Capítulo 38

10.9K 777 196
                                    

—Nate... –digo cuando pasan unos minutos y él sigue sin contestarme.

Puedo notar los tensos músculos de su espalda cada vez que respira. Está furioso.

—Vete, Rue. –susurra apenas audible.

No puedo verlo así.

—Habla conmigo, por favor. –ruego.

—¿No me has oído? ¡Dije que te fueras! –grita y cuando se gira hacia mí puedo ver las lágrimas cayendo por sus mejillas lentamente.

Me quedo helada sin saber que hacer.

—Voy a explotar y no quiero que estés aquí cuando eso suceda. Vete, por favor. –dice ahora con un tono de voz normal.

Carajo, no.

Antes de darme cuenta, estoy corriendo y uniéndome a él en un abrazo, paso mi brazos por sus costillas hasta juntar mis manos en el centro de su espalda. Apoyo mi cabeza en su pecho y escucho los latidos acelerados que hace su corazón.

—No me iré, jamás. –digo con la esperanza de que no me rechace.

Siento como sus manos viajan por mis hombros hasta mi espalda, su respiración que ahora está cerca de mi oído y como sus músculos se relajan. Y yo también me relajo y me dejo fundir en su abrazo. En nuestro abrazo. El abrazo que tanto necesitaba.

••••

POV NATE

—¿Qué pasará ahora? –me pregunta Rue, mirándome a los ojos.

Nos encontramos sentados en el suelo, apoyados contra los casilleros.

Repaso mentalmente su pregunta y vuelvo a recordar lo que me hizo estallar.

»
Santiago lleva todo el entrenamiento provocándome, se ha pasado los últimos tiempos haciendo comentarios con respecto a la manera de jugar de los miembros de mi equipo y de mí, y para colmo, el hecho de que Rue esté sentada en las gradas me pone más nervioso, puedo sentir el peso de su mirada en cualquier parte. Y me gustaría decir que estoy tratando de ignorarla, pero no es así, yo también la he estado mirando en cualquier oportunidad que tengo.

Luke nos hace una seña para volver a entrar a la cancha para empezar el tercer tiempo.

El resto del grupo y yo nos dispersamos de la ronda que habíamos formado para analizar los tiros y entramos nuevamente al área. Con la mirada, busco nuevamente a Rue y me sorprendo cuando nuestras miradas conectan una vez más. Sonrío por mis adentros.

Nuevamente obtengo ventaja con el balón y el balón comienza a pasar por cada uno de nosotros, sonrío cuando Elliot lo toma y se adelanta hacia la línea de tiro más importante. Pero la sonrisa se esfuma de mi rostro cuando tomo conciencia de la imagen reproduciéndose frente a mí. Santiago bloquea a Elliot haciendo que caiga al suelo, soltando el balón. Sin pensarlo, corro hacia él y cuando me arrodillo a su lado, compruebo si no está herido, al ver que no es así, lo ayudo a levantarse. Con la mirada busco a Luke y él asiente con su cabeza.

Ardo de furia, esta vez Santiago se ha ganado todo mi odio, puedo soportar que se meta conmigo, pero no pienso tolerar que le haya hecho esto a mi mejor amigo. Desvío mi mirada y Rue luce asustada cuando poso mi mirada en ella.

Tranquilízate, Nate...

Respiro y exhalo seis veces rápidamente y Luke habla por el megáfono que usa en todos los entrenamientos.

—Santiago, cometes una falta más y quedas fuera.

—¡Eso! –escucho a Stella gritar desde las gradas.

The First Where stories live. Discover now