo comía algo ella me lo arrebataba y se lo terminaba.

—Lisa tenía una cara horrible. Como si alguien le hubiese dado una patada en sus bajos —dijo—. ¿Qué le dijiste?

—Yo no hice nada. ¿Por qué crees que la dañaría apropósito? —farfullé, frunciendo el ceño.

—Quizá no apropósito, pero puede ser inconscientemente. Tú eres muy lenta para estas cosas. Anda, ¿qué le dijiste?

—Bueno, antes de que llegaras preparé unos sándwiches de mantequilla de maní y jalea, y mientras los comíamos recordábamos nuestro pasado.

—Prosigue —murmuró con la boca llena, comiendo más cereal.

La miré mal unos instantes, antes de continuar con mi relato.

—Luego le ofrecí quedarse a cenar, porque sabía que si ella empezaba a jugar contigo no iba a querer irse temprano. Ella dijo que no quería estorbar, pero yo le dije que estaba bien —murmuré pausadamente—. Después me preguntó si de verdad iba a cocinar para ella y le dije que sí, que estaba bien porque siempre lo hacía para ti y hacerlo para alguien más no haría la diferencia-

Jisoo me interrumpió, escupiendo la leche y los trozos de cereal que aún tenía en la boca, y estalló en carcajadas.

Hice una mueca, completamente asqueada por su comportamiento. Tenía suerte de que era mi pijama y me lo quitaría dentro de poco, o de lo contrario la obligaría a lavar la ropa de inmediato.

Promise┊ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora