Capítulo 54

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Despierto y lo primero que hago es tomar una ducha para alivianar la tensión que tiene mi cuerpo desde ayer por la tarde. No dormí mucho ya que me pasé toda la noche pensando en las confesiones de Nate. Debo admitir que fueron muchas, tanto que me abrumaron y mi cerebro no pudo parar de maquinarse toda la noche. El agua tibia cae sobre mi espalda y siento como me relajo. Me quedo unos diez o quince minutos bajo el agua y luego salgo para vestirme e ir al trabajo.

Negué totalmente el ofrecimiento de Nate para ir juntos al club, creo que cuanto más tiempo tenga lejos de Nate, más podré pensar las cosas. Aunque obviamente no quiero estar alejada de él mucho rato, así que debo aprovechar los momentos que tenga para mí misma en el día de hoy.

Llego al club y me topo con Samuel a punto de entrar, me sonríe antes de saludarnos y ambos entramos al vestuario, nunca he compartido este sector con él ya que al parecer, su jornada comienza desde más temprano.

—Dos semanas para la fiesta del club. –dice descolgando su mochila del hombro.

Volteo mi rostro hacia él y asiento con la cabeza.

En realidad había olvidado completamente que la fiesta sería de dentro de dos semanas, es increíble como pasa el tiempo.

—Será la mejor celebración de todas... eso espero. –dice con una sonrisa.

—Espero que mi vestido no sea muy exagerado para la ocasión.

Samuel me mira y frunce su entrecejo.

—Ni el mío. –bromea.

Luego de unos minutos, sale disparando hacia su puesto porque ya es lo suficientemente tarde para él. Me quedo viendo la pantalla de mi celular pero sin hacer nada con él.

—Hola. –sonrío al oírlo.

Levanto la cabeza y me encuentro a Nate parado a unos cuantos metros mirándome con una sonrisa.

—Hola. –le devuelvo el saludo.

Él camina y se detiene frente a su casillero para abrirlo.

De verdad no parece que ayer hayamos tenido una de las charlas más profundas en todo este tiempo que llevamos aquí. Todo es muy cómodo y supongo que se debe a que todo ha quedado casi claro. Sé que todavía falta arreglar algunas cosas, pero creo que ya se mi respuesta a todo esto.

Tomo la ropa que usaré para trabajar y trato de dirigirme hacia mi ducha para vestirme.

—Oye, Ruda. –dice Nate y me detengo.

Cuando me giro hacia él, se ve completamente nervioso. Oh, espero que no sea nada malo.

—¿Si? –me acerco a él.

Me detengo a unos veinte centímetros y lo miro esperando lo que tiene para decirme.

—Yo... –se calla un segundo. —¿Tienes algo que hacer mañana por la noche?

Mi respiración se detiene por unos segundos y luego exhalo aire repentinamente. Niego con la cabeza.

—Genial. Dile a tu agenda que tendrás una cita conmigo. –dice.

Sonrío y jadeo al mismo tiempo. Miro a Nate con dulzura y me muerdo el labio inferior.

—Nunca hemos tenido una, supongo que es una buena manera de...

No lo dejo terminar ya que me acerco a él y junto mis labios con los suyos, acaricio su cabello mientras mi lengua toca suavemente la de él.

—¿Eso significa que le dirás? –pregunta con una sonrisa en sus labios.

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