Capítulo 64

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Siempre me ha gustado leer en las páginas de un libro el momento en el que la historia se ve en un momento complicado cuando personas del pasado comienzan a aparecer. Y siempre me ha gustado ver como reaccionan los personajes para enfrentar aquello.

Parecía divertido. Pero esto no se acerca ni un poco.

Ni siquiera se cómo reaccionar. Lena está en mi casa. En mi sala. Frente a mí, y yo no sé qué debo decir o hacer.

—Hola. –digo, pero se oye como una pregunta.

¿Qué está haciendo Lena aquí?

Bien. Ella se disculpó conmigo cuando se vio arrepentida. Fuimos amigas y perdimos contacto cuando se marchó a la universidad. He hecho nuevos amigos y ahora tengo una relación. Las cosas han cambiado. Por qué el pasado vuelve?

Ella me mira con timidez. La invito a sentarse y camino hacia el refrigerador para tomar una jarra de zumo, lo sirvo en dos vasos y tomo asiento junto a ella.

—Llegué hace menos de una hora. Tengo una semana de respiro de la universidad. –dice.

Asiento con la cabeza y bebo.

—Se que te resulta extraño verme aquí. Perdimos la señal cuando me marché. Pero tuvimos una buena amistad después de...

—Lo sé. –la interrumpo antes de oír las mismas palabras de siempre.

—No sabía que habías conseguido trabajo.

La miro y reconozco la familiaridad en su voz. Miles de recuerdos junto a ella antes de que se marchara vienen a mi cabeza.

—Es el club de mis padrinos. –respondo con simplicidad.

—¿No te atreviste? –pregunta.

El cine. La academia. No necesita más palabras. Nos entendemos.

Niego con la cabeza.

—No pude. –digo. —Pero todo ha dado un giro muy agradable a pesar de eso. Estoy de novia.

Ella sonríe.

—Creí que jamás superarías a aquel chico del que me hablabas durante horas.

Sonrío al recordar a Nate. Recuerdo que nos sentábamos en mi balcón a beber chocolate caliente y las horas parecían volar cuando le hablaba sobre Nate.

—Sorpresa... –digo dejando el resto de las palabras en el aire.

Ella abre su boca y un grito ahogado pero emocionado sale de su boca.

—Oh, maldita Henderson, ¡no puedo creerlo!

Río.

Nos ponemos a conversar sobre su carrera en la universidad y sobre mi trabajo y la hora se pasa volando.

Ella en un momento se pone seria y me mira, analizando mi expresión cuando lanza la bomba.

—He oído que Kate quiere contactarte.

La miro y trago saliva. Asiento con la cabeza mientras desvío la mirada.

—No quiero saber nada sobre ella ni Darren. –digo.

Ella asiente con la cabeza.

—¿Sabes que de alguna manera tratará de arreglárselas para verte, no?

—Si. –digo, y me acomodo el cabello detrás de la oreja. —Lo que haga no me importa, Le.

Ella agarra mi mano y la aprieta. —Realmente siento todo lo que hicimos.

The First Where stories live. Discover now