Capítulo 62

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Recomendación: leer este capítulo oyendo "Legendary" de Welshly Arms.

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De pequeña nunca imaginé que el sexo podría ser tan maravilloso. Sea como sea, entregarse a una persona y que ambas partes logren satisfacerse mutuamente es un momento mágico. Jamás creí que yo iba a estar en la posición de querer hacerlo de manera tan frecuente, hasta que me topé con Nate, y luego volví a topármelo seis años después, donde teniendo madurez, descubrí cuales son mis deseos y mis puntos más placenteros. Y Nate supo de cada uno de ellos. Logrando que todo sea aún más perfecto.

Casi me caigo de bruces al suelo cuando piso la cola de mi vestido por accidente al cruzar el umbral de la puerta, no sé porque razón he vuelto a ponerme los zapatos luego de escaparnos de la fiesta. Mi boca se aferra a la de Nate con ferocidad, ya no estoy dispuesta a separarme de él en cuanto cruzamos la puerta del vestíbulo. Oigo el fuerte estruendo de la puerta cuando se cierra y luego las manos de Nate se posan en mis caderas. Mis manos buscan su saco y se lo quito a toda velocidad para luego empezar a trabajar los botones de su camisa, como podemos, llegamos a la habitación sin caernos al suelo, Nate deja de besarme y me gira para comenzar a desatar los hilos del corset de mi vestido.

—Realmente te ves como una princesa, Rue. Yo voy a tratarte como a una princesa. –me estremezco al sentir su cálido aliento en la piel de mi cuello. —Pero voy a follarte como a una reina.

Cierro mis ojos y las ganas de tenerlo se intensifican en mi entrepierna.

—¿Estás cansada? –pregunta en mi oreja.

Niego con la cabeza.

—Muy bien. –susurra y el vello de mi cuerpo se eriza. —Porque lo que tengo planeado no incluye cansancio.

Al finalizar con el corset, desata las tiras de mis hombros y baja el vestido hasta que la tela se acumula en mis pies, salgo de él y me inclino para quitarme los zapatos de nuevo.

—No. –dice Nate de inmediato. —Quiero que te los dejes puestos.

Sonrío maliciosamente y vuelvo a levantarme, pero cuando lo hago, pego mi trasero contra su cadera, sintiendo su erección. Me felicito mentalmente cuando oigo el suspiro de Nate.

Sus manos toman mis caderas y me pegan más a él, giro mi rostro y gimo en su boca cuando vuelve a besarme, mis sentidos se nublan y siento mis rodillas temblar.

Me giro en sus brazos y nuestro beso vuelve a ser tan salvaje como antes. Me separo de él solo para recuperar lo mínimo de aire y vuelvo a pegarme a él.

—Quiero que me folles exactamente como quieres. –jadeo mirándolo a los ojos.

Noto el deseo en su mirada cuando me mira fijamente. Asiente con la cabeza y vuelve a inclinarse para besarme.

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