Capítulo 31

10.9K 782 50
                                    

Ambos estamos sentados en la azotea de su estudio, antes de que llegue, me llamó avisándome que me había preparado un tazón de mis frutas favoritas, como siempre lo hacía cuando venía aquí.

—¿Qué crees que piensen tus nuevos amigos cuando se enteren que estás aquí conmigo y no con tu madre? –pregunta y presiona el botón de su boli para que este tenga punta.

—Ni lo sé ni me importa, no creo que se enteren.

—¿De verdad crees que se acabó? –pincha un trozo de fruta de su tazón y se lo lleva a la boca.

Lo miro y asiento con la cabeza.

—Eso creo. Me mintió y me ocultaba cosas, ¿cómo podría estar con alguien si no sé que es lo que está viviendo por dentro?

—He sido tu psicológico durante seis meses, Rue. Tú también ocultabas cosas antes de venir aquí.

Un momento, ¿los problemas de Nate serán tan serios?

—¿Quieres decir que él necesita ayuda profesional? –lo miro y espero su respuesta.

—Como has dicho, no sabes de qué se trata su problema, así que yo tampoco soy capaz de decir si la necesita o no, ¿no crees?

—Entiendo. –él comienza a anotar algo en su libreta y yo lo miro extrañada. —¿Qué escribes? Eric, esto no es una sesión.

Él deja de escribir inmediatamente y me mira.

—Lo sé, sólo estoy remarcando el medicamento que le receté a un paciente. Tranquila, tómate esto como una charla de amigos.

Hago una sonrisa torcida mientras mi mente se llena de recuerdos.

»

El hombre de unos treinta y tantos años toma asiento en un sofá que está frente a mí y saca una libreta que había en un pequeño mueble a su izquierda.

Bien, ya que esta es tu primera sesión, voy a pedirte que por favor tomes esto como una charla entre amigos y no como algo formal, ¿te parece bien? –pregunra sacando un boli de su camisa blanca.

Me parece bien. –respondo con un tono de voz muy fino apenas entendible. Estar aquí me produce tantos nervios e incomodidad que no entiendo cómo no estoy teniendo un ataque.

«

—Eso me dijiste la primera vez que vine aquí. –susurro.

—Pero sirve, ¿o no? –deja la libreta en el suelo y vuelve a posar su mirada en mi. —¿Qué eliges hacer, Rue?

Los recuerdos de esta mañana afloran de nuevo en mi cabeza y ese incómodo dolor de pecho vuelve otra vez.

—Estoy enamorada de él. Pero ahora ya no depende de mi, sino de él. Y algo en mi me dice que no lo intentará.

••••

Subo por las escaleras y no me tomo la molestia de cerrar la puerta de mi habitación cuando comienzo a quitarme la ropa, busco ropa cómoda y limpia en mi armario y camino hacia el baño.
No tengo animo alguno de lavarme el cabello así que no lo hago, enjuago mi asqueroso cuerpo y salgo de la ducha para poder vestirme.

Entro de nuevo en mi habitación y voy directo hacía el pequeño balcón. Tengo una muy bonita vista de la cuidad, de niña siempre me imaginaba viviendo en los edificios más altos y más bonitos. Recuerdo que la última vez que lo hice tenía doce años, un mes después comenzó un nuevo verano y conocí a Nate. Niego con la cabeza y suspiro antes de sentir como mis ojos se llenan nuevamente.

The First Where stories live. Discover now