Capítulo 56

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¡A partir de hoy, actualizaciones solamente los sábados!
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Algo me aplasta. No me deja respirar. Está por encima de mí y a su vez por debajo. Está por todas partes. Me acorrala. Me asfixia. Me hace sentir presa y triste. Puedo verlo y a la vez no, es oscuro, es una silueta completamente oscura. Me aplasta, está a mi lado, arriba de mí. Estoy recostada y aquella silueta me aplasta. Es como si estuviera encima de mí y a la vez no, pero siempre me aplasta.

Vete. –trato de moverme pero es imposible. Mi cuerpo está pegado en donde quiera que esté acostada.

¡Rue! –¿de dónde viene eso?

De golpe, la silueta toma forma, una forma masculina. Y luego toma color. Y luego su rostro se convierte en el de Darren. Mi asfixia comienza a ser más torturante y mis lágrimas caen en silencio en la plena oscuridad que me rodea, mientras que Darren observa como lentamente comienzo a dejarme ir...

—Rue, despierta!

Abro mis ojos y me siento en la cama, asustada. Mi respiración está incontrolable. Me duele el pecho y siento las mejillas húmedas.

—¿Estás bien, amor? –pregunta Nate con la voz agitada.

Me giro hacia él y veo su expresión preocupada. Su respiración también se nota algo acelerada.

Niego con la cabeza, llena de angustia. No, no estoy bien.

Me acerco a él y me apoyo sobre su pecho, siento sus brazos envolver mis hombros y comienzo a hacer un proceso de relajación para que mi respiración vuelva a la normalidad.

—Estabas teniendo una pesadilla. –dice y yo asiento con la cabeza.

Nate besa mi cabeza y por fin siento que puedo volver a estar en paz.

Él se remueve un poco y me doy cuenta de que está moviendo las almohadas detrás de nosotros.

—Ven. –dice y tira de mí hasta acostarnos y así yo quedar con la cabeza apoyada sobre su pecho mientras él comienza a masajear mi cabello.

—Todo está bien, ya pasó. –dice y lo siento besarme la cabeza otra vez.

Me acurruco contra él y mis lágrimas bajan lentamente hacia mi mentón.

—Estoy harta de estas malditas pesadillas. –murmuro.

El masaje de Nate se detiene.

—Espera, ¿has tenido más? –pregunta y me obligo a levantar la cabeza para mirarlo

Su mirada me atraviesa con preocupación.

Hago un ligero asiento con la cabeza.

—Si. –respondo. —Sobre ti, sobre el pasado, una mezcla de ambas...

Suspiro.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? –pregunta con indignación.

Niego con la cabeza mientras sus ojos buscan una respuesta en los míos.

—Porque no quería darle importancia. Las he tenido siempre desde lo que pasó con él. Pero tú comentaste a aparecer en ellos a veces. –digo. Nate me mira como si quisiera saber qué soñaba con él. —Tú me decías que yo nunca sería suficiente para ti, y a veces lo decías luego de besar a Nathalie. –suelto.

Nate se sienta y me toma de la cintura para subirme a su regazo. Me mira con tristeza y llevo mis manos hasta unirlas en su nuca.

Él abre la boca y niega con la cabeza, —Sabes que nunca en la vida podría hacerte algo como eso. –dice. —Lo eres todo para mí.

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