Extra II

10.7K 575 169
                                    

Recomendación: leer este capítulo oyendo "Sacrifice" de Black Atlass.

﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏

—¿Cómo van las cosas con Nate? –pregunta y yo suspiro. —¿Algo anda mal?

—Nate está enfadado conmigo. –respondo y me rasco la nuca aunque ella no pueda verme.

Fue una estupidez. Nate es demasiado cuida y más cuando juega en otras ciudades. Nada me ocurrió. Sam y Stella estaban de paso por Madrid y organizamos todo para una noche de chicas en la ciudad. Las cosas se descontrolaron un poco cuando nos asaltaron y terminamos demoradas en la jefatura de policías porque Stella tenía el carnet de conducir vencido. Nate se encontraba en Burgos y tuvo que recogernos a las tres ya que no teníamos a nadie cercano a nosotras. Ha estado distante desde ese día el viernes pasado.

—Espero que puedan solucionarlo antes de Acción de gracias, cariño.

Sonrío.

—Verás que sí. –el ascensor se detiene en nuestro piso y las puertas de abren. —Me tengo que ir, los veré este jueves. Los quiero.

Cuelgo la llamada en cuanto mamá se despide y busco las llaves en mi morral. Abro la puerta y me encuentro con Nate cuando entro a nuestro departamento. Se encuentra en el sofá, con el libro de Harry Potter y la cámara secreta en sus manos, no levanta la vista hacia mí.

—Hola. –digo en voz baja para no interrumpir su lectura. Sonrío cuando solo me ofrece un movimiento con la cabeza a modo de saludo.

Ay, Nate. Los dos sabemos que no podrás pasar mucho tiempo sin mí.

Dejo las bolsas de compra que he hecho en la cocina y camino hacia nuestra habitación. Me quito la ropa y me pongo una camiseta negra de Nate y unos shorts de algodón.

Entro de nuevo en la cocina para preparar la cena y coloco música de mi celular para relajarme. Comienzo a picar pollo en pequeños cuadrados y luego pimientos.

—¿Te importaría bajar el volumen de esa cosa? –me sobresalto al oírlo detrás de mí.

Me giro hacia él y lo miro confundida.

—¿Esa cosa?

Nate asiente con la cabeza.

—La música. –aclara.

No cambia su expresión de fastidio cuando camina hacia el refrigerador y al abrirlo toma una lata de Coca Cola. Me cruzo de brazos.

—¿Podrías decirme por qué te comportas de esa forma tan arisca?

Nate jadea y se gira hacia mí.

—No lo sé. –responde con una sonrisa irónica en su rostro. —Quizás sea el hecho de que te pones en peligro a ti misma sabiendo que estoy lejos y ahora interrumpes mi lectura al propósito.

The First Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt